Hace poco contestamos a la duda de si era malo meter comida caliente en el refrigerador. Lo hicimos desde el punto de vista de la seguridad alimentaria; hoy lo hacemos desde el punto de vista del consumo energético. Introducir comida caliente afecta a la cantidad de energía que consume el frigorífico, aunque no es de los factores más impactantes.
Aun así, como explica a Maldita Ciencia Rubén Lijo, ingeniero eléctrico y divulgador, "es una de las cuestiones que afectan a nuestro día a día y en la que podemos aportar nuestro granito de arena a favor de la eficiencia energética".
¿Cómo regula un frigorífico la temperatura? Un termostato asegura que su interior se mantenga a la temperatura que hayamos programado(por ejemplo, entre 3ºC y 5ºC). Como explica Lijo, "una vez que el termostato detecte que el frigorífico se calienta más de 5ºC, activará el compresor y comenzará a refrigerar, consumiendo energía de la red eléctrica".
Cuando mantenemos la puerta de la nevera abierta mucho tiempo, la temperatura interior se verá afectada por el aire caliente de la cocina y eso hará que se rompa el equilibrioy tengamos la nevera a más de 5ºC. Se consumirá energía para poder compensar este calentamiento. Lijo explica que pasa lo mismo cuando metemos comida caliente. "Si la comida está recién sacada del horno, a 80ºC, meterla directamente al frigorífico va a incrementar mucho la temperatura interior, así como a calentar alimentos que estén próximos al lugar en que la pongamos", señala.
En concreto, según varios estudios, por cada grado que se aumenta la temperatura de la nevera se incrementa el consumo energético entre un 2% y un 8%. Aun así, el factor que más determina el consumo es la temperatura ambiente a la que nos encontramos. Por eso es importante colocarlo en lo posible en un sitio en el que esté alejado del horno, radiadores y de la luz directa del sol.
Sin embargo, como explicamos en un consultorio anterior, recordamos que no meter la comida en el frigorífico puede provocar que se estropee. Lijó nos da algunos consejos para optimizar el proceso de enfriamiento de los alimentos para conseguir que éste ocurra más rápido: "En primer lugar, puedes enfriar el recipiente de la comida en el fregadero sumergiéndose unos minutos en agua fría o agua con hielo. En segundo lugar, siguardas la comida en recipientes de menor tamaño, aumentará la rapidez con la que se enfríen".
Por último, "una vez que pongas los recipientes en el frigorífico, mantén la zona a su alrededor lo más libre posible para permitir la circulación de aire y favorecer su refrigeración", propone.