Hace unos días os hablábamos de por qué el aloe vera no es el tratamiento más adecuado para curar heridas o quemaduras. Esta vez nos habéis preguntado por el aceite de rosa mosqueta y, además de por estas lesiones cutáneas, mostráis especial interés en saber si es cierto que pueda mejorar la cicatrización y el aspecto final de estas marcas.
Según Sara Gómez Armayones, dermatóloga en el Hospital Clínico de Barcelona (y como ya comentamos en relación al aloe vera), para heridas abiertas o recientes este aceite no es lo adecuado, aunque hay muy pocos casos descritos de dermatitis de contacto. Lo mismo explica a Maldita Ciencia Inés Mármol, investigadora del departamento de Farmacología y Fisiología de la Universidad de Zaragoza: "nunca recomendaría utilizar aceite de rosa mosqueta o cualquier otro tipo de crema en estos casos. Lo que habría que hacer es desinfectar la herida y cubrirla con una tirita hasta que se cierre".
Sin embargo, una vez la herida ya esté cerrada y no se corra el riesgo de infección, se ha observado que este líquido puede mejorar la cicatrización. "Tenemos que tener en cuenta que estos resultados son muy recientes (el artículo es de este año) y que se han realizado en modelos animales", aclara Mármol. "Así que no podemos estar completamente seguros de que en humanos vayamos a encontrar el mismo efecto", añade.
Antonio Clemente Ruíz de Almirón, miembro del Grupo Español de Dermatología Estética y Terapéutica de la Asociación Española de Dermatología y Venereología (AEDV), es más optimista con respecto a esta sustancia. "El aceite de rosa mosqueta posee en su composición gran cantidad de ácidos grasos insaturados, sobre todo ácido linoleico y linolénico, que participan en la generación de membrana celular, así como en otros procesos biológicos relacionados con la regeneración celular", explica a Maldita Ciencia.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que no todas las rosas de mosqueta tienen la misma calidad y que, en palabras de Armayones, muchas veces es más efectiva la mera aplicación del aceite y masajear la zona, con la hidratación que esto conlleva, que los componentes del propio líquido.
"Los dermatólogos utilizamos relativamente poco este aceite: tenemos productos con eficacia mucho más demostrada y que además, en la práctica, vemos que funcionan mucho mejor", explica Armayones a Maldita Ciencia. Entre ellos, destaca los parches de silicona, de los que dice que son bastante útiles en cicatrices concretas. "A veces, los médicos (y solo los médicos) utilizamos corticoides intralesionales (inyecciones para ablandar y aplanar la lesión), en algunos casos retinoides tópicos (análogos de la vitamina A)... Valorando el tipo de cicatriz, también usamos distintos tipos de láser", añade.
También hay que tener en cuenta que las cicatrices son distintas según la edad, la zona del cuerpo, cómo ha sido la herida que la ha provocado y la predisposición genética a la cicatrización.
En esta revisión, publicada en la revista International Journal of Molecular Sciences, la rosa mosqueta se presenta como una fuente de antioxidantes natural con un potencial uso para la prevención y tratamiento de algunas enfermedades, gracias a su alto contenido en polifenoles, vitaminas y carotenoides. Ahora bien, los investigadores, entre los que se encuentra Mármol, inciden en que estas moléculas dependen de factores como la variedad de la planta y la parte de la misma de la que hablemos, el tipo de fertilización, la fecha de cosecha y el origen geográfico, entre otros factores.
"Sobre piel sana, aplicar este aceite sí podría ser una buena recomendación, ya que se ha visto que puede reducir los signos del envejecimiento como pequeñas arrugas o la aparición de manchas", concluye la experta.