Circulan contenidos que advierten sobre el peligro para la salud que supone el consumo de arroz por su contenido en arsénico, una sustancia que puede resultar tóxica. ¿Es cierto que este alimento pone en riesgo la salud? Como explica la especialista en seguridad alimentaria Gemma del Caño en Salud sin Bulos, es cierto que el arroz contiene arsénico, pero desde la Unión Europea se establecen niveles máximos, por lo que su presencia en los alimentos está controlada.
El arsénico es una sustancia química que se encuentra en el medio ambiente tanto de forma natural como por efecto de la actividad humana, especialmente en aguas subterráneas. De ahí, al utilizarse para regar, puede pasar a distintos cultivos, especialmente de cereales y, en concreto, de arroz.
En su variedad inorgánica, el arsénico se considera carcinogénico, de ahí que en la Unión Europea se controlen los niveles presentes tanto en el arroz como otros alimentos, asegurando que estos se mantengan por debajo de los considerados seguros. Además, en países como Suecia y Reino Unido existen reglamentos y recomendaciones adicionales, como no ofrecer bebidas o tortitas de arroz a menores de seis años. En general, como añade del Caño, se recomienda no comer arroz más de cuatro veces a la semana.
Precisamente gracias a esos reglamentos y regulaciones, sabemos que el arroz que consumimos en España es seguro y mantiene los niveles de arsénico controlados. Pero para quien quiera ampliar la precaución (si bien Del Caño nos explica que esto en nuestro país no es necesario), hay algunos consejos a la hora de cocinar y manipular el arroz que ayudan a reducir su contenido de arsénico.
Los principales son dejar el arroz en remojo unas ocho horas antes de cocinarlo; cocerlo con exceso de agua, descartándola después y lavarlo varias veces hasta que el agua deje de salir blanca. Quizá con eso el arroz no quede exactamente en nuestro punto preferido, pero ese ya es otro tema.