Nos habéis preguntado sobre la relación entre plástico, calor y cáncer a raíz de un mensaje que circula por internet desde 2002. Este asegura que comer alimentos calentados en recipientes de plástico causa 52 tipos de cáncer. Así que queremos aclarar que no, comer comida calentada en plástico no tiene ese riesgo siempre que se utilicen los recipientes adecuados.
En el e-mail a través del que se viralizó esta información, se citaba al Doctor Edward Fujimoto del Castle Hospital. En teoría, este habría alertado sobre el peligro que suponen los plásticos que se desprenden de los envases de alimentos en un canal de televisión. En primer lugar, el cargo que se le atribuía era falso, según explica aquí Snopes.
Además, a lo largo de los años y hasta 2007, se fueron añadiendo párrafos a este correo electrónico, haciendo referencia a figuras e instituciones relevantes en el mundo de la medicina e intentando hacer más creíble y fundamentado su contenido. Sin embargo, los hospitales y profesionales mencionados lo negaron e informaron de que no consideraban válida la información que proporcionaba, según explica aquí la Sociedad Estadounidense contra el Cáncer.
Para explicar la relación entre el cáncer, el calor y el plástico, hay que incidir en que este último no es una sola sustancia, sino que hay muchos compuestos sintéticos dentro de lo que llamamos plástico, y muchos de ellos contienen determinadas sustancias que sirven para estabilizar su fórmula y prolongar su duración.
Dos de esas sustancias, el bisfenol A y las dioxinas, son motivo de especial preocupación porque se cree que pueden afectar a la capacidad de nuestro cuerpo para regular sus hormonas. El problema es que cuando están en contacto con alimentos calientes, parte de esas sustancias pueden migrar del plástico a los alimentos en cuestión.
Aunque esa migración es muy limitada, existe una regulación que obliga a los fabricantes de objetos de plástico como platos, vasos o tuppers a señalizar si son aptos para contener alimentos calientes (también si pueden contener alimentos). Estas marcas suelen estar grabadas en la base de estos objetos, y si tus tuppers las tienen, puedes utilizarlos sin problema para calentar tu comida.
Si utilizamos los recipientes que están acondicionados para ello y según explica en su página web la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA, por sus siglas en inglés) en base a su evaluación de seguridad de 2014, los niveles de bisfenol A que podrían migrar a nuestra comida están dentro del margen de seguridad.
*En abril de 2023, la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) publicó una nueva evaluación de seguridad del bisfenol A que reducía considerablemente el límite de ingesta diaria tolerable (IDT): de 4 microgramos por kilo a 0,2 nanogramos por kilo (20.000 veces menos). "Al comparar la nueva IDT con las estimaciones de la exposición de los consumidores al BPA en los alimentos, la EFSA concluye que las personas de todos los grupos de edad con una exposición media y elevada al BPA superan la nueva IDT, un motivo de inquietud en materia de salud", explica la EFSA en su comunicado.
Según explica en su blog Juan J. Iruin, catedrático jubilado de Química Física en la Facultad de Química de Donosti, cuando ingerimos cierta cantidad de BPA (generalmente muy pequeña) este reside muy poco tiempo en forma libre en nuestro organismo.
"Tras la ingestión, el BPA es metabolizado inmediatamente por nuestro hígado para dar lugar a otra sustancia, el glucurónido de bisfenol A, que ya no tiene actividad estrogénica alguna y que, en cuestión de pocas horas, es eliminado casi completamente a través de la orina, tanto de las personas mayores como de los más pequeños", explica Iruin en base a este estudio de 2015, publicado en la revista The Journal of Pediatrics.
Si no encuentras las marcas que indican si un tupper puede o no utilizarse para calentar comida en el microondas, lo mejor utilizar un plato o un recipiente de cristal para evitar que este se derrita o deforme y, con ello, derrames y quemaduras.
"Calentar los envases de plástico en el microondas es seguro, siempre que nos cercioremos de que son aptos para ese uso", concluye Miguel Ángel Lurueña, tecnólogo de los alimentos, en este artículo de su blog. "Para ello debemos comprobar las indicaciones del fabricante. En caso de duda, es mejor no utilizarlos para este fin".
Por último, es muy llamativo que, según afirma el mensaje, el plástico pueda causar concretamente 52 tipos de cáncer, ni uno más ni uno menos, pero no hemos encontrado ninguna evidencia que sostenga esa información.
Bisfenol y dioxinas
Iruin hace esta puntualización a Maldita Ciencia: "El bisfenol no es un aditivo que se añada a los plásticos, sino la materia prima para obtener dos polímeros concretos: el policarbonato de los CDs y cascos de motos (ya no se usa para botellas y biberones) y las resinas epoxi (a las que no se puede llamar plástico) que tapizan los interiores de latas de conservas y bebidas. No hay manera que el bisfenol aparezca en otros plásticos".
Y continúa: "las dioxinas se generan cuando muchos materiales, no sólo los plásticos, sufren procesos a alta temperatura y en presencia de cloro. Dioxinas y plásticos se han relacionado con la incineración de basura de plásticos que contenga PVC, que es el único plástico importante que contiene cloro. Pero es casi imposible encontrar dioxinas en los plásticos convencionales. Y si un envase no tiene cloro es difícil que se generen dioxinas al calentarlo".
Iruin concluye, por tanto, que si uno utiliza recipientes adecuados para el microondas, habitualmente hechos con un plástico llamado polipropileno, "es literalmente imposible" que estas sustancias terminen en nuestros alimentos. Si queréis profundizar más en este tema, os recomendamos su blog, El Blog del Búho, donde ha hablado largo y tendido del bisfenol, por ejemplo aquí.
*Actualizado en abril de 2023 para incluir las nuevas indicaciones de la EFSA sobre el bisfenol A.