El pasado 12 de octubre, en las redes y en diferentes medios de comunicación se sucedían imágenes y vídeos de numerosos peces y crustáceos muertos en el Mar Menor (Murcia). ¿De qué han muerto? ¿Fue por culpa de la DANA? Tan solo un mes antes, quince científicos habían lanzado un comunicado denunciando su estado. Os contamos todo lo que sabemos a continuación.
Francisco López Castejón, investigador del grupo de Ecosistemas de la Universidad Politécnica de Cartagena, explica a Maldita Ciencia que “los animales marinos necesitan el oxígeno que hay en el agua para vivir. El 12 de octubre los valores de oxígeno registrados en la zona eran de 0 mg/l, o sea, no había oxígeno en el agua (es lo que se llama anoxia)”. ¿Es esto suficiente para explicar la muerte de los peces? López responde que sí: “es tan simple como dramático: sin oxígeno no pueden vivir”.
Como explica el investigador, tras las lluvias de la DANA del pasado mes de septiembre, había una masa de agua sin oxígeno en el centro de la laguna. “Esta capa de agua, al desplazarse por las corrientes, obliga a los animales a huir a zonas con oxígeno. Sin embargo, si huyen hacia la costa pueden quedar atrapados entre la zona sin oxígeno y la tierra, terminando de morir en la orilla”, sostiene. Sin embargo, la DANA no ha sido la única culpable: es fruto de varios factores sostenidos en el tiempo.
¿Cómo se ha llegado a esto?
Vayamos por partes. Con el título "Usemos la ciencia para salvar el Mar Menor", decenas de investigadores han lanzado un comunicado en el que recuerdan que los científicos de la región de Murcia han alertado durante años de las grandes cantidades de nutrientes, principalmente de fertilizantes aplicados en la agricultura intensiva, que entraban en el Mar Menor.
¿Por qué no se ha hecho más caso a los científicos en este caso? Francisco López opina que “ojalá pudiera decir que esto ha sido algo excepcional, pero ignorar a los científicos es lo habitual casi a nivel mundial. Así que este es un caso más como otros muchos”.
Ya en 2016 saltaron todas las alarmas cuando el Mar Menor se convirtió en “una gran sopa verde”. Esto se explica porque los nutrientes provocan un fenómeno llamado eutrofización: hacen que algunas algas y plancton se desarrollen masivamente. Con tanto plancton en la superficie del agua, la luz no llega al fondo y la vegetación de allí, las 'praderas marinas', empiezan a morir, lo que desemboca en que su descomposición va consumiendo el oxígeno del agua.
Hay mecanismos naturales que contrarrestan este mecanismo, como las medusas o las nacras, que filtran el agua. Pero la capacidad de interceptar y retirar estos nutrientes de circulación tiene un límite y puede llegar a colapsar. ¿Cómo se ha llegado a este colapso? Una investigación periodística realizada por Antonio Delgado y Ana Tudela apunta a décadas de incumplimiento de la ley, mala gestión del origen del agua que alimentaba el regadío y un caos subterráneo de canales, desaladoras y vertidos no controlados.
¿Qué papel ha jugado la DANA?
Representantes políticos de la región han señalando la DANA, que asoló varias regiones del Levante el pasado mes de septiembre, como única culpable de la situación. Francisco López puntualiza que “el Mar Menor es un sistema muy complejo, e intentar buscar un único responsable a cualquier fenómeno es simplificar demasiado. Para que se diera este episodio han de unirse una serie de factores”. El investigador añade que “es un sistema que ya estaba muy dañado debido a muchos años sin ninguna gestión: ‘a perro flaco todo son pulgas’”.
En su comunicado los científicos apuntan a que “la fragilidad del Mar Menor es fruto de una mala gestión durante años. El Gobierno regional no tiene ningún plan serio de mitigación ante este tipo de fenómenos, que se van a intensificar con la crisis climática”.
Según López, lo que ocurrió con la DANA fue que las lluvias introdujeron una gran cantidad de materia orgánica y agua dulce. La materia orgánica cae al fondo y empieza a ser degradada por bacterias, consumiendo el oxígeno.
¿Y qué consecuencias tiene el agua dulce de la lluvia? Imaginemos un vaso con agua en el fondo (agua del Mar Menor) y le echamos aceite (agua dulce). El aceite se quedará en la superficie. El oxígeno que entraría por la superficie no puede atravesar la zona dónde pasamos del aceite (agua dulce de lluvia) al agua (agua del Mar Menor). Así que tenemos un consumo muy importante de oxígeno desde el fondo y un “tapón” que impide que llegue desde superficie. Es la receta perfecta para consumirse todo el oxígeno.
