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Nuevos límites de calidad del aire en la Unión Europea: cuáles son y qué implicarán

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Claves
  • El Parlamento Europeo ha acordado nuevos límites para ciertos contaminantes atmosféricos, más restrictivos que los actuales
  • Los nuevos umbrales se acercan a las recomendaciones de la OMS, aunque no los alcanzan
  • Cuando entre en vigor, esta norma obligará a los Estados a cumplir estos nuevos valores, que se podrán revisar periódicamente, y permitirá poner reclamaciones por daños
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El Parlamento Europeo ha aprobado una resolución para fijar nuevos límites a ciertos contaminantes del aire. Este acuerdo, que será definitivo cuando obtenga el visto bueno formal del Consejo Europeo, establece valores más restrictivos para ciertos tipos de partículas y gases nocivos para la salud humana y ambiental que deberán cumplirse antes de 2030. Estos nuevos requisitos van en la línea de la última recomendación de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre calidad del aire, aunque algunos de ellos siguen por encima de esas recomendaciones.

Límites a contaminantes presentes en el aire: cuáles cambian y por qué importan

El nuevo acuerdo establece nuevos límites para ciertos contaminantes del aire: las partículas microscópicas de 2,5 y 10 micras (PM2,5 y PM10), el dióxido de nitrógeno (NO2), el dióxido de azufre (SO2) y el benceno. Varias directivas europeas ya establecen valores límite para estos elementos y lo que busca este acuerdo es unificarlos en un único texto e imponer para todos los países niveles tolerables más bajos.

El acuerdo establece nuevos valores límite. Como referencia, comparamos el valor de año civil, que es la media de valores medidos a lo largo de un año.

  • PM2,5: cambia de 25 μg/m3 (microgramos por metro cúbico) a 10 μg/m3

  • PM10: cambia de 40 μg/m3 a 20 μg/m3

  • NO2: cambia de 40 μg/m3 a 20 μg/m3

  • SO2: no tenía límite anual (sí lo tenía para un día, 125 µg/m3), ahora lo tendrá a 20 μg/m3 al año o 50 µg/m3 en un día

  • Benceno: de 5 μg/m3 a 3,4 μg/m3

  • También se fijan límites que los contaminantes no deben superar en momentos o días puntuales

Las partículas microscópicas son contaminantes con un importante impacto en la salud humana. Especialmente, las PM2,5 tienen un efecto muy acusado en muertes prematuras y enfermedades, según la Agencia Europea del Medio Ambiente (EEA, siglas en inglés). Estos contaminantes se generan, principalmente, por la quema de combustibles (combustibles fósiles y madera) en hogares, comercios e industria. También hay ciertas actividades, como el transporte, la manufacturación o la extracción de materias primas, que también emiten PM. Estas partículas pueden permanecer durante largos periodos de tiempo tanto en el sistema respiratorio como suspendidas en el aire, explica Troposfera, portal especializado en calidad del aire. 

Los óxidos de nitrógeno (entre los que se incluye el NO2) son gases que pueden irritar las vías aéreas y los ojos, empeorar las enfermedades respiratorias ya existentes como la bronquitis o la neumonía y causar tos, falta de aliento, cansancio y náuseas. Así, el NO2 es también un precursor del ozono troposférico, otro contaminante nocivo para los humanos. Sus principales fuentes son el tráfico, la agricultura y la industria extractiva.

El dióxido de azufre es el principal responsable de la lluvia ácida. Por ello, altas concentraciones de este gas afectan al aparato respiratorio, agravan enfermedades respiratorias y cardiovasculares, provocan irritación en los ojos y pueden causar ataques de asma. Se origina principalmente al quemar combustibles con cierto contenido en azufre (como el carbón, el fuel o el diésel) en centrales térmicas, en procesos industriales y durante el tráfico de vehículos pesados.

