Nos habéis preguntado si es cierto que el esperma de ballena se encuentra entre los componentes de algunas cremas y otros productos cosméticos.
La respuesta es no, y la confusión se debe a un problema de traducción: cachalote, en inglés, es sperm-whale. Esta denominación se debe a una sustancia que se encuentra en la gran cabeza característica de los cachalotes llamada espermaceti, una cera blanquecina, que en principio se creía que era el esperma del animal y que sí se utilizó en su día en los productos por los que nos habéis preguntado.
Como decimos, debido al desconocimiento inicial sobre la anatomía del cachalote y a la aparente similitud entre el spermaceti y el esperma (por su textura y color), al principio se pensó que se trataba de esto último, semen de ballena. Sin embargo, análisis posteriores, así como que esta sustancia también se hallaba en las hembras, obligaron a replantear la teoría.
Esta cera se crea en el órgano del espermaceti, en la mitad superior del cráneo de la ballena. En función de la edad y el sexo del animal, este aumenta entre un 40 a un 90% su tamaño.
Según este estudio, publicado en la revista PeerJ, en el siglo XIX y gracias a su falta de olor o sabor al congelarse, esta sustancia se utilizaba como materia prima para fabricar velas, cosméticos, pomadas y otros materiales, siendo el principal objetivo de la industria ballenera. Para evitar su deterioro y eliminar las impurezas, se hervía y luego se enfriaba hasta congelarse. A día de hoy, ya no se utiliza para la elaboración de estos productos, ya que ha sido sustituido por alternativas sintéticas más baratas.
Finalmente, las investigaciones descubrieron que, en efecto, el espermaceti no tenía nada que ver con el aparato reproductor de este tipo de ballenas.
Su función aún no es clara: quizá amplifique las señales con las que cazan y se comunican, o quizá les ayude a mantenerse a flote al respirar o a hundirse en las profundidades en las que cazan. Podría tener una combinación de varias funciones.