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Silenciar términos en redes sociales, recuperar la autenticación en dos pasos e imágenes de archivo en medios: no dejes de leer el consultorio 118º de Maldita Tecnología

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¡Hola, malditas y malditos! Llega vuestra cita con el consultorio tecnológico de Maldita.es: la herramienta definitiva para despejar todas vuestras dudas sobre el mundo digital. Esta edición contiene preguntas sobre cómo protegernos en distintos espacios del mundo online: respondemos a cómo silenciar o evitar ciertos términos en los que no estemos interesados en redes sociales (ya sabes, porque no quieras leer un tema de conversación que te resulte incómodo o dañino, pero también para no tragarte un spoiler de tu serie favorita).

También explicamos qué hacer si perdemos nuestro teléfono y con ella nuestra aplicación de autenticación en dos pasos y si hay alguna manera de pedir a un medio de comunicación que deje de emitir imágenes de archivo en las que aparecemos.

Esperamos que vuestras dudas queden resueltas hoy, pero os recordamos que, la semana que viene, ¡habrá más! Por tanto, acordaos de dejarnos vuestras preguntas en este sencillo formulario, de mandarlas a nuestro chatbot de WhatsApp (+34 644 229 319), a través de de nuestro Twitter o mandando un mensaje al correo [email protected].

¿Podemos pedir a un medio de comunicación que deje de emitir imágenes nuestras, que se grabaron hace tiempo en un lugar público, y que ponen de forma recurrente como imagen de archivo?

Hemos escrito largo y tendido sobre el uso sin consentimiento de imágenes por parte de medios de comunicación, pero en esta ocasión nos habéis hecho una pregunta algo más específica: ¿hay algo que pueda hacer si en unos informativos o en un programa de televisión se usan imágenes de archivo en las que aparezco y no quiero que se sigan emitiendo? Pensando en esa típica aparición estelar en la playa de la que ya no queremos saber nada… Hemos echado mano de la ayuda de abogados especialistas en protección de datos y derecho a la imagen para contestaros.

Nuestra imagen está regulada y protegida bajo distintas normas. Entre ellas, la Ley 1/1982 de protección del derecho al honor, la intimidad y la propia imagen y la Ley Orgánica de Protección de Datos y garantía de los derechos digitales (LOPD), ya que la imagen a día de hoy se considera un dato personal que nos identifica.

La clave para responder a esta pregunta está, sobre todo, en la primera ley, que expone que ninguna persona, y tampoco los medios de comunicación, pueden grabar imágenes de ti sin tu permiso y luego difundirlas, a menos que cuenten con tu consentimiento. Sí que contempla una excepción en el uso de imágenes personales por parte de medios, y es que en ellas aparezca un personaje público en el ejercicio de sus actividades y sea un hecho noticioso, tal y como nos explica Samuel Parra, abogado especializado en protección de datos en ePrivacidad y Égida.

Un ejemplo: si estamos atendiendo a un evento cultural en la calle al que acude, por ejemplo, un político, y hay medios grabándolo y aparecemos nosotros de manera “accesoria” al fondo, tampoco requerirían nuestro consentimiento para captar esas imágenes y después emitirlas.

¡Claro, pero si de eso estamos hablando, de imágenes de recurso! Bueno, pero hay que explicar antes cómo funciona esta ley, ya que contiene otro de los puntos necesarios para responder a esta duda; y es que no solo regula la propia imagen, sino el derecho a la intimidad y el derecho al honor. Nos explica Parra por qué es esto importante: “¿Implica la difusión de estas imágenes una afección a la intimidad? Es decir, ¿aparece en ellas alguien andando por la calle o un señor vomitando en la calle porque está borracho?” En este caso entrarían en juego esos otros derechos y pedir la retirada de las imágenes sería mucho más fácil.

“Si no hay interés informativo que lo justifique, casi siempre va a prevalecer el derecho a la propia imagen de la persona para que no se difunda”, incide Parra. De modo que, si las imágenes fueron tomadas sin nuestro permiso pero tienen un carácter noticioso, será más difícil que las retiren, a diferencia de si son imágenes “accesorias” pero carecen de interés informativo.

Recuerda que hay una diferencia entre que las imágenes se hayan tomado o no con nuestro permiso o con contrato mediante: “Habrá que analizar si la relación contractual se ha establecido por un periodo de tiempo concreto, está sujeto a unos hitos temporales o condiciones, o se trata de una autorización por tiempo indefinido. Si tras la expiración de este periodo el medio de comunicación sigue emitiendo imágenes de la persona, se estará ante un claro incumplimiento contractual y, por tanto, ante una intromisión ilegítima en el derecho a la propia imagen”, explica a Maldita.es la abogada especializada en propiedad intelectual y protección de datos Maitane Valdecantos.

