Nos habéis preguntado mucho sobre la problemática del arsénico en el arroz, especialmente a partir de una mención al tema que se hizo durante el pasado fin de semana en un programa de televisión. ¿Es verdad que el arroz viene especialmente contaminado de Asia? ¿Es peligroso? ¿ Qué debemos hacer?
Gemma del Caño, especialista en seguridad de la industria alimentaria, ya ha aclarado este asunto. Lo hizo en este post publicado en Salud sin Bulos, que os recomendamos leer al completo.
Ahí cuenta que sí, el arroz contiene arsénico. El arsénico es una sustancia química que se encuentra en el medio ambiente tanto de forma natural como por efecto de la actividad humana y que se encuentra con facilidad en aguas subterráneas. De ahí puede pasar a distintos cultivos, especialmente cereales cuando ésta se utiliza para regar, y es especialmente abundante en el arroz.
El arsénico, en su variedad inorgánica, se considera un carcinogénico, y por tanto en la UE se controlan los niveles de arsénico en el arroz (y en otros alimentos) para mantenerlos por debajo de los niveles que se pueden considerar seguros. Esto está regulado en el el Reglamento 2015/1006. Además, en países como Suecia y Reino Unido hay reglamentos y recomendaciones adicionales, como no dar bebidas o tortitas de arroz a menores de 6 años y, como cuenta del Caño, en general se recomienda no comer arroz más de 4 veces a la semana.
Precisamente gracias a esos reglamentos y regulaciones, sabemos que el arroz que consumimos en España es seguro y mantiene los niveles de arsénico controlados. Pero para quien quiera ampliar la precaución (si bien Del Caño nos explica que esto en nuestro país no es necesario), hay algunos consejos a la hora de cocinar y manipular el arroz que ayudar a reducir su contenido de arsénico.
Los principales son dejar el arroz en remojo unas 8 horas antes de cocinarlo, cocerlo con exceso de agua y descartarla después y lavarlo varias veces hasta que el agua deje de salir blanca. Quizá con eso el arroz no quede exactamente en nuestro punto preferido, pero ese ya es otro tema.