Una vez más, algunas dudas que nos hacéis llegar tienen que ver con productos cosméticos de Hacendado, la marca blanca de Mercadona. El origen es un postde Facebook que señala en concreto dos ingredientes, en este caso de los champús: el lauril sulfato de sodio (SLS) y el lauril éter sulfato de sodio (SLES). En ese post se sugiere que pueden causar cáncer al mezclarse con otros ingredientes, además de ser altamente irritantes y tóxicos. Son ideas que llevan mucho tiempo circulando por internet (Snopes ya lo desmintió en 1999) y en esas afirmaciones sin pruebas y otras muy distorsionadas.
Ambas sustancias se utilizan por su acción surfactante, es decir, atrapa los compuestos oleosos del pelo y la piel y ayudan a eliminarlos con el aclarado o enjuagado. Son necesarios para formar la espuma de jabones y champús. Es la primera de las dos, el SLS, la que produce más inquietud.
Para empezar, no hay evidencias de que el SLS o el SLES causen cáncer. No hay estudios que lo afirmen y ninguna agencia de seguridad nacional o internacional clasifican estas sustancias como cancerígenas. Es el caso de la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC), perteneciente a la OMS; el Programa Nacional de Toxicología de EEUU, La Agencia de Protección Medioambiental estadounidense o la Unión Europea.
Aquí puedes leer el análisis de Pubchem, de la Academia Nacional de Medicina de EEUU sobre el SLS y sobre el SLES; aquí lo que dice respecto a este rumor la Sociedad Americana del Cáncer y aquí, una revisión de estudios publicada en la International Journal of Toxicology, que actualizaba las evaluaciones de seguridad hechas en 1983, que concluía que “ningunos de los datos disponibles sugieren que haya ninguna posibilidad de que el SLS sea carcinogénico. A pesar de mensajes que hay en internet, esta cualidad en solo un rumor” y que “la información disponible sobre el SLES no sugiere que haga falta reabrir la evaluación de su seguridad”.
En resumen: no hay evidencias ni investigaciones que relacionen el uso de estos dos ingredientes con el cáncer.
Pero sí es cierto que el SLS puede resultar irritante en concentraciones muy altas o si permanece sobre la piel demasiado tiempo. Por este motivo, se usa sobre todo en productos que no pasan demasiado tiempo en contacto con la piel, como jabones o champús y la concentración normalmente no supera el 15%. En caso de que productos de aplicación más prolongada, como cremas, las concentraciones de esta sustancia deben ser aun menores (en torno al 1%). En cualquier caso, puede ser un potente irritante ocular y por eso es mejor evitar el contacto con los ojos.
La Agencia Europea del Medicamento establece que los productos médicos deben tener una concentración de esta sustancia que se encuentre entre el 25% en champús medicinales y el 0,2% en soluciones orales (enjuagues y colutorios). Para productos cosméticos no médicos, la UE autoriza el uso de ambas, que se encuentran en la base de datos CosIg de ingredientes cosméticos, sin imponer restricciones.
Algunas personas que son especialmente sensibles pueden desarrollar reacciones adversas leves, como picor o rojeces en la piel al utilizar cosméticos con estos ingredientes, aunque sus concentraciones sean bajas. Para esas personas puede ser mejor buscar otros champús y jabones que no los contengan. Pero para los demás, emplear cosméticos con SLS o con SLES no supone ningún problema para la salud.