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MALDITO BULO

Cuidado con el contenido que dice que ha aumentado un 366% la "pérdida de bebés" en el Reino Unido porque las madres recibieron la vacuna contra la COVID-19

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Se está difundiendo un contenido, publicado en la web CienciaySaludNatural.com que afirma en el titular: "En sólo 6 semanas hubo un aumento de un 366% de pérdidas de bebés por nacer en madres que recibieron la inyección COVID". El contenido mantiene que una "actualización" de los datos que maneja el Gobierno de Reino Unido muestra "la cantidad de niños no nacidos y recién nacidos que pierden la vida como resultado de que las madres recibieron una de las vacunas". Se trata de un bulo.

Esta verificación ha sido realizada en el marco del proyecto #VACÚNAte que Maldita.es y la agencia de noticias Servimedia desarrollan contra la desinformación sobre las vacunas de la COVID-19 con el apoyo de Google News Initiative.

La publicación se basa en informes que recogen las sospechas de posibles efectos secundarios de las vacunas de Pfizer y BioNTech y Oxford-AstraZeneca. Estas sospechas se notifican a través del programa Yellow Card Scheme y después tienen que ser revisadas, según explica a Maldita.es la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios (MHRA por sus siglas en inglés) del Reino Unido.

Es decir, lo que vemos en esos documentos en los que se basa el contenido no son efectos secundarios de las vacunas confirmados, por lo que no se puede afirmar que los abortos se hayan producido "como resultado de que las madres recibieron una de las vacunas", como dice el contenido. De hecho, según la MHRA, "no hay ningún patrón que sugiera un riesgo elevado de aborto espontáneo relacionado con la exposición a las vacunas COVID-19 durante el embarazo".

Los informes recogen sospechas de efectos secundarios no probados

El contenido del que os hablamos utiliza dos informes que resumen la información recibida sobre las vacunas de Pfizer y BioNTech y la de Oxford-AstraZeneca a través del Yellow Card Scheme (programa de tarjeta amarilla, en español). Este programa, según la MHRA, "es el sistema del Reino Unido para notificar sospechas de efectos secundarios de medicamentos y eventos adversos con dispositivos médicos, administrado por la MHRA".

Las notificaciones recibidas a través del Yellow Card Scheme "no son efectos secundarios probados", asegura la MHRA, sino sospechas de posibles efectos secundarios. Es decir, que los casos recogidos en estos informes sobre las vacunas aprobadas en el Reino Unido no corresponden a efectos secundarios de la vacuna confirmados, por lo que no se puede afirmar que los abortos se hayan producido "debido a la vacuna Pfizer o AstraZeneca contra la COVID-19", como dice el contenido. Según explica la MHRA, "enfermedades coincidentes subyacentes o no diagnosticadas previamente también pueden ser un factor en los informes". Lo que hace la MHRA con estos informes de notificaciones es revisarlos "para identificar posibles nuevos riesgos".

Además, como se señala en este otro informe sobre las notificaciones del programa Yellow Card con respecto a las vacunas contra la COVID-19, cualquier persona puede notificar una sospecha de efecto secundario a la vacuna, no sólo los sanitarios. De hecho, puede notificar una reacción adversa aunque "no esté segura de si fue causada por la vacuna". La existencia de esa notificación "no significa necesariamente que la vacuna haya causado la reacción sospechada", aclara el informe.

En Maldita.es ya os hemos explicado cómo funciona el sistema de farmacovigilancia que monitoriza los efectos de la vacuna frente a la COVID-19 en España y por qué no es lo mismo acontecimiento adverso que efecto secundario.

No se ha observado ningún riesgo de aborto espontáneo relacionado con las vacunas contra la COVID-19, según la MHRA

El contenido basa sus afirmaciones en dos informes. El primero es el que recoge todas las notificaciones recibidas a través del programa Yellow Card Scheme para el análisis de la vacuna contra la COVID-19 de Pfizer y BioNTech. Compara las notificaciones recibidas relativas al embarazo de dos versiones de este informe: la del 31 de enero y la del 16 de marzo, que podemos consultar en la herramienta de archivado WayBack Machine.

