¡Feliz viernes, malditas y malditos! Como cada semana, hoy contestamos a las preguntas que nos habéis hecho estos últimos días a través de nuestro
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¿Puede la manicura aumentar el riesgo de cáncer de piel?
Nos habéis preguntado si las lámparas de luz ultravioleta que se utilizan en los salones de manicura (para acelerar el proceso de secado del esmalte y endurecer las uñas de gel) pueden incrementar el riesgo de desarrollar cáncer de piel o melanoma. Es cierto que los rayos UVA son un factor de riesgo de esta enfermedad, sin embargo es muy poco probable que esto ocurra utilizando los aparatos de manicura, según las evidencias científicas al respecto.
Hay estudios que demuestran que la cantidad de radiación emitida por las lámparas de los salones de manicura no es lo suficientemente potente como para suponer un verdadero riesgo incluso para aquellas personas que reciben tratamientos de este tipo habitualmente. También confirman que la posibilidad de que esta influya en el riesgo de desarrollar cáncer de piel es muy baja.
"La radiación de las lámparas (rayos ultravioleta A o UVA) puede repercutir en el riesgo de cáncer, pero es muy poco probable que la exposición durante una manicura (apenas unos minutos) lo incremente significativamente", explica en este artículo Susan Swetter, directora del programa Pigmented Lesion & Melanoma y profesora de dermatología en el Medical Center y el Cancer Institute en la Universidad de Stanford, en California (Estados Unidos).
Aún así, y a pesar de los escasos minutos que dura la exposición a la radiación, este estudio publicado en el Journal of the American Academy of Dermatology advierte que, durante el secado, las manos reciben la energía equivalente al límite diario recomendado para las de aquellas personas que trabajan al aire libre, que reciben estos rayos (esta vez procedentes del sol) continuamente.
Es por esto por lo que los autores recomiendan aplicar crema solar en las manos 30 minutos antes de recibir el tratamiento y evitar lavarlas con agua y jabón antes de comenzarlo, para no retirar la protección de la piel. En caso de personas con piel sensible, los expertos sugieren utilizar guantes con las puntas de los huecos para los dedos cortadas.
“En general, la gente debería preocuparse más por aplicarse crema solar cuando salen a la calle durante el día que por el riesgo que supone hacerse la manicura", opina Swetter.
Parte de la preocupación actual por el tema surge a partir del caso de la modelo estadounidense Karolina Jasko, a quien diagnosticaron melanoma en un dedo pulgar a los 18 años. "El doctor dijo que la causa podría ser la luz ultravioleta de las lámparas que utilizan en el salón de belleza", explicaba Jasko en la cadena americana Fox 32 News. Sin embargo, este es un caso excepcional.
¿Estamos tomando antidepresivos, antibióticos y crema solar cuando comemos pescado?
Hace ya unos meses que se publicó este estudio de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) en el que se explica que los peces que habitan en aguas contaminadas pueden acumular antidepresivos, antibióticos y componentes de cremas solares; contaminantes que producen efectos secundarios en el plasma, cerebro e hígado de estos animales.
Nos habéis preguntado por este artículo, publicado en La Vanguardia a raíz de esa investigación y cuyo titular alerta de que "cuando comemos pescado estamos tomando antidepresivos, antibióticos y crema solar". A pesar de que el texto está firmado por la Agencia Sinc, que es la que publicó el reportaje original, La Vanguardia lo ha republicado modificando el titular y los párrafos introductorios originales, dando lugar a un texto que puede causar malentendidos.
Porque ahora mismo no hay evidencias de que al comer pescado ingiramos también los contaminantes mencionados, algo que no se dice en el texto original. En él, los científicos inciden que es preciso saber si existe el riesgo de que esto suceda, pero no hay pruebas de que así sea ni han investigado todavía sobre ello.
Lo que sí han hecho, según contaba Sinc, es analizar los contaminantes del organismo de los peces. Hasta ahora, no se había investigado en profundidad cómo estos se acumulan, distribuyen, metabolizan y eliminan en sus tejidos y secreciones biológicas. Los resultados muestran que algunas de estas sustancias, como el antidepresivo amitriptilina, el antibiótico ciprofloxacin y el filtro ultravioleta oxibenzona sí pueden acumularse en los peces, produciendo efectos secundarios en su plasma, cerebro e hígado.
Aún así, aún no hay evidencias suficientes como para saber qué supone esto para el consumidor: “No sabemos hasta qué punto influirá eso a nivel de individuo", explica en Sinc Haizea Ziarrusta Intxaurtza, investigadora de la UPV/EHU.
Según cuenta Ziarrusta a Maldita Ciencia, el estudio no demuestra que ingiramos tales contaminantes al comer pescado. "Dependerá de cuál sea este y de dónde proceda (en qué aguas haya vivido)", explica la investigadora y añade que, en cuanto a muestras reales, solo se ha analizado el hígado de los mubles (un tipo de pez) del estuario de Gernika, cuyas aguas estaban contaminadas, pero no el músculo, que es la parte que comemos.
