MENÚ
¿Por qué se crean los bulos? ¿Por qué nos creemos bulos? ¿Qué han supuesto las redes sociales y el uso del móvil para la desinformación? ¿En qué me puedo fijar para saber si un contenido es falso? Fueron algunas de las preguntas contestadas por el equipo de Maldita Educa este 31 de octubre durante un taller en el Espacio Fundación Telefónica de Madrid. La formación fue una de las actividades promovidas para celebrar la Semana de la alfabetización mediática, que también incluyó un webinar para docentes y una Maldita Twitchería. El taller fue emitido en directo y puede volverse a ver en el canal de Youtube de Fundación Telefónica o escuchado en versión podcast.
Stéphane M.Grueso, coordinador adjunto de Maldita Educa y coordinador de contenidos audiovisuales, explicó que la desinformación puede ser creada y /o compartida por distintos interese, como el económico o ideológico. Grueso resumió los cambios en el ecosistema informativo que hacen que sea más fácil que nos la cuelen, como la velocidad de propagación de cualquier contenido, el daño que los bulos pueden provocar y el impacto de la desinformación .
La desinformación es un fenómeno mucho más amplio de lo que pensamos y muchas veces nos vemos obligados a formarnos opiniones aunque no tengamos los datos o el tiempo necesarios para decidir, explicó Grueso: “Los bulos tienen muchas formas y llegan por vectores diversos”. A través de un juego interactivo, los asistentes pudieron comprobar la variedad de formatos, objetivos y técnicas que se pueden utilizar para crear y difundir los bulos.
Durante la charla, Gruesoenfatizó la importancia de frenar y leer antes de compartir (y no sólo el titular de la noticia) además de tener especial cuidado con las capturas de pantalla que casi siempre no traen fuentes o enlaces que nos permitan comprobar su contenido.
La importancia de activar el pensamiento crítico y desconfiar de contenidos que apelen a las emociones
Además de entender que los bulos se viralizan en muchos formatos, es necesario activar el pensamiento crítico y evitar que las emociones nos lleven a compartir mentiras, añadió el formador de Maldita.es. La desinformación suele despertarnos rabia, morbo, curiosidad, compasión, urgencia o miedo, entre otros sentimientos primitivos. En definitiva, despertar cualquier emoción fuerte que nos lleve a compartir.
Entre los sesgos que todos tenemos, la velocidad en que leemos los contenidos y las emociones que estos nos generan podemos hacer juicios incorrectos que nos pueden llevar a compartir desinformación, destacó el experto de Maldita Educa: “Es muy importante pensar antes de reaccionar y verificar siempre antes de compartirlo”.
La importancia de la metodología y la de la participación de la comunidad en el proceso de verificación
La presentación incluyó también una explicación sobre la metodología que utiliza Maldita.es para verificar contenidos (basada en hechos y dados, fuentes expertas identificadas y la transparencia) y destacó la importancia de la comunidad durante todo el proceso de verificación
Al final de la charla, Verónica Verdugo, técnica en Alfabetización mediática y estrategia educativa de Maldita.es, invitó a los participantes a ser parte de la comunidad de Maldit@s y donarnos sus superpoderes. Los superpoderes son los conocimientos expertos que más de 3.000 malditas y malditos nos ceden para luchar contra los bulos. Gracias a ellos somos más efectivos en la lucha contra la desinformación, desmintiendo bulos y explicando dudas que la ciudadanía nos hace llegar.
El encuentro es parte de la programación de la exposición 'Fake News. La fábrica de mentiras', una exposición sobre desinformación con la colaboración de Maldita.es. A través de piezas históricas, obras de artistas contemporáneos y casos de estudio reales, ‘Fake News. La fábrica de mentiras’ repasa cómo se han fabricado y transmitido los bulos a lo largo de los siglos y plantea una reflexión sobre el impacto de la desinformación actualmente. La exposición estará abierta al público en la tercera planta del Espacio Fundación Telefónica hasta el 7 de enero de 2024.