Como vemos en las capturas, en el caso de la vacuna de Pfizer, las notificaciones de abortos espontáneos como sospecha de posible efecto secundario pasaron de 4 (en la versión del 31 de enero) a 23 (en la versión del 16 de marzo). De esto se vale el contenido para afirmar que "ha habido un aumento del 475%" en el número de abortos espontáneos en mujeres que habían recibido la vacuna de Pfizer. También resalta la notificación de un nacimiento prematuro: "Ahora también hay un informe de un bebé prematuro que lamentablemente muere después de que la madre recibió la vacuna Pfizer".

El segundo informe en el que se basa el contenido es el documento en el que se recogen las notificaciones de la vacuna de Oxford-AstraZeneca. También se comparan dos versiones de este informe distintas: la actualización del 28 de enero y la del 16 de marzo, que están disponibles en WayBack Machine.

En este caso, las notificaciones de abortos espontáneos como sospecha de posible efecto secundario pasaron de 2 (28 de enero) a 5 (16 de marzo). A este respecto, el contenido sostiene que "ha habido un aumento del 150%" en el número de mujeres que sufrieron un aborto espontáneo tras recibir la vacuna contra la COVID-19 de AstraZeneca.

Mientras, el dato de que ha aumentado un 366% la "pérdida de bebés" que se indica en el titular del contenido sale de sumar las notificaciones de ambos informes.

En este sentido, desde la MHRA afirman a Maldita.es que han recibido "una pequeña cantidad" de notificaciones de abortos espontáneos en las primeras 12 semanas de embarazo tras la administración de las vacunas contra la COVID-19, que se están monitorizando de cerca. Pero aclaran que "no hay ningún patrón que sugiera un riesgo elevado de aborto espontáneo relacionado con la exposición a las vacunas COVID-19 durante el embarazo".

La agencia explica que el aborto espontáneo en el Reino Unido ocurre en aproximadamente 1 de cada cuatro embarazos (en 25 de cada 100) "por lo que es de esperar que ocurran algunos abortos espontáneos después de la vacunación por pura casualidad". En el caso de los nacimientos prematuros, la MHDA apunta que ocurren en aproximadamente 8 de cada 100 nacimientos en el país, "por lo que también es de esperar que ocurrieran algunos nacimientos prematuros después de la vacunación por pura casualidad".

Además, la MHRA insiste en que el número de notificaciones del programa Yellow Card Scheme no deben compararse de un periodo a otro o entre vacunas ya que no tiene en cuenta el avance de las campañas de vacunación. Explican lo siguiente:

"El número de personas que habían recibido la primera dosis de la vacuna contra la COVID-19 aumentó de 7.169.410 a 22.679.302, del 24 enero al 7 marzo. El número de personas de 18 a 45 años que recibieron una primera dosis de vacuna COVID-19 aumentó de 1.340.043 a 4.322.791 durante el mismo período. Se esperaría que al menos la mitad de ellos fueran mujeres, por lo que se estima que el número de mujeres en edad fértil ha aumentado de 665.524 a 2.146.866 para el mismo período de tiempo".

Por lo tanto, no es correcto afirmar que los abortos espontáneos sean "resultado de que las madres recibieron una de las vacunas COVID en el Reino Unido", como dice el contenido. Los informes en los que se basa son de sospechas de posibles efectos secundarios no confirmados y la MHRA asegura que no se ha observado un riesgo de aborto espontáneo relacionado con las vacunas contra la COVID-19.

La recomendación de MHRA sobre la vacunación contra la COVID-19 en mujeres embarazadas

La MHRA sostiene que "el consejo actual es que las vacunas COVID-19 no se recomiendan de forma rutinaria para las embarazadas, porque aunque los datos disponibles no han planteado ningún problema de seguridad, los datos limitados en esta población son insuficientes para recomendar su uso rutinario", algo de lo que ya hemos hablado en Maldita Ciencia. Si bien, la agencia puntualiza que "los beneficios de la vacunación pueden ser importantes para aquellas que tienen un riesgo muy alto de contraer la infección o aquellos con condiciones clínicas que los ponen en alto riesgo de sufrir complicaciones graves por COVID-19".

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