“Si mediante la emisión de las imágenes el medio de comunicación ha vulnerado alguna de las previsiones contractuales, el conflicto se resolverá de la manera estipulada en cada contrato de autorización y probablemente, la causa se terminará dirimiendo en los tribunales”, incide. Tanto ella como Parra advierten de que, en caso de que seamos nosotros los que incumplamos ese hipotético contrato, nos tocaría indemnizar al medio en cuestión.

¿Cómo solicitamos la retirada a un medio de comunicación? “Lo más sencillo y rápido es dirigirte a ese medio o al periodista para advertir de la publicación y que lo retiren”, explica Parra en el caso de las imágenes que se publiquen online. “A veces con el email no se tiene respuesta y con mucha frecuencia es necesario que sea un abogado quien mande por burofax con la información sobre por qué la imagen no se debe difundir”, incide. Pero ojo, aquí entra un factor decisivo si hablamos de la televisión, y es que en ese caso no tendríamos que dirigirnos al canal en sí, sino a la productora tras el programa o los informativos en los que están emitiendo nuestras imágenes.

En el caso de que las imágenes se hayan tomado con nuestro consentimiento, entran en juego otras reglas, como recuerda Valdecantos: “La imagen es considerada un dato de carácter personal, por lo que también es de aplicación el Reglamento General de Protección de Datos y la LOPD. Por tanto, en ausencia de base de legitimación, el afectado podrá ejercitar el derecho de supresión solicitando al medio de comunicación que retire y elimine el contenido en el que este sea identificable, que podría realizar bien eliminando el contenido, bien haciendo a la persona no identificable”, señala.

Con todo, nos quedamos también con una advertencia de estos especialistas: en el derecho y la aplicación de la ley, no todo es blanco o negro. Es decir, que no todos los casos, aunque sean similares entre ellos, tienen que tener el mismo desenlace. Por tanto, habrá ocasiones en las que un caso se interprete de una manera y se conceda la retirada de las imágenes, y otros que no. Al menos, y con los datos en la mano, podremos intentarlo.

¿Cómo se pueden silenciar términos en redes sociales e Internet para evitar temas que no nos interesan o ‘spoilers’?

Ay, las redes sociales… Ese lugar donde podemos seguir a nuestros actores favoritos, comentar en directo un programa de televisión y estar al día sobre las últimas noticias. Pero donde también, cuando menos te lo esperas… ¡Bum! Te tragas un spoiler que te destripa el último capítulo de tu serie preferida o el resultado de ese partido que estabas esperando a llegar a casa para poder ver.

Querida maldita, querido maldito, hoy te traemos la solución para olvidarte de los temidos spoilers cuando entres en redes sociales: silenciar palabras y hashtags.

Más allá del aspecto más lúdico, esto no solo sirve para no arruinarnos el final de una película. También es útil para no encontrarnos en redes sociales temas que no nos interesan o con los que no estamos cómodos. Ojo, que no estamos hablando de crear nuestro propio filtro burbuja, pero sí de poder controlar un poquito lo que las redes sociales nos arrojan en nuestro feed y lo que nos sugieren que, como ya hemos contado en Maldita.es, está sujeto a sus algoritmos de recomendación personalizados, de los que no sabemos mucho.

El lugar por antonomasia del spoiler es Twitter. En el caso de esta red social, la propia aplicación te da la opción de poder silenciar palabras y términos. En el menú lateral de la aplicación (en los tres puntitos de Más opciones), debes seleccionar Configuración y soporte, Configuración y privacidad, y después Privacidad y seguridad. (El recorrido en la app del móvil, tanto Android como Apple, es el mismo).

Una vez en ese menú, está la opción Palabras silenciadas con un submenú donde puedes elegir distintas opciones: qué palabra, frase, usuario, emoji o hashtag quieres silenciar, de quién (cualquier persona o personas que no sigues) y la duración que va a durar el silenciamiento.

Por ejemplo, quizá va a haber una competición deportiva, como los Juegos Olímpicos, y no te interesa esa información o no quieres ver resultados hasta que no puedas disfrutar por ti mismo de las competiciones. Podrías silenciar ese término, las cuentas oficiales y los hashtags #OlympicGames, #JuegosOlimpicos y #Paris2024 durante un mes.

