¡Feliz viernes, feliz consultorio de Maldita Ciencia! Estas son algunas de las preguntas que nos habéis hecho estos días, allá vamos a intentar despejar vuestras dudas.
¿Las protuberancias del pimiento influyen en su sabor?
Nos habéis preguntado por una imagen en la que supuestamente se explica que los pimientos con tres protuberancias en la base son más dulces y sirven para comerlos dulces o en ensalada, mientras que los que tienen cuatro protuberancias son más amargos y sirven para cocinar. ¿Es esto verdad?
Pues no, no lo es. Hemos preguntado a Adrián Rodríguez, investigador del Instituto COMAV (Instituto de Conservación y Mejora de la Agrodiversidad Valenciana) y especialista en mejora genética de pimientos, chiles y ajíes, y nos ha explicado que lo que se lee en esta imagen no tiene ningún fundamento.
"Yo mismo analizado variedades de pimientos de tres y de cuatro protuberancias (en el argot de los pimientos se llaman "cascos") y no hay diferencia en términos de sabor ni nada a nivel de analíticas", explica Rodríguez, y añade: "no hay el más mínimo signo de evidencia que muestre resultados consistentes de unos [los pimientos de tres cascos] frente a otros [los de cuatro cascos]".
Entonces, ¿qué influye en el sabor de un pimiento? En general, factores como las condiciones de cultivo, la variedad, la época del año... En concreto, el dulzor o el amargor de los pimientos depende del equilibrio entre el contenido en azúcares sencillos (glucosa, fructosa y sacarosa) y el contenido de compuestos volátiles con aromas herbáceos o frutales: "a mayor contenido en azúcares y aromas frutales, más dulce sabe el pimiento; a menos azúcares y más aromas herbáceos, más amargo", concluye Rodríguez.
¿El agua con azúcar cura las agujetas?
Es una idea tan vieja que ha vivido de boca en boca antes incluso de que existiese internet, y nos habéis preguntado por ella: ¿es verdad que beber un vaso de agua con azúcar después de hacer ejercicio ayuda a evitar las agujetas en los días siguientes? La respuesta es que no, no hay ninguna evidencia de que sea así.
Las teorías sobre qué son exactamente las agujetas han cambiado en las últimas décadas. Antes se pensaba que se trataba del efecto de cristales de acido láctico que se formaban en los músculos y de ahí esa sensación de pequeñas agujas. De ahí proviene el remedio del agua con azúcar, que ayudaría a deshacer esos cristales y prevenir su formación.
Ahora se sabe que esta no es la causa de las agujetas, que se deben en realidad a microtraumas y microrroturas en las fibras musculares. El agua con azúcar deja por tanto de tener sentido, aunque pueda ser utilizado por el efecto placebo que cualquier remedio tiene frente a no usar remedio ninguno.
¿Qué funciona entonces contra las agujetas? Lamentamos informar de que no hay ningún remedio mágico a nuestro alcance. En este artículo del National Health Service (NHS) británico se sugiere que, para aliviar el dolor de las agujetas intensas se utilice descanso, hielo, masajes deportivos y analgésicos si es necesario. Otros estudios han analizado la eficacia de otras soluciones, los zumos de frutas ricos en antioxidantes (granada, arándanos o sandía entre otros), y han encontrado resultados positivos cuando su consumo es habitual y sostenido en el tiempo.
La clave contra las agujetas se encuentra, en realidad, en el mismo ejercicio que nos las causa: calentar bien antes de entrenar, mantenerse hidratado y estirar bien después, además de ir incrementando la intensidad poco a poco es lo que mejor puede ayudarnos a evitar las agujetas.
¿Sanidad ha avisado a los mayores de 40 años de que no deben tomar ibuprofeno?
A lo largo de la semana, nos habéis preguntado por distintas publicaciones, tanto posts de Facebook como otras páginas web, que alertaban sobre el consumo de ibuprofeno en personas mayores de 40 años. Según las mismas, Sanidad habría alertado de que tomar este medicamento antiinflamatorio “triplica el riesgo de padecer problemas cardiovasculares a partir de esta edad”. Pero no: el Ministerio de Sanidad no ha emitido ese aviso, y los años no se consideran un factor influyente en la probabilidad de sufrir enfermedades de este tipo.
El Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social (MSCBS) ha desmentido a Maldita Ciencia haber emitido la alerta de la que hablan estas páginas web y ha añadido que “lo que hay que tener en cuenta, en caso de duda, es la ficha técnica del medicamento”.
Lo que indica el prospecto del ibuprofeno es que, “en tratamientos de larga duración y especialmente si se requieren dosis altas, los pacientes con factores de riesgo cardiovascular conocidos, deben evitar dosis diarias de 2400 miligramos o superiores”. No menciona ninguna edad.
La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) explica que “no existe riesgo de infarto o trombosis arterial con el uso ocasional del ibuprofeno en dosis de 1200 miligramos o menos”.
Según explica a Maldita Ciencia Marta Díaz Menéndez, médico internista del hospital La Paz-Carlos III de Madrid “es cierto que los antiinflamatorios no esteroideos, entre los que se encuentra el ibuprofeno, se han asociado a un aumento del riesgo de infarto de miocardio, pero solo en dosis altas, de 2400 o más miligramos al día y en tratamientos de varias semanas”.
