Nos habéis preguntado por si afectan los tatuajes a la salud. Cada vez son más populares: solo en Europa ya hay más de 100 millones de personas tatuadas. En el pasado, los principales riesgos asociados eran infecciones por poca higiene y transmisión de enfermedades por las agujas utilizadas. Sin embargo, la introducción desde hace años de una regulación muy rígida de seguridad y sanidad ha cambiado por completo la situación.
El doctor Donis Muñoz, dermatólogo miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología, explica a Maldita Ciencia que “en nuestro entorno, la práctica del tatuaje es una técnica razonablemente segura y los efectos adversos sobre la salud son excepcionales si tenemos en cuenta el elevado número de personas tatuadas”.
¿Qué impacto tienen en nuestra piel? Muñoz explica que “inmediatamente después de realizarse un tatuaje la piel se pone roja y se inflama, es la respuesta normal frente al traumatismo generado por las agujas y la introducción de la tinta en la piel”.
El dermatólogo añade que “en pocas semanas la piel vuelve a su estado normal y no suele generar problema alguno”. Eso sí, advierte de que “sí se sabe que la tinta roja es la responsable del 80% de las reacciones inflamatorias, de rechazo o alérgicas frente a las tintas de los tatuajes, mientras que la tinta negra es la menos conflictiva”.
Sobre la posible vinculación de los tatuajes con un mayor riesgo de cáncer, Muñoz explica que “al menos hasta la fecha no se ha podido establecer una clara relación entre el cáncer de cualquier naturaleza y los tatuajes. Se considera que las posibles asociaciones son de carácter casual y no causal”. Un estudio de 2018 revisó los casos registrados en las publicaciones científicas y no pudo encontrar que hubiera causalidad, es decir, que los tatuajes fueran causa del cáncer. Como os recordamos siempre, correlación no implica causalidad.
Este dermatólogo también desmiente la creencia que existe en relación a los tatuajes y los peligros de realizar la anestesia epidural. Los potenciales riesgos de esta anestesia serían por la posibilidad de introducir restos de tinta en el sistema nervioso central. Sin embargo, para evitarlo es suficiente con practicar una pequeñísima incisión en el punto de la piel por donde debe pasar la aguja.
Como recomendaciones prácticas antes de realizarse un tatuaje, Muñoz aconseja que la tinta nunca cubra lunares o nevus y dejar una espacio de seguridad a su alrededor ya que “cubrirlos puede enmascarar cualquier cambio evolutivo y retrasar tanto el diagnóstico como el tratamiento de un posible melanoma”.
Por último, Muñoz da algunos consejos: meditar serenamente la decisión de tatuarse, no precipitarse y tener claro el diseño ya que cuesta poco de hacer y mucho de quitar. Y lo más importante: “Deben realizarse siempre en un estudio de tatuajes debidamente homologado y por profesionales cualificados”.