Según recoge Twitter, la opción de silenciar palabras y hashtags solo se aplica a las notificaciones y a la cronología de inicio; los tuits seguirán viéndose en las búsquedas. En cuanto a las notificaciones de palabras silenciadas y hashtags, se aplican a las respuestas y menciones, incluidas todas las interacciones en esas respuestas y menciones: Me gusta, Retweets, respuestas adicionales y Citar Tuit. Twitter también detalla otros consejos que tener en cuenta a la hora de decidir las palabras, como que no se distingue entre mayúsculas y minúsculas o que, si se silencia una palabra, se ocultará la palabra en sí y su hashtag.

En la aplicación de iPhone de Twitter hay un camino aún más rápido para hacer esto. Puedes directamente seleccionar una palabra en un tuit (el término que quieras silenciar) y se te abrirá un menú donde puedes elegir la opción silenciar, como te mostramos en la siguiente captura.

En la red social Instagram también pueden silenciarse términos para que no aparezcan en las publicaciones. La aplicación incluye por defecto la posibilidad de evitar palabras y frases ofensivas. Desde Instagram explican que “el contenido que no infrinja nuestras Normas comunitarias, pero que pueda ser inapropiado, irrespetuoso u ofensivo (por ejemplo, insultos raciales, palabras malsonantes o fraudes), puede ocultarse mediante la opción de configuración Palabras filtradas”.

Además, se puede crear una lista personalizada de palabras. Para ello, una vez que abras la aplicación, debes ir al menú de Configuración, Privacidad y Palabras filtradas. En la sección de Palabras y frases personalizadas, puedes escoger Administrar palabras y frases personalizadas, y ahí añadir palabras separadas por comas.

¿Desaparecen inmediatamente los comentarios o mensajes que ya habías visto en la plataforma? Según Instagram, cuando ocultas comentarios o solicitudes de mensajes “se oculta tanto el contenido nuevo como el existente”. Si después desactivas esta opción de la configuración, se restaurarán las solicitudes de mensajes o los comentarios que estaban ocultos y podrás volver a verlos. Aquí puedes encontrar más detalles.

También puede ser que haya un tema sobre el que queramos investigar en Google, pero haya algo relacionado con lo que no queramos toparnos en nuestra búsqueda. Por ejemplo, necesitas información sobre una actriz pero aún no has podido ver su última película. El buscador de Google dice que se pueden excluir palabras en tus resultados mediante el uso de símbolos y signos de puntuación.

Según Google, teóricamente si usas el signo menos (-) delante de una palabra o palabras entrecomilladas, se omitirá de la búsqueda las páginas web que la contengan. Por ejemplo, quieres buscar información sobre Carrie-Anne Moss (Trinity en la saga de Matrix), pero no has visto The Matrix Resurrections. Podrías hacer una búsqueda como esta: Carrie-Anne Moss - “The Matrix Resurrections”. También debería servir para buscar restaurantes pero evitar cierto tipo de comida, hoteles en una ciudad obviando ese que ya sabes que no te encaja o hacer compras online sin ver una marca que no te gusta.

Spoiler cortesía de Maldita.es: no funciona. Google sigue mostrándote resultados relacionados. Según comentarios de internautas en el propio vídeo de Google, antes funcionaba mejor; ahora, solo a veces y no lo hace si el resultado que intentas excluir es muy popular.

Si quieres buscar otras formas de evitar spoilers y términos que no nos interesan mientras navegamos por Internet, otra opción son plugins o extensiones como Spoiler Protection 2.0 o CustomBlocker. Recuerda que antes de instalarlos deberás comprobar que son seguros (y aquí tienes algunas recomendaciones si descargas uno malicioso sin querer).

¿Qué puedo hacer si pierdo mi teléfono con mi aplicación de autenticación en dos pasos?

Usar la autenticación en dos pasos o la autenticación de doble factor (2FA, por sus siglas en inglés) es una práctica clave en términos de seguridad informática. Consiste, básicamente, en activar una función en nuestras cuentas que hace que cada vez que iniciemos sesión se nos pida algo más aparte de nuestra contraseña. El 2FA también se usa para confirmar transacciones bancarias, por ejemplo, y añadir una capa más de seguridad a un pago electrónico.

Hay diferentes métodos para usar un 2FA -firmas digitales, códigos que se envían por SMS o al correo electrónico, etc.-, y entre ellos están las aplicaciones móviles, como Authy o Google Authenticator. ¿Cómo funcionan? Las descargamos, creamos una sesión y vinculamos las cuentas que queramos. Una vez hecho eso, la app genera códigos aleatorios cada cierto tiempo (normalmente segundos o unos pocos minutos) que se nos pedirán desde el servicio en el que estemos intentando iniciar sesión.

