¡Hola, malditas y malditos! Bienvenidos un día más al consultorio tecnológico, donde damos respuesta a esas preguntas existenciales sobre el mundo digital que os rondan la cabeza. Porque sí, más de uno se habrá preguntado qué es eso de que haya una inteligencia artificial liderando un partido político en Dinamarca, así que vamos a explicar de qué va ese asunto. También nos habéis preguntado por esos mensajes de texto que nos llegan cuando viajamos a un país extranjero. ¿Cómo saben que he dejado mi país? ¿Cómo funciona?
Además, respondemos a la consulta de una de nuestras malditas sobre una empresa a la que compró unos auriculares a través de Amazon y se la invitó a dejar una reseña de cinco estrellas a cambio de una tarjeta de regalo. ¿No es eso acaso un modo de comprar nuestra opinión? Lo resolvemos con la ayuda de especialistas en consumo.
Para todo lo demás que se os ocurra preguntar, os dejamos nuestros canales abiertos: puedes escribir a nuestro chatbot de WhatsApp (+34 644 229 319), dejar tu pregunta en este formulario o mandarnos un mensaje a nuestro Twitter o al correo [email protected]. ¡Empezamos!
Si me ofrecen una tarjeta regalo a cambio de publicar una buena reseña de un producto, ¿es una compra encubierta de valoraciones falsas, se podría reclamar?
Quien más, quien menos, ha realizado alguna compra a través de plataformas de comercio electrónico como Amazon y, en la búsqueda de qué elegir, nos fijamos en las reseñas. Las puntuaciones de los productos se han convertido en algo que siempre revisamos para ver cuántas estrellitas tienen y decidir si son buenos o no. De hecho, los artículos pueden incluso ordenarse según la valoración media de los clientes.
Si confiamos tanto en estas opiniones que presuponemos como objetivas, ¿qué pasa si en realidad fueran falsas? Esto es un problema recurrente, que se ha intentado abordar con una nueva ley contra las reseñas falsas que entró en vigor en mayo de 2022 en España. El nuevo real decreto modifica la Ley General para Defensa de los Consumidores y la Ley de Competencia Desleal, y ahora el Ministerio de Consumo puede sancionar a las empresas por fraudes masivos y la publicidad encubierta a través de las redes sociales, y obliga a plataformas como Amazon a indicar si las valoraciones han sido verificadas.
En este escenario, hay muchos matices que analizar, y atención a lo que uno de vosotros nos habéis contado: resulta que, después de comprar unos auriculares por Amazon, habéis recibido una carta del vendedor diciendo que habéis sido seleccionados para obtener una tarjeta regalo (con la que comprar otros productos). Para conseguir esta tarjeta regalo, el vendedor indica que hay que poner una reseña de 5 estrellas a los auriculares (al producto original comprado).
Si se da el caso y nos ofrecen una tarjeta regalo o un beneficio a cambio de publicar una buena reseña de un producto, ¿es una compra encubierta de valoraciones falsas? ¿Se podría reclamar de alguna manera o la empresa está en su derecho de regalar cosas como recompensa a reseñas favorables?
Los especialistas consultados por Maldita.es ratifican que, en el caso de una carta de este tipo, sí, se trata de una compra encubierta de reseñas falsas. “Cuando una entidad ofrece una remuneración o cualquier otro beneficio a un consumidor que ha adquirido un producto para que este añada una reseña positiva, se consideraría una reseña falsa puesto que estaría distorsionando la valoración real del usuario, y esto podría condicionar y manipular a otras personas consumidoras”, explica a Maldita.es César Díaz, abogado del área jurídica de la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU).
Desde el punto de vista de la nueva normativa de reseñas falsas que puso en marcha Consumo, Díaz recuerda que Ley de Competencia Desleal establece que, “si se añaden reseñas falsas o distorsionadas de consumidores y usuarios en la publicación de un producto, se incurrirá en una práctica engañosa, y por tanto, en competencia desleal”.
Es decir, en este caso que estamos analizando, es cierto que si tú recibes esa carta y dejas una reseña, eres un consumidor real que ha adquirido el producto, pero hay una distorsión sobre tu opinión y tu reseña sería falsa: te están ofreciendo una remuneración o un beneficio como una tarjeta regalo a cambio.
