“El número total de muertes provocadas por la inoculación COVID-19 puede ascender a las 278.000”. Esta frase, que parece propia de los círculos antivacunas, fue una de las conclusiones de un trabajo científico publicado en la revista BMC Infectious Diseases. El artículo se publicó en enero de 2023, mismo mes en que se propuso para revisión debido a que “sus afirmaciones podrían estar infundadas”. Ahora, la revista lo ha retractado.
Retractar un estudio significa que la revista ha detectado una mala conducta científica en su elaboración y que debe alertar de que el trabajo no cumple los estándares de calidad. Desde su fecha de publicación, este ha servido a grupos antivacunas para verter desinformación.
Breve explicación del estudio: investigar por qué se vacuna (o no) la gente en Estados Unidos
Desde el 26 de enero de 2023, los editores de la revista científica han considerando la posibilidad de retractar dicho trabajo. El motivo es que sus afirmaciones y conclusiones “podrían carecer de fundamento” y que había dudas sobre si la revisión por pares había sido correcta. El 11 de abril de 2023, tomaron la decisión de retractar el estudio. ¿Por qué motivos? Primero, debemos explicar brevemente qué decía el trabajo.
El estudio quería investigar los motivos por los que se había vacunado de COVID-19 la población de Estados Unidos. Mediante una encuesta online a 2.840 personas, el trabajo preguntaba qué relación había tenido cada participante con esta enfermedad (por ejemplo, si conocían a alguien que lo hubiese pasado mal) y si sabían de alguien que hubiera tenido un problema de salud después de vacunarse, sin saber si se trataba de un efecto vinculado a la vacuna o no. Por ejemplo: resfriarse una semana después de recibir la vacuna.
Con estas respuestas, el estudio decía que quienes conocían a alguien que lo había pasado mal con el coronavirus eran más propensos a estar vacunados; mientras que quienes conocían a alguien que había tenido un problema de salud después de vacunarse eran reacios a vacunarse.
Con estos datos, el estudio afirmaba que podrían haber muerto hasta 278.000 personas por recibir esta vacuna. Todo ello, sin aportar evidencias y recordando que el estudio preguntaba por efectos en la salud tras recibir una dosis, sin saber si estos efectos estaban vinculados o no a la vacunación.
Por qué se ha retractado el estudio: metodología no apropiada, limitaciones no descritas, mortalidad y aprobación ética
En la nota sobre la retracción (donde se explican los motivos por los que el artículo está mal), los editores dicen que la metodología del estudio no era apropiada y que no se aportaban pruebas sobre esas cifras de mortalidad. A su vez, la retracción señala que no se describieron correctamente las limitaciones del estudio.
El estudio daba por hecho que habían muerto 278.000 personas por las vacunas (una narrativa desinformadora parecida a la que hemos desmentido en Maldita.es, ver ejemplos 1 y 2). Así, los editores critican que “no haya habido ningún intento de validar estos fallecimientos”. También señalan que los participantes en el estudio no son representativos de la población a analizar (habitantes de Estados Unidos).
Por último, el estudio afirmaba haber recibido la aprobación ética (un informe que a veces es necesario para decir que un trabajo respeta las reglas éticas científicas) de la Universidad Estatal de Michigan (Estados Unidos), donde trabaja el autor del estudio. Esto no es verdad: los editores han comprobado que “el estudio estaba exento de aprobación ética (no hacía falta dicha aprobación) y por tanto no fue aprobado” por el órgano correspondiente de dicha universidad.
Desinformaciones que aprovecharon este estudio
Antes de la retracción del estudio, cuentas de Telegram (1 y 2) y Twitter (1, 2 y 3) aprovecharon para verter desinformación, usándolo como argumento de que las vacunas contra la COVID-19 han provocado un número anormalmente alto de fallecimientos.
Parte de estas desinformaciones se han apoyado en que la revista científica, BMC Infectious Diseases, es una “prestigiosa revista médica” y que este trabajo había superado la revisión por pares. Otros han aprovechado la ambigüedad en los supuestos fallecidos por las vacunas (según el estudio, 278.000 personas) para elevar esta cifra “hasta el millón de personas” y atribuirlos “a los efectos adversos graves ocurridos en 2021”.
Esta narrativa la hemos desmentido en Maldita.es de distintas formas: explicando cómo interpretar informes de farmacovigilancia (1, 2), desmintiendo las tasas de mortalidad que le atribuyen a estos fármacos o falsas “investigaciones oficiales” sobre estas muertes.