El tercer factor fue el viento. Las semanas posteriores a la DANA fueron días con vientos muy flojos y, por tanto, corrientes débiles, que hacían muy lento el proceso de mezcla de agua con oxígeno y sin él, empeorando la situación.
¿Estamos a tiempo de salvar al Mar Menor?
Después de todo lo que ha pasado, ¿podemos recuperar el Mar Menor? Pablo Rodríguez Ros, investigador del Instituto de Ciencias del Mar del CSIC, explica a Maldita Ciencia que “las evidencias aportadas hasta la fecha apuntan a que se han superado ciertos puntos de no retorno en las aguas del Mar Menor”. Para el investigador “la pregunta no es si estamos a tiempo de salvarlo, más bien si, en caso de que sea posible, cómo será ese Mar Menor. Es posible que tras una futurible restauración ecológica no estemos ante ‘el mismo Mar Menor’", se lamenta.
López apunta que la medida más importante que se puede tomar es quitar la entrada de nutrientes: desde ramblas y escorrentías, vertidos, fuentes difusas del acuífero, y quitar toda la materia orgánica que entró durante la DANA y eventos anteriores. Y añade: “mientras esta materia orgánica esté dentro de la laguna estaremos jugando con fuego".
El Mar Menor: ¿el primero de muchos espacios naturales en perderse?
Pero no solo el Mar Menor estaría en peligro. Según advierten los científicos en su comunicado, este podría ser solo uno de muchos más espacios naturales en grave peligro. “El Mar Menor, dadas sus pequeñas dimensiones y particularidades ecológicas, puede ser el primero de muchos espacios naturales emblemáticos en sucumbir a las fuertes presiones humanas a las que están siendo sometidos desde hace décadas ”.
Según Rodríguez, “en la Región de Murcia ya hubo otro ejemplo de cómo la inacción política y la mala gestión pueden dinamitar un ecosistema entero, el caso de la Bahía de Portmán”. El investigador recuerda que tras décadas de vertidos descontrolados de la actividad minera, la bahía se colmató, es decir, se rellenó de sedimentos. Y la línea de costa avanzó cientos de metros.
El biólogo apunta que ”la acumulación de residuos orgánicos producidos por modelos agrícolas insostenibles ya han sucedido en otros lugares del planeta”. Añade como ejemplo la ‘zona muerta’ del Golfo de México, que “el mal uso y exceso de fertilizantes en la agricultura está provocando la muerte de muchos animales marinos que viven el fondo marino del Golfo de México”.
SOS Mar Menor
Varios sectores, entre ellos científicos y ecologistas, se han movilizado para denunciar la situación del Mar Menor. El hashtag elegido en redes es #SOSMarMenor. Desde la plataforma Ecomandanga advierten que “si no cambian las cosas, el Mar Menor va camino de colapsar, lo que conllevaría un desastre ecológico y económico de valor incalculable. Los ciudadanos tenemos que exigir medidas basadas en el criterio científico contrastado que aseguren la recuperación del Mar Menor”.
Los investigadores alertan de que, además de la agricultura, otros sectores como la pesca y el turismo son también muy importantes en la Región de Murcia y pueden verse fuertemente dañados. “Es la economía la que depende del medio ambiente, y no al revés. Por ello, es necesario alcanzar un equilibrio entre los cultivos, la pesca o el turismo”, añaden.
“Es imprescindible que se abra un período de reflexión en la sociedad murciana para decidir qué Mar Menor queremos y qué estamos dispuesto a sacrificar o no para evitar que se vuelva a producir esto”, afirma Rodríguez, que añade que “el daño que produce un evento como este no es solo ambiental o económico, sino que también es social y cultural”.
Conocimiento científico para una sociedad informada
Por su parte, López resalta la importancia de que se reúnan todos los agentes que engloba el Mar Menor: sociedad civil, políticos, científicos, ingenieros, pescadores, turismo, puertos… para llegar a compromisos y soluciones. “Es necesaria más investigación sobre este sistema tan único. Solo durante los últimos años se ha empezado a ver una apuesta por ampliar el conocimiento que tenemos del Mar Menor. Sin ese conocimiento andaremos a ciegas a la hora de aplicar ciertas medidas y preveer futuras situaciones”, sostiene.
Para concluir, los expertos se lamentan de que existe mucha desinformación científica acerca del Mar Menor, “no solo a nivel nacional, sino también en la propia Murcia”, afirma Rodríguez. El investigador añade que “a veces hay gente que puede pensar que un ecosistema acuático está ‘sano’ solo porque su agua es transparente o tiene una temperatura adecuada”.
Y concluye: “hay que traducir esta información para que la mayor parte de la ciudadanía pueda entenderla. Es la manera de hacer una sociedad más libre, más justa y, en definitiva, más democrática”.
Si quieres saber más sobre lo que pasa en el Mar Menor, puedes leer esta investigación de Datadista.