El benceno es uno de los compuestos orgánicos volátiles, un químico formado por carbono e hidrógeno y otros elementos en menor medida como oxígeno, azufre y nitrógeno. Puede aumentar el riesgo de incendio (si está cerca de una llama), es cancerígeno y su exposición a largo plazo se asocia con enfermedades graves, como varios tipos de leucemia y anemia aplástica y pancitopemnia, dos enfermedades que afectan a la sangre. Sus principales fuentes son el uso del automóvil en las ciudades (a través de su tubo de escape), la evaporación de la gasolina y el diésel, la producción de compuestos químicos y el tabaco.

Hay otros contaminantes que también se recogen en el acuerdo pero cuyos niveles no han cambiado: el plomo (0,5 μg/m3 de valor límite anual), el monóxido de carbono (10 mg/m3 de máxima diaria) y el ozono (no tiene valor límite, sino umbrales de información y alerta, que también siguen siendo los mismos).

Qué implica el nuevo acuerdo: planes de calidad del aire, reparación de daños y revisión periódica de límites

Más allá de los nuevos límites, este acuerdo establece otras normas y obligaciones que los Estados de la UE tendrán que cumplir cuando entre en vigor.

Para empezar, si los niveles de contaminantes superan los nuevos límites, tanto los fijados para la media anual o como los fijados para momentos o días puntuales, en una zona determinada (por ejemplo, una comunidad o aglomeración urbana), el Estado deberá elaborar un plan de calidad del aire para que antes de 2030 se rebajen estos niveles hasta lo que indica la nueva norma. No obstante, existen ciertas condiciones para solicitar que esta fecha límite se prorrogue hasta diez años más.

La nueva norma también permitirá a los damnificados por la mala calidad del aire que puedan solicitar indemnizaciones y reparación de daños a los Estados. Así, exige a los países que las ONG ecologistas, medioambientales y que promuevan la protección de la salud puedan presentar reclamaciones colectivas de indemnización y que, si es la calidad del aire el elemento que de forma más probable ha producido el daño a una persona, se entenderá que la causa de ese daño es que el Estado incumplió los límites de calidad del aire establecidos.

Por ejemplo, una persona puede desarrollar asma por varios motivos: tabaco, ácaros del polvo, contaminación, moho… o una combinación de estos. Si la mala calidad del aire es el elemento más plausible, se entenderá que el asma ha sido causado por la mala calidad del aire.

Por último, estos límites de calidad del aire se revisarán cada cinco años o menos si hay nuevas conclusiones científicas sobre la materia. Por ejemplo, si la OMS actualiza sus recomendaciones de calidad del aire, si hay avances tecnológicos que afecten a la contaminación o si se descubre un contaminante que hasta ahora no se tenía en cuenta.

Cómo se compara con el estándar internacional de la OMS

La Comisión Europea se comprometió en el Pacto Verde Europeo a mejorar la calidad del aire de los países de la Unión y a armonizar las normas sobre estos contaminantes con las recomendaciones de la OMS

Los valores de la OMS no atienden a tiempos legislativos, sino científicos, y hacen revisiones de estudios y trabajos cada diez años aproximadamente para ir ajustando sus recomendaciones a la evidencia científica sobre el efecto de los contaminantes en la salud humana. La última recomendación es de 2021.

Los límites de la OMS no indican a partir de qué niveles se considera un aire 100% seguro, sino a partir de cuándo se observa una asociación sólida entre exponerse a contaminación y desarrollar enfermedades.

Mark Nieuwenhuijsen, investigador del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) en contaminación atmosférica y medioambiente, destaca en Esfera Climática que los nuevos límites de dos contaminantes importantes, el NO2 y las PM2,5, “son el doble de lo recomendado por la OMS”. Esto se debe, explica, a que la Unión Europea “tiene en cuenta la viabilidad como criterio, mientras que la OMS solo tiene en cuenta el impacto a la salud”. 

“Sería mejor quedarnos con los límites recomendados por la OMS, pero algunos países nunca serían capaces de alcanzar esos valores y podrían haber votado en contra de la nueva norma. En líneas generales, esto es una forma bastante práctica de mejorar la salud pública”, concluye.

Este artículo se ha actualizado el 26 de abril de 2024 para agregar una reacción del investigador del ISGlobal Mark Nieuwenhuijsen.

Créditos de imagen destacada: Anita Gould.


Primera fecha de publicación de este artículo: 25/04/2024

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