¿Es la seguridad alimentaria un tema preocupante? En 2022 - los datos más recientes - lo era para un 81% de los españoles, un porcentaje que supera en 10 puntos a la media de la Unión Europea, según el Eurobarómetro. En 2024, hechos ciertos pero matizables como alertas por hepatitis A en fresas de Marruecos y bacterias resistentes a los antibióticos en el pollo del Lidl se mezclaron con desinformaciones sobre judías marroquíes de origen doble o que mostraban supuesta contaminación bajo una luz ultravioleta.
En Maldita.es ya hemos contado que, aunque se han difundido muchos contenidos sobre alimentos de Marruecos, no es el país con más notificaciones de seguridad alimentaria. Además, aunque algunos de estos contenidos se basaban en avisos reales, no iban dirigidos al consumidor porque aún no se habían comercializado. Cuando sí existe un riesgo real para el consumidor, la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) publica y difunde la alerta correspondiente.
El sistema de alerta alimentaria: qué es y cómo funciona
La seguridad alimentaria (disponer de alimentos suficientes e inocuos) está presente tanto en normativas europeas, por ejemplo en los objetivos de la Política Agraria Común 2023-2027 (PAC), como en legislaciones nacionales. España aprobó en 2011 la ley de seguridad alimentaria y nutrición, que reconoce la seguridad alimentaria como un derecho y establece que las personas deben conocer los riesgos asociados a los alimentos y estar protegidas frente a ellos.
Antes de que los alimentos lleguen al punto de venta se llevan a cabo inspecciones y controles regulados en las distintas fases de producción, embalaje y distribución como parte del Plan Nacional de Control Oficial de la Cadena Alimentaria. Algunas de las técnicas que se emplean son las inspecciones sin previo aviso, el control documental o el análisis de muestras en laboratorios oficiales.
También se controla la calidad de los productos extranjeros. En Europa y en España existe un Sistema de Alerta Rápida para Alimentos y Piensos (RASFF por sus siglas en inglés) que permite detectar rápidamente productos que puedan ser peligrosos y retirarlos del mercado antes de que lleguen al consumidor. Se emiten decenas de notificaciones diariamente, pero la mayoría no suponen un riesgo para la salud o se dirigen únicamente a las autoridades sanitarias.
En los casos más graves, las autoridades emiten alertas a los consumidores. La encargada de coordinar estas alertas a nivel nacional es la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN).
La AESAN solo alerta de los alimentos que presentan un riesgo grave para el consumidor
En los últimos 7 años la AESAN ha publicado 154 alertas en su página web. De ellas casi un tercio (un 29,8%) se emitieron en 2024, que además se convierte en el año con más avisos por seguridad alimentaria.
“La evolución general del número de alertas es ascendente y el año 2024 no ha sido una excepción. No hay un motivo que suponga una preocupación ya que el aumento se debe a la eficacia de los controles oficiales y en gran medida al esfuerzo por parte de los operadores económicos, que se traduce en el aumento cada año de las notificaciones que se inician en la detección de riesgos en sus autocontroles y su comunicación a las autoridades competentes, lo que permite retirar del mercado los productos considerados no seguros con mayor eficacia y rapidez”, dicen desde la AESAN a Maldita.es.
Mientras que los avisos del RASFF se dirigen sobre todo a la industria alimentaria y analizan también los piensos, el objetivo principal de las alertas de la AESAN es informar a la ciudadanía. Si un producto que podría ser peligroso ha llegado a los hogares, se proporciona la información necesaria para evitar su consumo. Estas comunicaciones se realizan a través de webs oficiales, medios de comunicación y redes sociales.
Por ejemplo, en 2024, el mes de octubre hubo varias alertas por la presencia de Salmonella, la bacteria que causa la salmonelosis, en croquetas congeladas, huevos o brotes germinados de col. En cada una de ellas se especifican detalles como el nombre del producto, la marca o el lote. Incluyen también fotos e información de las comunidades autónomas donde se ha podido distribuir el alimento.
La AESAN y las comunidades autónomas siguen estos criterios para decidir si una alerta debe ser comunicada al público general:
La certeza o duda razonable de que el producto suponga un riesgo grave para la salud.
La posibilidad de que el producto esté o pueda estar a disposición de los consumidores.
Si ha se producido un brote alimentario o existe el riesgo de que lo haga.
Una comunidad autónoma u otro país ha comunicado el riesgo, incluso si la alerta no se ha notificado en la RASFF.
La retirada del producto del mercado por parte de la empresa que lo fabrica.
En la siguiente tabla puedes encontrar todos los avisos publicados en la web de la AESAN clasificados por su tipo (alerta, ampliación o nota actualizada), la fecha en la que se produjo la alerta y el enlace al aviso completo.
La seguridad alimentaria ya es la tercera prioridad cuando compramos
A la hora de hacer la compra, los consumidores españoles se fijan sobre todo en el coste de los alimentos, con el sabor como segundo factor más importante seguido muy de cerca por la seguridad alimentaria, continúa el Eurobarómetro de 2022. Aunque en la Unión Europea la procedencia de los alimentos importa tanto como su seguridad, a la mitad de los españoles este último aspecto les parece más relevante cuando están llenando la cesta.
Los residuos de pesticidas, las enfermedades de los animales y las toxiinfecciones causadas por alimentos contaminados con bacterias, virus o parásitos encabezan la lista de inquietudes de los consumidores en España. Otras preocupaciones menos comunes son los aditivos, los microplásticos presentes en los alimentos o el bienestar animal.