A raíz de este artículo, nos habéis preguntado si la grafología se considera una pseudociencia y si es posible transformar la personalidad rediseñando los trazos de nuestra letra (al escribir a mano). Aunque hay bastante debate con respecto a esta disciplina, no hay indicios sólidos que demuestren que se pueda predecir o conocer la personalidad de una persona a través de su caligrafía. Además, el artículo de donde surge la duda con respecto al supuesto cambio de carácter no enlaza a ninguno de los estudios y/o tesis a los que hace referencia.
"La grafología, como mucho, podría llegar a considerarse una herramienta utilizada en psicología, pero no una ciencia en sí misma", explica Juliana Martins, neurocientífica especializada en plasticidad cerebral, a Maldita Ciencia. "Se está investigando si podría predecir el estado psicológico de la persona en un momento determinado, quizá por la fuerza o la dedicación al escribir, pero no su temperamento o personalidad", añade.
La British Psychological Society sitúa en este informe a la grafología al mismo nivel que la astrología, siendo esta el más bajo, en cuanto a validez (definiendo la validez como "la medida en que una prueba mide lo que dice estar midiendo" y "teniendo en cuenta hasta qué punto es posible hacer inferencias apropiadas a partir de los resultados de la misma").
Por otro lado, esta revisión concluyó que la grafología no era eficaz para el cometido que pretendía serlo: por ejemplo, en uno de los dos estudios revisados, 101 estudiantes rellenaron un test de personalidad, por un lado, y entregaron, por otro, una pequeña muestra de texto escrito. Las conclusiones a las que llegaron los grafólogos no coincidían con las del test.
El texto por el que nos habéis preguntado dice que "al rediseñar la letra reeducamos los ganglios basales, [...] la lámpara maravillosa que nos concederá el carácter anhelado". Según Sandra Jurado, neurocientífica, esto no es así: "La personalidad y carácter no dependen únicamente de los ganglios basales sino de las complejas relaciones entre múltiples regiones cerebrales. Esta frase es una sobre-simplificación sobre los procesos neuronales y de plasticidad necesarios para corregir patrones de comportamiento", explica Jurado a Maldita Ciencia y añade que serían necesarios estudios y seguimiento a largo plazo para establecer la duración de los cambios que describe.
La publicación sugiere literalmente que "podemos transformar nuestra manera de ser mediante el rediseño de la caligrafía". Sin embargo, Martins indica que el entrenamiento que propone el texto (15 minutos al día durante al menos 5 meses) como mucho podría generar plasticidad en el cerebro, cambios físicos en las conexiones neuronales, pero no en la personalidad. "Sería algo similar a aprender nuevas destrezas, como hacer ganchillo, andar hacia atrás o un nuevo idioma", añade Martins. Es decir, se pueden cambiar factores cognitivos de memoria, de concentración... pero no el temperamento.
El debate sobre el uso y la validez de esta disciplina es común y, como comentamos al inicio, hay literatura a su favor y en su contra. Sin embargo, según la British Psychological Society, "no hay duda de que, cuando uno selecciona cuidadosamente los estudios en términos de solidez metodológica, la evidencia es abrumadoramente negativa".