Las campañas publicitarias o los eventos que se organizan en diciembre insisten en este mensaje: las Navidades son una celebración para estar en compañía de tu familia, amigos, pareja o compañeros. Pero esto no siempre es posible ni controlable, ya que hay personas que tendrán que pasar estas fiestas en soledad aunque no quieran (para otras personas, en cambio, la soledad puede ser algo deseado, hablamos aquí de cómo transmitirlo a tus seres cercanos). Ya sea por aislamiento tras resultar positivo en COVID-19, porque le toque trabajar en los días festivos, por encontrarse en el extranjero y lejos de sus seres queridos o por una situación sobrevenida, existen muchas situaciones por los que una persona puede pasar la Nochebuena, el Año Nuevo o el Día de Reyes en soledad no deseada.
En Maldita.es dedicamos una Twitchería específica a hablar de cómo cuidar la salud mental en estas fiestas, tocando temas como las discusiones tensas, la diferencia de ánimos entre quienes viven la Navidad como una celebración o un trámite amargo o la expectativa social que generan las fiestas y que puede no ir en concordancia con la situación personal. En este artículo, nos centramos en aquellas situaciones en las que una persona tiene que pasar las Navidades en solitario y no es una situación escogida ni deseada por ella.
Tenemos que reconocer que los seres humanos somos animales sociales, vivimos en sociedad y esa es una de nuestras principales características como especie. Es lógico que sociabilizar —cuando es lo que queremos y buscamos— sea una necesidad básica y se busquen herramientas para no encontrarse en soledad, aunque sea transitoria.
La psicóloga clínica Aurora Gómez recomienda a Maldita.es ser muy conscientes de las relaciones primarias que tiene una persona “y qué se puede hacer para mantenerlas”, al tiempo de acordarse de las relaciones secundarias “que parece que no, pero rellenan nuestra ‘barrita’ de Los Sims de socialización (Los Sims es una serie de videojuegos que simulan a la vida cotidiana y cuyo objetivo principal es ir satisfaciendo sus necesidades físicas, mentales y sociales), incluso cuando se tienen interacciones pequeñas, por teléfono o internet”.
Por situarnos, las relaciones primarias suelen ser los amigos, la pareja, la familia y compañeros vitales en general, mientras que las secundarias son aquellas personas con las que coincidimos habitualmente “como el frutero” y a las que les ponemos cara y nombre.
Métodos para ‘romper’ la soledad en estas fiestas
“Yo recomiendo mucho reconocer (dentro de las relaciones primarias y secundarias) las amistades virtuales. Aceptarlas como tal, dar el paso, hablar y ponerles nombre. Intenta hacer una quedada virtual, jugando al Monopoly online, al Minecraft o invitando a la gente a tu isla de Animal Crossing. Se puede socializar en digital”.
Una estrategia que recomienda la psicóloga son las comunidades de streamers pequeños de Twitch, con unos 15 espectadores. “En ellas existe la oportunidad de hablar con la persona que retransmite y que los usuarios del chat hablen entre ellos”. Eso sí, Gómez insiste en que hay que ser conscientes de que son interacciones parasociales y no son sustituibles por los apoyos reales.
Centrarse en actividades y aficiones que se puedan hacer en soledad
“La soledad no deseada puede generar malestar, pero se pueden hacer cosas para mitigarlo”, explica a Maldita.es Ricardo de Pascual, doctor en psicología clínica y psicólogo en Desmarcadxs. Su principal consejo pasa por identificar aquellos elementos y actividades que están en nuestro entorno, que ofrecen tranquilidad y bienestar y que se puedan hacer sin compañía. “Siempre es bueno tener aficiones y gustos que uno pueda hacer en soledad, como cocinar, leer, ver series…”.
Según De Pascual, la soledad no deseada es un factor común en las consultas psicológicas, en los que esta situación puede convivir con otros problemas. “En estas circunstancias se busca que los pacientes convivan con esa soledad de forma menos dolorosa”. Desde su punto de vista, se nos enseña que la Navidad siempre tiene que girar a reunirse con gente, y cuando esto no se consigue, “la gente puede sentirse peor, incluso para personas que viven solas y no les pasa nada el resto del año”. Además, “estamos acostumbrados a que ‘en soledad’ signifique sentirse mal, cuando no tiene por qué ser así”.
Gómez explica una herramienta que ayuda a personas que sienten que están en soledad no deseada: un mapa del territorio donde aparezcan los espacios públicos y señalar aquellas actividades de ocio cerca de nuestro hogar donde se pueda interactuar con alguien. “Vamos situando actividades que puede hacer esa persona con los recursos que tenga y aconsejo que tenga citas consigo mismo. A muchísima gente le da vergüenza hacer ocio en solitario”.
La herramienta de mapear los espacios públicos para tener citas en solitario también sirve, desde su punto de vista, para propiciar interacciones con otras personas y mantener conversaciones interesantes. “Se puede ir a eventos de todo tipo y ahí es más probable que tengas una conversación interesante con alguien y puedas conectarte con otra gente. Conocer bien el territorio y apropiarse de él es importante”.
Para aquellas personas que no puedan salir de su hogar o esto le suponga un gran esfuerzo (como personas que se tienen que aislar tras resultar positivos en COVID-19 o tener alguna discapacidad), la psicóloga incide en que estos espacios no tienen por qué ser físicos: también existen comunidades en internet (en videojuegos, en foros, en servidores de Discord, en redes sociales) donde se puede llevar esta soledad o coincidir con otras personas en una situación similar estas fiesta.
Es importante no patologizar ni medicalizar los sentimientos normales y habituales
Una de las cosas que alertan los expertos en salud mental es que es problemático patologizar o medicalizar los sentimientos humanos, también los negativos, como es esta soledad no deseada o la tristeza que conlleva esta situación.
Gómez ilustra la soledad como un sentimiento más, “como el hambre”, y destaca que es “sano” sentir esta soledad no deseada “porque te dice que en ese momento tienes un déficit de sociabilización y necesitas conectar con alguien”. Para ilustrar la soledad dentro del catálogo de sentimientos humanos, la experta recomienda el corto del canal de divulgación germano-anglosajón Kurzgesagt – In a Nutshell.
Por su parte, De Pascual incide en el mensaje de que “no todo lo que implica sentirse mal es evitable”. “Hay malestares, como este, que ocurren y no hay más remedio o con los que se puede hacer algo para mitigarlos. Pero no son un indicativo de que estemos haciendo algo mal”.
Observar la soledad no deseada y transitoria como algo que precisa de ayuda profesional, patologizarlo, “puede llevar a la persona a pensar que hay algo mal consigo”. Lo compara con estar frustrado, estresado o cansado por el trabajo: “Eso no requiere terapia, eso requiere un sindicato”.
Irene Fernández, psicóloga sanitaria en Libertia Psicología, explicaba en esta pieza dedicada a explicar qué es y qué no una terapia psicológica, que parte de la vida consiste “en lidiar con emociones desagradables y dificultades” y que situaciones como esta constituyen nuestra existencia.
Precisamente en ese mismo artículo explicábamos que la terapia psicológica es un espacio formal de ayuda donde la persona que acude recibirá herramientas y estrategias para reducir lo que le genera malestar psicológico. Este espacio, insistimos, no da respuestas a todas las preguntas ni tiene la solución exacta para cada problema, sino las herramientas para lograr que sea la propia persona la que pueda aprender a afrontarlo. A su vez, tampoco se debe esperar metas irrealistas como conseguir que no nos afecten las cosas, no sentir tristeza o ser felices todo el tiempo.
Primera fecha de publicación de este artículo: 23/12/2021