La masa de aire africano que recorrió Europa en la última semana de junio de 2019 ha provocado que en varios países europeos se registren récord de temperaturas absolutos y para el mes de junio, además de ser la más cálida de las que se han registrado en un mes de junio desde al menos 1979. Junio de 2019 ha sido el junio más caluroso registrado en Europa con una temperatura promedio de 2 ºC por encima de lo normal.
En Francia se alcanzó el 28 de junio el récord absoluto de temperatura: 45,9 ºC en Gallargues-le-Montueux, un pueblo situado en el sureste del país, entre Nimes y Montpellier. "45,9 °C es la temperatura que se espera en un día de agosto normal en el Valle de la Muerte", explica en su web Météo-France, el servicio meteorológico nacional de Francia. En el Valle de la Muerte, en California, se dio en 1913 la temperatura más alta registrada en la superficie de la Tierra, de 56,7ºC, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM).
En otras 12 estaciones se superó ese día el anterior récord absoluto de temperatura en Francia, de 44,1 ºC, registrado el 12 de agosto de 2003. El nuevo récord supone 1,8 ºC más que el anterior de 2003. Ciudades como Estrasburgo, Montepellier o La Rochelle han roto con esta ola de calor su récord de temperatura máxima y otras como Nantes y Toulouse superaron el récord de temperatura mínima más alta durante la noche.
Además, el 27 de junio es el día con la temperatura media más alta en Francia de un mes de junio desde 1900, cuando comenzó la serie histórica de registros: 27,9 ºC, 8,6 grados más de lo normal.
Por su parte, en Alemania el 30 de junio se registró un nuevo récord nacional de temperatura para ese mes: 39,6 ºC en Bernburg (Sajonia-Anhalt). Además, en 243 estaciones metereológicas se establecieron nuevos récords de temperatura en junio. Austria, República Checa y Polonia también superaron el récord de temperaturas para un mes junio y Hungría tuvo el mes de junio más caluroso.
En el conjunto de Europa, el mes de junio ha superado en alrededor de 1ºC el récord anterior de temperatura máxima de junio, marcado en 1999, y ha sido 2ºC superior a la tendencia de las últimas décadas, según el Centro Europeo para el Pronóstico del Tiempo a Mediano Plazo (ECMWF).
¿Qué relación tiene con la crisis climática?
Estos fenómenos de calor extremo suelen relacionarse con la crisis climática, pero ¿qué dicen los expertos al respecto?
"La mayor frecuencia de tránsito de masas de aire muy cálido o extremadamente cálido y la expansión de la presencia de estas masas de aire extremadamente cálido a los meses de junio y septiembre, o incluso a mayo, como ocurrió en el año 2015, es coherente con las bases físicas que rigen los procesos de cambio climático.", explica José Ángel Núñez Mora de la AEMET en la Comunidad Valenciana en este artículo publicado en el blog Agencia Estatal de Meteorología.
El Panel Intergubernamental del Cambio Climático (IPCC por sus siglas en inglés), el órgano de las Naciones Unidas encargado de evaluar la ciencia relacionada con el cambio climático, ya describió al menos desde el año 2001 cómo aumentaría la frecuencia de olas de calor al aumentar la temperatura media, según el técnico de la AEMET. Esa predicción es compatible con el incremento de frecuencia de olas de calor y de temperatura media en verano en España.
Para MétéoSuisse, la oficina federal de meteorología y de climatología de Suiza, la aparición más frecuente de olas de calor hoy en día "es una de las señales muy claras del cambio climático en proceso" y en las grandes regiones europeas que bordean el Mediterráneo como Suiza habrá todavía más olas de calor en el futuro, según la agencia meteorológica suiza.
Trece meteorólogos y climatólogos han publicado un análisis preliminar de la contribución de las actividades humanas a la ola de calor en Francia y han concluido que el incremento en la probabilidad o intensidad de las olas de calor en el país europeo se debe principalmente a la crisis climática inducida por los humanos. No obstante, este artículo no ha sido revisado por otros expertos independientes ni de momento ha sido publicado en ninguna revista científica.