Entonces, ¿podríamos reclamar si hemos recibido una “propuesta” así? Para Díaz de CECU, “el consumidor podría denunciar estas prácticas ante los organismos de consumo y, dependiendo de cada caso, incluso pedir la resolución del contrato y/o una indemnización por daños y perjuicios sufridos”.
Raquel Duque, vocal y responsable de comunicación de la Asociación Española de Derecho de Consumo, coincide en que este tipo de situaciones se tratan de una compra encubierta de valoraciones y considera que, en relación con la modificación de ley, sí sería sancionable: “No veo una reclamación a nivel particular pero sí una denuncia en Consumo, porque es competencia desleal”, especifica.
¿Puede una inteligencia artificial dirigir un partido político? ¿Cómo funciona la que ha presentado un partido danés?
En las últimas semanas, muchos medios se han hecho eco de un proyecto político que usa inteligencia artificial (IA) en Dinamarca: seguramente hayas visto titulares que hablan de “una inteligencia artificial que lidera un partido político danés”. Han llamado al sistema en cuestión “Leader Lars” (o “Líder Lars”, en español”), y pese a que en muchos casos se está retratando como un programa capaz de representar a un partido político y de entender las necesidades de la gente, este tipo de proyectos están muy lejos de lo que entendemos que haría un líder de un partido político a día de hoy. Veámoslo en detalle.
Líder Lars es un chatbot basado en inteligencia artificial desarrollado por una asociación sin ánimo de lucro llamada MindFuture y un colectivo técnico-artístico llamado Computer Lars, y se asocia a lo que han bautizado como el Partido Sintético. ¿De qué hablan, en este caso, cuando mencionan ‘una inteligencia artificial’ al frente de un partido? Un chatbot es un sistema programado para interactuar con las personas por medio de textos o audios, como puede ser Alexa u otro asistente de voz que usamos en casa, si hablamos de audio, o un programa asistencial si hablamos de texto. Por ejemplo, como cuando hablamos con el chat de algunas operadoras para resolver un problema técnico. En el caso de Líder Lars, dos grupos han diseñado este programa y lo han entrenado para que, cuando se le hable, pueda responder con temas referentes a la política danesa.
Siempre recordamos que para entrenar un programa de inteligencia artificial que arroja respuestas por sí mismo, es necesario presentarle muchos, muchos datos sobre el tema que queremos que hable o escriba. En el caso de Líder Lars, se ha alimentado con los programas electorales de los partidos que no han llegado a tener representación parlamentaria desde 1970. ¿Con qué intención? Sus creadores dicen que aspiran a que las personas que no acuden normalmente a votar puedan comunicarse con el sistema y luego recoger sus peticiones para incluirlas en su propio programa de cara a 2023.
Ahora bien, ¿significa esto que con Líder Lars se pueda hablar como con una persona o con un representante político? O más bien, ¿tiene capacidad para legislar o dirigir un partido? No, y es importante que entendamos por qué un programa de inteligencia artificial no es capaz a día de hoy de “liderar” un partido político.
“No sé si lo veremos en más países, pero no tiene ninguna incidencia sobre cómo funciona el proceso democrático”, afirmaba en una entrevista en RTVE la especialista en auditoría de algoritmos y CEO de Eticas Tech, Gemma Galdón. “Lo que hace es visibilizar un uso intensivo de los datos que en muchos casos los partidos ya están realizando. La interacción con el ciudadano ya no la tiene un político, sino que la tiene un chatbot”, decía.
“Lo que plantean es que es muy difícil llegar a un político, pero un chatbot se puede reproducir de muchas maneras y muchas veces, con lo cual tú puedes tener una interacción con un chatbot, pero siempre programado por políticos. No es que las personas, o los políticos, se pongan al servicio de una inteligencia artificial”, resaltaba.
Aquí es importante que hablemos de que un sistema de inteligencia artificial no es capaz de ‘entender’ lo que nos está diciendo o escribiendo. Por tanto, no es posible que Líder Lars comprenda lo que implica que una persona reciba un salario u otro, que tengan acceso a un servicio de salud pública o no o que pueda debatir para instaurar medidas como se hace en un proceso político y democrático a día de hoy.
