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Nos habéis preguntado si existen pruebas científicas que validen la supuesta eficacia del método "zahorí" para encontrar agua. La respuesta es clara: no, el método "zahorí" está basado en pseudociencia y varios estudios han confirmado que no tiene base científica. Nahúm Méndez, geólogo, divulgador y autor del libro Un geólogo en apuros, explica a Maldita Ciencia que este método se basa "en la creencia de que las aguas subterráneas se mueven en ríos o corrientes que son detectables a través de una vara de madera o el uso de péndulos. Estas herramientas se mueven y son orientadas por la energía de estas aguas".
Sin embargo, "las aguas subterráneas no se encuentran formando ríos, sino que se encuentran entre los diminutos poros de las rocas, donde se almacena", puntualiza el geólogo. Además, añade: "estas aguas no generan ninguna misteriosa energía perceptible por las herramientas del zahorí".
Ha habido varias investigaciones para estudiar si este método podría funcionar. La mayoría han concluido que la probabilidad de encontrar agua es la misma que si se hiciera buscando al azar. Entonces, ¿qué causa el movimiento del palo o del péndulo? La mayoría de los científicos piensa que se debe a movimientos subconscientes involuntarios. Es un fenómeno psicológico explicado que se llama "efecto ideomotor", que estaría también detrás de otros fenómenos aparentemente paranormales, como el movimiento de las tablas ouija. Ya en 1986, en un artículo publicado en Nature, el psicólogo David Marks incluía este método entre los sucesos paranormales que pueden ser explicados científicamente.
Méndez recuerda que este método se ha usado durante mucho tiempo en España. "Los poceros han tenido un papel muy importante, en especial en las zonas más secas de nuestro país. Excavaban pozos para poder extraer el agua y en muchos casos sí sabían dónde excavar para encontrarla".
¿Cómo es posible que lo "supieran"? Además del factor casualidad, el geólogo afirma que "no necesitan basarse en ninguna técnica paranormal para hacerlo, sino en la propia observación de la naturaleza". De esta forma, "estudiaban la ubicación de pozos que ya conocían, los materiales donde estaban excavados (hay rocas mejores y peores para almacenar y transferir el agua) y la presencia de fracturas en la roca".
En el caso de los zahoríes estaríamos ante el mismo caso: mueven sus herramientas de una manera inconsciente hacia los lugares donde piensan que puede haber agua. "Lo que sí está claro es que los experimentos científicos para demostrar que los zahoríes son capaces de detectar algo han dado todos en un pozo seco", concluye el geólogo.
