Si eres cliente asiduo de restaurantes mexicanos y tailandeses o si la base tus condimentos culinarios son la pimienta o el tabasco y te ha asaltado esta preocupación alguna vez al sentarte después en el trono, puedes estar tranquilo: si no tienes hemorroides, estas no aparecerán por preferir menús más o menos picantes.
Ahora bien, sí es cierto que, aunque este no sea su origen, el picante puede empeorar el diagnóstico en caso de que alguien ya sufra de estas incómodas hinchazones.
"Los alimentos picantes pueden empeorar las hemorroides, como sustancias irritantes que son, igual que el café y el alcohol. Pero no son la causa", explica a Maldita Ciencia Juan José de la Fuente, médico de urgencias en el Área Sanitaria Norte de Córdoba.
Las hemorroides o almorranas son una inflamación de las venas del recto y el ano. Pueden ser consecuencia del esfuerzo al ir al baño, del embarazo, del estreñimiento crónico, de la diarrea o del envejecimiento, entre otras; y su síntoma característico es el intenso dolor en la zona y el rastro de sangre que deja en las heces.
"Estas dilataciones venosas están cubiertas de mucosa intestinal, que se inflama en menor o mayor medida al comer picante", explica Gonzalo Guerra, médico especialista en digestivo del Centro Médico-Quirúrgico de Enfermedades Digestivas (CMED). "Tanto el prurito como el dolor que desencadena son un calvario importante, y lo saben todos y todas aquellas que han sufrido de hemorroides tanto internas como externas. ¡Cuidadín con los picantes!", advierte.
¿Hay a cambio algún alimento que ayude a lidiar con las hemorroides? Según de la Fuente sí: "Los recomendados en estos casos son los ricos en fibra, como la fruta (manzanas o ciruelas, por ejemplo), verduras (como espinacas, zanahoria y brócoli), frutos secos (nueces) o cereales integrales y legumbres". Mantener el cuerpo hidratado también ayudará a lidiar con las hemorroides. El objetivo final es evitar tanto el estreñimiento como la diarrea, que podrían irritar aún más la zona.