Por lo tanto, no: el riesgo de padecer problemas cardiovasculares no aumenta en función de la edad del paciente, sino de sus precedentes médicos (previos problemas cardiovasculares), del tiempo que dure el tratamiento y de la cantidad diaria que tome.
“El uso del ibuprofeno que hace la inmensa mayoría de las personas como analgésico ocasional (como mucho 2 comprimidos de 600 miligramos al día, o 3 de 400 miligramos) no supone un riesgo significativo y se puede hacer con tranquilidad si no ha tenido previamente infarto agudo de miocardio, angina o ictus”, explica Díaz.
El problema es que es posible comprar fármacos de este tipo sin prescripción médica. Por norma general, lo utilizamos cuando nos duele algo o tenemos fiebre, sin nadie que evalúe nuestra situación y nos explique qué cantidad es la adecuada en función de nuestro diagnóstico.
Por eso, AEMPS recomienda a los pacientes con problemas cardiovasculares acudir a un profesional sanitario que evalúe los riesgos asociados al mismo antes de iniciar un tratamiento de ibuprofeno a largo plazo.
¿El kefir tiene beneficios para la salud?
Nos habéis preguntado por los beneficios del kéfir, una leche fermentada parecida al yogur. Hemos consultado a Beatriz Robles, tecnóloga de alimentos y dietista-nutricionista y esta es su principal conclusión: “Es una opción saludable, contiene nutrientes interesantes y, como otras leches fermentadas, puede tener efectos beneficiosos”.
El kéfir se diferencia de otras leches fermentadas “en el tipo de microorganismo que se encarga de esa fermentación”, explica Robles. “Además de contener bacterias de géneros distintos de las del yogur, también tiene levaduras”. El proceso de fermentación también es diferente: en los yogures es ácido-láctica y en el kéfir es láctico-alcohólica.
En cuanto a sus propiedades, “es una buena fuente de proteínas de alto valor biológico” y “destaca también por su contenido en calcio que presenta una alta biodisponibilidad (es decir, que una proporción alta del calcio se absorbe y está disponible para que el organismo lo utilice)”.
Además, los alimentos que contienen microorganismos vivos podrían ayudar a mantener o mejorar la proporción de microbiota beneficiosa, aunque “no todos los alimentos que contienen probióticos garantizan beneficios”, recuerda Robles. “Depende del tipo de microorganismo, la cantidad en la que se encuentren en el alimento, la capacidad para llegar vivos al intestino grueso…”.
Quizás habéis leído en alguna parte que el kéfir carece de azúcar y por ello es adecuado para fines dietéticos. Pero, ¿es así? “El azúcar de la leche (lactosa) no se considera un azúcar libre, sino intrínseco”, y por eso “no tiene un efecto perjudicial, siempre que no se tenga una intolerancia a la lactosa”, señala Robles. Es decir: aunque el kéfir tiene menos lactosa (porque ha sido utilizada en la fermentación), esto “no sería un factor determinante a la hora de hablar de un efecto beneficioso”.
¿Y los intolerantes a la lactosa pueden tomar kéfir? "El grado de intolerancia a la lactosa depende del individuo”, explica Robles. Según la Autoridad Europea para la Seguridad de los Alimentos (EFSA), la mayoría de las personas intolerantes a la lactosa pueden consumir hasta 12 g de lactosa (la que contiene un vaso de leche) sin mostrar síntomas. “Por lo tanto, gran parte de las personas con intolerancia a la lactosa pueden consumir estos alimentos sin problema”.
Actualmente podéis encontrar un gran surtido de kéfir en los supermercados pero seguro que muchos tenéis algún amigo que lo elabora en casa a partir de leche y gránulos de kéfir, que tienen forma de coliflor. ¿Es seguro hacerlo?
Hay que tomar precauciones. En primer lugar debe usarse siempre leche tratada térmicamente: o pasteurizada o UHT. "Nunca hacerlo con leche cruda, ni siquiera tras haberla hervido en casa", advierte Robles.
Además, hay que extremar las medidas higiénicas, dejarlo fermentar el tiempo suficiente, mantenerlo refrigerado y consumirlo en un plazo corto, de unos 5 días, recomienda esta nutricionista.
Y ojo con los granos de kéfir que pasan de mano en mano (o de casa en casa): no es legal ni tiene garantías sanitarias comprar esos granos por vías no controladas. "En esos casos, no tenemos garantías de sus condiciones higiénicas y puede estar contaminado".
Y por último...
Por si para alguno de vosotros este es el primer Consultorio de Maldita Ciencia, repetimos una vez más que hay algunas dudas que no debéis consultar con nosotros: las que se refieren a vuestras enfermedades, diagnósticos y tratamientos. Ese tipo de preguntas es mejor que se las planteéis a un profesional médico que conozca vuestro caso concreto. Ni nosotros ni ninguna otra página web deberían sustituir a esos profesionales.
Tampoco estamos preparados ni tenemos los recursos para sustituir a ningún profesor. Si tenéis dudas mientras estudiáis, o queréis recomendaciones de libros y otros materiales, sus respuestas y sugerencias siempre serán más adecuadas que las nuestras.