“Ningún sistema de IA (como GPT-3 o un chatbot) tiene conciencia real de lo que está diciendo en el sentido que tenemos conciencia nosotros, de entender lo que significa lo que estamos diciendo y mirar sus implicaciones en el futuro o situarlas en un contexto histórico”, afirma a Maldita.es Ariel Guersenzvaig, filósofo de la tecnología especializado en ética de la IA y profesor en Elisava Facultad de Diseño e Ingeniería en la Universidad de Vic.
Sin embargo, así es como se está retratando en entrevistas en algunos medios. “En los temas políticos y sociales no hay lo que podemos llamar una verdad de base: si coges la composición química de una piedra o defines lo que es un melanoma para programar un sistema de inteligencia artificial, estaremos de acuerdo en que el sistema podrá detectarlo porque tenemos una idea más clara de lo que es. En cambio, en temas socio-políticos no tienes estos conceptos de verdad como punto de partida”, señala.
“En una sociedad moderna y plural hay diferencias importantes en lo que es la seguridad, el bienestar, la buena educación, la integración… son objetos de constante debate. No hay una verdad que puedas obtener mediante un sistema matemático”, recalca el especialista.
La directora de MindFuture, Caroline Axelsson, decía en una entrevista con El Periódico de España que “hay gente que cree que una máquina gestionaría mejor un país porque no se corrompe, pero porque tampoco tiene empatía”. Esa idealización de que una máquina “objetiva” tuviese representación parlamentaria es más común de lo que pensamos. De hecho, hay informes que reflejan que más de la mitad de los españoles estarían de acuerdo en sustituir el número de parlamentarios y que se les diese poder de decisión a los algoritmos (te contamos por qué eso no es tan fácil como parece).
Pero esta percepción, en realidad, tiene trampa, ya que no es posible inculcar lo que es ser “objetivo” a una máquina. “La idea de objetividad como una cosa pura, aislada de todo tipo de valores y emociones está descartada en la epistemología moderna. Objetiva es la composición de una piedra, pero no hablamos de ello en otro tipo de debates”, dice Guersenzvaig. Y recalca: “Un sistema informático no es más objetivo”.
Esto es algo que vemos incluso contradictorio en las conversaciones escritas que han tenido algunos periodistas con el sistema. Mientras que los creadores aseguran que el partido es “sintético” y por tanto trata de homogeneizar las disparidades, el programa por sí mismo se define como “progresista” o dice claramente que es de un partido “de izquierdas”. ¿Por qué? Seguramente porque esa sea la ideología de los partidos cuyos programas electorales han sido utilizados.
También se utiliza el pretexto de que un programa de inteligencia artificial no puede ser “corrupto”. Sin embargo, una vez más depende de cómo se le entrene. “El término IA confunde a la mayoría de las personas en cuanto a las capacidades reales de los sistemas. Una planta en un sentido puede ser inteligente porque sabe cuándo abrirse, cómo florecer o buscar la luz, pero cuando hablamos de IA hablamos de un tipo de inteligencia humana y que incluso tiene unos atributos más racionales o menos emocionales, por todo el halo matemático estadístico”, añade Guersenzvaig.
De ahí que este especialista considere que no es posible a día de hoy que uno de estos sistemas tome decisiones automatizadas sobre cuestiones políticas: “Porque son frágiles técnicamente, están tremendamente sesgados, tienen problemas estructurales que no son fáciles de resolver meramente con ciencia de datos”.
¿Cómo funciona el mensaje de texto con información consular y sobre ‘roaming’ que nos llega cuando viajamos fuera de España? ¿Saben el Ministerio de Exteriores o las operadoras dónde estamos?
Si has viajado fuera de España, es probable que, después de cruzar la frontera en tren o al llegar al aeropuerto de destino y desconectar el modo avión, te haya saltado un mensaje de texto en tu móvil avisándote de que has entrado en otro país y de que debes activar el roaming para usar la red móvil. También puede que te llegue información sobre las ciudades más cercanas de ese país que estás visitando donde hay Embajada y consulados de España y sus correspondientes números de emergencia consular.