Además, explica que la investigación no ha evaluado si "todos estos fármacos y químicos nos afectan a nosotros a través de su consumo", como se puede leer en el texto al que hacemos referencia. "Eso es otro mundo y no lo hemos investigado. Lo que hemos analizado es cómo les afectan algunos de estos contaminantes a nivel metabólico", matiza. "Pero, como siempre, son estudios/resultados preliminares que necesitan mucha más investigación".
¿Es recomendable utilizar jarras purificadoras para filtrar el agua del grifo?
Que hay lugares donde el agua del grifo nos sabe mejor o peor es un hecho: no es igual su gusto en la sierra que en la costa, por ejemplo (para gustos, paladares). Esto mismo, el sabor, es una de las razones por las que hay quienes prefieren utilizar una jarra purificadora antes de beberla. Sin embargo, este criterio no termina de convenceros y nos habéis preguntado si es recomendable utilizarlas por motivos de salud.
En primer lugar, si lo que nos preocupa es la salud, es completamente prescindible: en España no hay ninguna sustancia de la que sea necesario deshacerse cuando llenamos un vaso en la pila de la cocina. “El agua de grifo es el producto alimenticio que más controles pasa”, afirmaba en Sinc Fernando Morcillo, director general de la Asociación Española de Abastecimiento de Agua y Saneamiento (AEAS). "Y lo es porque está directamente relacionada con la salud humana". Según el Ministerio de Sanidad, el 99,5% del agua es potable en España y la única diferencia reside en su olor y sabor.
Entonces, utilizando recipientes como los mentados, ¿podemos mejorar estas dos últimas características? Al menos su sabor sí, ya que son eficaces en la eliminación casi total del cloro, que a pesar de ser una sustancia inocua en las cantidades que se encuentran en el agua potable, es la culpable de que sepa mejor o peor (en función del gusto del consumidor). Pero hay que considerar las posibles repercusiones del uso de las jarras con filtro.
Según un informe de la Agencia Nacional de Seguridad Sanitaria de la Alimentación, el Medio Ambiente y Trabajo francesa (ANSES) es cierto que pueden eliminarse sustancias no deseadas a través de las jarras purificadoras, pero también alterar otras que pueden disminuir el pH o alterar la calidad microbiológica, favoreciendo la proliferación de microorganismos. En este artículo de Consumer, se explica los pros y contras de filtrar el agua.
La conclusión de este estudio de la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) es que "las jarras depuradoras podrían ser útiles como una solución temporal en los lugares donde la Administración aún debe hacer esfuerzos por mejorar la calidad del agua". Añade que, al tener la capacidad de modificar la composición del agua, pueden dar lugar a una de peor calidad que la que pretendíamos purificar.
¿Es cierto que la lejía diluida alivia los brotes de dermatitis atópica?
Nos habéis preguntado por este post de Facebook que afirma que "la lejía diluida alivia los brotes de dermatitis atópica". Aunque de primeras pueda sonar algo escandaloso, esto es cierto: la lejía, en pequeña cantidad y muy diluida, puede utilizarse para aliviar y tratar el eccema infantil. Sin embargo es un tratamiento que debería supervisar siempre un experto en dermatología por el peligro potencial de la sustancia protagonista.
"Lo que se explica en el post está bien y las proporciones que da de la lejía son correctas. El único problema es que se da una recomendación general que no debería hacer nadie que no fuese dermatólogo", cuenta a Maldita Ciencia Sara Gomez Armayones, dermatóloga y responsable Alergia Cutánea del Hospital Clinic de Barcelona. "En mi opinión, es una recomendación que puede llegar a ser peligrosa".
El autor de la información, Armando Bastida, enfermero de pediatría, lo aclara en la misma publicación: "el problema radica en la concentración de lejía, ya que debe ser menor del 0,005%, que equivale a unos 112 mililitros de lejía por una bañera grande llena de agua". Para evitar tener que llenar esta en cada baño, Bastida facilita una equivalencia: 4 mililitros de lejía por cada 5 litros de agua, cantidades mucho más sencillas de medir usando una jeringuilla. El estudio al que hace referencia Bastida, es real, así como sus resultados.
Gómez explica que hay que tener en cuenta la edad del niño, la gravedad de la enfermedad y siempre contar con la supervisión de un experto en dermatología que supervise el tratamiento. "Por ejemplo, a un niño pequeño, que no entiende que no puede chupar una esponja, no puedes meterlo en una bañera con lejía sin supervisión, porque es peligroso", añade.
La Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (AEPAP) también aconseja este tratamiento en la página 212 del informe "Puesta al día en dermatitis atópica" en algunos pacientes con susceptiblididad a infecciones similares, utilizando siempre la cantidad de lejía recomendada y siempre y cuando la irritación sea leve (sino podría producir un importante escozor).
"Cuando se hace una recomendación general de este tipo hay que tener mucho cuidado con cómo lo va interpretar la gente", comenta Gómez. "Y un médico debe dar el visto bueno antes de comenzar el tratamiento".
Antes de terminar...
En Maldita Ciencia intentamos echaros un cable para solucionar vuestras dudas y aclarar esos mitos o desinformaciones relacionados con ciencia y salud que circulan por la red (y eso seguiremos haciendo). Sin embargo, no somos los adecuados para responder preguntas sobre diagnósticos o tratamientos particulares. Si eso es lo que necesitáis, un profesional de la salud que conozca vuestro caso será el indicado para ayudaros.