Al cambiar a cada poquito rato y estar alojados en una aplicación en nuestro móvil personal, esto aumenta la seguridad de que ese código no sea interceptado por un ciberdelincuente, como puede pasar en el caso de los SMS. Sin embargo, hay algo que genera preocupación sobre el uso de estas aplicaciones y es qué pasa si perdemos nuestro teléfono o nos lo roban, ¿cómo accedemos entonces a los perfiles?

A día de hoy, perder el móvil no significa necesariamente perder el acceso a todas nuestras cuentas. “Casi todos los sistemas tienen un proceso de ‘recuperación de contraseña’, por así llamarlo, básicamente el típico correo o número al que le envían los códigos en caso de problemas en los inicios de sesión”, nos recuerda Lucía Cachinero, ingeniera de Ciberseguridad y maldita que nos ha prestado sus superpoderes.

Para que estas aplicaciones funcionen en nuestro móvil, a veces nos tenemos que registrar en ellas; eso significa que tenemos que darles ciertos datos personales para crear una cuenta. Esos datos son los que nos ayudarán en este caso a recuperar el acceso a nuestra app de 2FA.

Bastará con volver a instalar la aplicación y volver a acceder a ella usando esos datos personales para iniciar sesión (atendiendo, por supuesto, a que cada aplicación tendrá su propia configuración y la forma de hacerlo variará de una a otra). Es cierto que no todas las aplicaciones de 2FA requieren iniciar sesión en ellas, pero en ese caso bastaría con volver a instalar la aplicación.

En el caso de que la aplicación que estemos usando no sincronice los perfiles que teníamos guardados, deberemos vincularlos otra vez, de modo que vuelva a generar esos códigos aleatorios para iniciar sesión. Una vez hecho eso, acudiremos a todas las cuentas que tuviésemos aseguradas con ese 2FA y volveremos a vincularlas a la app: “Si por lo que sea se nos plantea una situación de bloqueo se puede recurrir a esto y esa segunda cuenta”, explica Cachinero. Esto también varía de una a otra, algunas funcionan, por ejemplo, escaneando un código QR.

Vale, ¿qué pasa si no puedo acceder a las cuentas en las que tengo activada el 2FA en la app? Imagina que, para entrar en tu correo de Microsoft, usas una aplicación que te genera ese código aleatorio. Al perderla, ya no puedes acceder porque no tenías la sesión iniciada en tu ordenador ni en tu móvil. En ese caso, lo que tendremos que hacer es intentar iniciar sesión y, cuando lleguemos al paso en el que nos piden el código, buscar la opción para “Intentar con otro método” (o similares). A veces, esto es posible y otras no; en caso negativo, el paso se complica un poco, ya que tendremos que contactar con el equipo de soporte de Microsoft para que nos ofrezcan una alternativa para iniciar sesión.

Última pregunta: ¿qué pasa si no nos convence el usar una aplicación para usar la autenticación en dos pasos o de doble factor? Tenemos más opciones para identificarnos ante un servicio digital, opciones que nos da Cachinero:

  1. Usar un multifactor de autenticación: de esta forma, no dependemos solo de un código, un mensaje o una contraseña, sino de varios. Por ejemplo, usar un SMS y una pregunta de seguridad.
  2. Usar datos biométricos: hay servicios, por ejemplos las apps bancarias, que dan la opción de iniciar sesión usando la huella dactilar o el reconocimiento facial. También se están popularizando otro tipo de reconocimientos, como el de retina.
  3. Autenticación mediante hardware: por ejemplo, usar un USB que haga a la vez de llave de seguridad para "abrir" nuestra sesión al insertarlo en un dispositivo.

¡Un segundito!

No somos técnicos o ingenieros pero contamos con mucha ayuda de personas que son expertas en su campo para resolver vuestras dudas. Tampoco podemos deciros qué servicio usar o dejar de usar, solo os informamos para que luego decidáis cuál queréis usar y cómo. Porque definitivamente, juntos y juntas es más difícil que nos la cuelen.

Si tenéis cualquier duda sobre esta información o cualquier otra relacionada con la manera de la que te relacionas con todo lo digital, háznosla llegar:

En este artículo han colaborado con sus superpoderes la maldita Lucía Cachinero, especialista en ciberseguridad.  Forma parte de Superpoderosas, un proyecto de Maldita.es en colaboración con FECYT que busca aumentar la presencia de científicas y expertas en el discurso público a través de la colaboración en la lucha contra la desinformación. 

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