Este servicio se llama España Contigo y se lanzó en 2015, tal y como anunció el Ministerio de Asuntos Exteriores, Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación (MAEC). Es un SMS gratuito que llega del emisor MAEC y que tiene el objetivo, según explica el ministerio en esa nota, de acercar los ciudadanos a estas instituciones (que prestan servicio en el exterior todos los días del año) y “sensibilizar sobre la necesidad de viajar seguro, tener información sobre el país que se visita y sus leyes, ir adecuadamente documentado, contratar un seguro de viaje suficiente y contar con los datos de contacto en caso de necesidad”.
Todo esto es útil e importante, pero también es normal que nos surjan dudas cuando nos llega uno de esos mensajes. ¿Significa esto que el Ministerio de Exteriores tiene mis datos y me está geolocalizando? ¿Lo está haciendo nuestra compañía de telecomunicaciones con la que tenemos contratada nuestra línea telefónica e internet para indicarme que debo activar el roaming? Vamos a explicar todo esto para que podamos viajar tranquilos y sin sobresaltos.
Por un lado, el roaming o itinerancia de datos es un servicio ofrecido por las compañías de telecomunicaciones que permite utilizar los servicios móviles contratados en el extranjero. Actualmente, el roaming está regulado por la Unión Europa y es gratuito para todos los usuarios europeos que viajen a los países comunitarios: tanto recibir mensajes, como llamadas y usar internet. Ojo, porque en el caso del uso de datos sí que suele haber límites de uso. Esto depende de tu contrato, así que lo mejor es que leas las condiciones de tu teleoperadora antes de viajar fuera de España. Si viajas fuera de Europa, usar este servicio de roaming tendrá un coste, aunque puede que haya operadoras que tengan acuerdos.
Por todo eso, nos llega ese mensaje al móvil para avisarnos. “Si quieres hablar desde el extranjero, la red de ese país tiene que identificar de qué país eres y qué compañía telefónica tienes para saber si hay acuerdo de roaming para establecer las llamadas de teléfono y luego facturar el tráfico internacional entre compañías”, explica Silvia García Pardo, especialista en telecomunicaciones y maldita que nos ha prestado sus superpoderes.
Nos podemos hacer dos preguntas: ¿nos están geolocalizando, y significa esto que nuestra compañía ha cedido nuestros datos a otra operadora extranjera? “No, no se geolocaliza a nadie, y la información del usuario nunca la tiene la operadora extranjera, esa información sólo la tiene la empresa con la que tenemos contratado el servicio de telefonía”, asegura García Pardo.
Pero entonces, si no nos están geolocalizando, ¿cómo saben que hemos salido de España? Se hace a través del prefijo del país, que en nuestro caso es el +34. “Cuando cruzas una frontera, normalmente, terrestre o activas tu teléfono en otro país tras un vuelo, la operadora de destino le envía a la red ‘anfitriona’ tu número de abonado con el prefijo internacional. Esto lo hace cuando te registras en tu red, que es algo que hace automáticamente tu teléfono a través de tu SIM”, detalla a Maldita.es Pedro Santangelo, ingeniero técnico en telecomunicaciones y maldito que también nos ha prestado sus superpoderes.
En ese momento, cuando tienen identificada en nuestro caso que es una SIM con un número español, se activan las acciones que están definidas; entre ellas, que nos lleguen esos mensajes con información consular. “Esto se hace mediante acuerdos entre operadoras y países. No se trata de Gran Hermano ni de magia”, confirma Santangelo, que añade que, de igual manera, si un extranjero viene a España y la operadora de su país tiene acuerdos con las operadoras españolas, nuestras operadoras también le mandarán mensajes similares.
De hecho, desde el Ministerio de Exteriores, comentan a Maldita.es que justo ahora están en proceso de actualizar los servicios de España Contigo y de revisar los acuerdos con las operadoras de telecomunicaciones.
Después de leer todo esto, puede que te estés preguntando por qué a ti no te llegan esos mensajes cuando viajas al extranjero. Si es así, puede que tu operadora no esté dentro del convenio con el MAEC o que tengas desactivada en los ajustes de tu teléfono la posibilidad de recibir este tipo de SMS. Puedes revisarlo en Configuración o Ajustes, dentro de Ajustes de difusión o Notificaciones, según tu dispositivo.
Espera, no te vayas sin leer esto…
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En este artículo han colaborado con sus superpoderes l@s maldit@s Silvia García Pardo y Pedro Santangelo, especialistas en telecomunicaciones.
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