Un tumor cerebral es un crecimiento de células anormales en el tejido de este órgano que puede ser benigno o maligno (con células cancerígenas que crecen rápido). Entre los síntomas que puede provocar están el dolor de cabeza, las náuseas, los cambios en la capacidad para hablar, escuchar o ver y algunos problemas de equilibrio o memoria. Existen múltiples mitos en relación a este cuadro médico, sin embargo, los tumores cerebrales no siempre se originan en el cerebro y, además, no hay evidencias de que los cambios en el estilo de vida sirvan para prevenirlos.
Los tumores cerebrales no tienen por qué ser hereditarios
Sólo el 5% de los tumores cerebrales se relacionan con factores o condiciones genéticas hereditarias, según cuenta a Maldita.es Roser Velasco, secretaria del Grupo de Estudio de Neurooncología de la Sociedad Española de Neurología (SEN).
Desde la Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) subrayan que en la actualidad no hay datos claros para considerar que algunos tumores cerebrales puedan ser hereditarios.
“Sin embargo, sí existen síndromes hereditarios en los que los tumores cerebrales forman parte del global, como, por ejemplo, en algunas enfermedades raras como la neurofibromatosis (un trastorno del sistema nervioso que afecta a la manera en que las células crecen y se forman y provoca el crecimiento de tumores en los nervios), entre otras”, añaden.
Estos tumores no siempre se originan en el cerebro
Este tipo de tumores pueden clasificarse en dos grupos: primarios y secundarios. Velasco explica que los primeros son aquellos que se originan en el cerebro. Los otros incluyen aquellas “metástasis que proceden de tumores que se originan en otros órganos (por ejemplo, el pulmón o la mama) y se diseminan al cerebro”.
Cuando estos tumores aparecen durante la infancia suelen ser primarios, según la SEOM. Sin embargo, en el caso de los adultos, la mayoría son metastásicos.
En España, los tumores primarios del sistema nervioso central representan sólo un 2% del total del cáncer en adultos y hasta casi un 15% en los niños menores de 15 años. Así lo afirma la SEOM: “Esto nos indica que se trata, al menos en los adultos, de tumores poco frecuentes, siendo su incidencia mayor en los hombres”.
No hay evidencias de que los cambios en el estilo de vida sirvan para prevenir estos tumores
A día de hoy no se sabe con certeza cómo es posible protegerse frente al desarrollo de estos tumores, según Velasco: “A excepción de la exposición a la radiación, no existen factores de riesgo conocidos para los tumores cerebrales relacionados con el estilo de vida o el ambiente”.
Desde la Sociedad Americana Contra el Cáncer coinciden en que la mayoría de estos tumores “no están asociados con ningún factor de riesgo conocido y no tienen causas obvias”. El más conocido, como adelantaba Velasco, es la exposición a la radiación que proviene de algún tipo de radioterapia para tratar otra afección, según indica el organismo y recoge un estudio publicado en la revista Neurologic Clinics.
Otra investigación publicada en Cancer Epidemiology indica que, aunque algunos estudios han analizado si un estilo de vida sedentario y la dieta pueden influir en el riesgo de padecer un glioma (un tipo muy común de tumor que se origina en el cerebro), el único factor “inequívocamente” asociado es la radiación terapéutica.
Los tumores cerebrales pueden aparecer, por ejemplo, en personas que recibieron radiación en el encéfalo durante la infancia como parte del tratamiento contra la leucemia, tal y como indican desde la Sociedad Americana Contra el Cáncer.
No hay evidencias de que la radiación de móviles o microondas pueda producir tumores cerebrales
Tampoco hay evidencias de que las ondas que emiten móviles, ordenadores, microondas u otros dispositivos y sistemas de frecuencia similar puedan provocar tumores cerebrales. “A las personas les preocupa que los móviles causen cáncer u otros problemas de salud por dos motivos: los teléfonos emiten radiación (por radiofrecuencia o por ondas de radio) y mucha gente los usa”, afirman desde el Instituto Nacional del Cáncer (NCI, por sus siglas en inglés) de EEUU.
Pero el organismo insiste en que no hay evidencias de que el uso de teléfonos móviles aumente el riesgo de padecer tumores cerebrales. A la misma conclusión llega una investigación realizada por el Centro Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer (IARC, por sus siglas en inglés).
Los autores subrayan que aunque hay indicios que "sugieren que los niveles de exposición más elevados incrementan el riesgo de glioma (uno de los tumores cerebrales más comunes en adultos), los sesgos y errores impiden hacer una interpretación causal”.
“En mis más de 40 años de experiencia he operado más de 100 tumores cerebrales y no he visto ningún caso en el que la radiación de microondas, móviles ni ordenadores haya podido ser la causa”, comenta a Maldita.es Francisco Villarejo, jefe de Servicio de Neurocirugía del Hospital La Luz.
En Maldita.es os hemos explicado por qué no hay evidencias científicas de que las radiaciones que emite el móvil mientras dormimos, aun estando en la mesilla o debajo de la almohada, repercutan en la salud ni de que causen problemas en la sangre.
“Menos bulos, más rigor científico” es un proyecto de DKV Salud con contenido editorial de Maldita.es.