Nos habéis preguntado por una cadena de WhatsApp que avisa sobre que el cáncer de tiroides "se está expandiendo rápidamente entre las mujeres" y que "posiblemente sea consecuencia de las radiografías dentales y las mamografías". Esto, según el texto, ocurriría por el uso incorrecto de los delantales con los que los radiólogos cubren el pecho del paciente antes de hacer la prueba, al no utilizar el protector de tiroides (una pequeña pestaña que se adosa al cuello para tapar la glándula). Sin embargo, lo que dice la cadena no es cierto: se trata de un bulo que circula desde 2013.
De hecho, la Sociedad Española de Protección Radiológica (SEPR) aclaró que la radiación recibida en estas pruebas es insignificante y que el protector de tiroides puede ser incluso perjudicial para el diagnóstico: dada la posición que el paciente debe mantener durante el examen, existe la posibilidad de que interfiriese, creando artefactos en la imagen. Esto podría afectar a la calidad de la misma y a la corrección del diagnóstico.
"Incluso podría hacer necesaria la repetición de la mamografía, lo que implicaría un incremento injustificado en la dosis recibida por la paciente", explica la SEPR.
Según la nota técnica de la SEPR sobre la utilización de protectores plomados de tiroides en las mamografías emitida a raíz de este bulo, "su utilización debe ser cuidadosamente evaluada en función del balance riesgo-beneficio para el paciente, ya que no siempre es necesaria ni conveniente".
Además, explica que durante la realización de la mamografía, el tiroides no está expuesto directamente al haz de RX. "Esto, junto a la técnica radiográfica utilizada, y al pequeño volumen irradiado, hace que la dosis de radiación dispersa recibida por el tiroides sea insignificante", concluye.
Ya desmentimos este bulo aquí: