Nos habéis preguntado si los collares de ámbar, un tipo de resina fosilizada, puede aliviar el dolor y reducir la inflamación del proceso de salida de los dientes en los bebés. Quienes utilizan o han utilizado este método se basan en las supuestas propiedades del ácido succínico, el material original previo al resultado de la fosilización.
Pero no, no hay evidencias de que los collares de ámbar sean efectivos para mitigar estos dolores y, de hecho, las pequeñas cuentas pueden ser un peligro para los más pequeños, ya que en el caso soltarse podrían tragárselas poniendo en riesgo su vida.
Lydia Almansa, experta en higiene dental, se refiere en este post de Una madre en el dentista al ácido succínico como "parte de esa resina que te quitabas con asco cuando intentabas escalar o te apoyabas en un pino de pequeño y que, dicen, es un analgésico natural que ayuda al árbol a protegerse y sanarse las heridas". Pero es contundente con respecto a su uso en collares para bebés: "No, no y no. No funcionan. Los collares de ámbar no tienen ningún poder analgésico ni antiinflamatorio en las encías. Y no hay más".
Es cierto que el ámbar procedente del mar Báltico contiene de un 3 a un 8 % de este ácido. Sin embargo, la Agencia Española del Medicamento no tienen aprobada ningún indicación para el mismo. "Es decir, no tiene propiedades terapéuticas", explica Marián García, famacéutica, en este artículo.
Sí es cierto que la Food and Drug Administration (FDA) ha aprobado su uso en Estados Unidos en la industria alimentaria. "Pero en ningún caso afirma que tenga propiedades terapéuticas", explica García y añade que, en conclusión, al igual que el ácido succínico como tal no mata, tampoco cura.
Quienes defienden el uso de este tipo de collares, "tienen claro" su funcionamiento: en teoría, el ácido se liberaría, absorbería y pasaría a la sangre al entrar en contacto con la temperatura corporal. Sin embargo, atravesar todas y cada una de las capas de la piel hasta llegar al torrente sanguíneo es una misión algo más complicada. Como barrera externa de nuestro cuerpo, una de las funciones de la piel es protegernos frente a agentes externos, como sustancias químicas. "De hecho, engañar a las capas de la piel y 'colarse en la fiesta' es uno de los grandes retos de la industria, fundamentalmente la cosmética", explica García.
Y no solo fallan las supuestas propiedades del ácido succínico que contienen estas pequeñas cuentas de ámbar sino que, en el caso de que una de ellas se desprendiese del collar, podría causar la asfixia del pequeño en el caso de llegar a su nariz o boca. A pesar de que haya un nudo de separación entre cada uno de estos "abalorios", uno es suficiente para que se den estas fatales consecuencias.
"Para las molestias que pueden tener algunos bebés con la dentición, lo más eficaz son los mordedores, los masajitos con un dedal de silicona y los mimos", explica Almansa a Maldita Ciencia. "Los mordedores pueden ser de caucho o silicona o con gel que se enfría en la nevera ofreciendo un calmante natural, el frío. Otro recurso para calmarlas, son los helados de leche materna: están fresquitos y son muy sanos".