Desde que las herramientas de inteligencia artificial están al alcance de un clic y la vida digital gana horas de nuestro día, cada pocos meses vuelve una noticia similar: personas (en muchos casos, menores) que utilizan IA para manipular imágenes y crear desnudos o contenidos sexuales de otros menores, especialmente chicas. Hemos recopilado al menos 14 casos de creación de contenidos sexuales con IA de menores en España que han tenido lugar entre 2023 y 2025.
De Almendralejo (Extremadura, España), el caso que en 2023 acumuló una veintena de denuncias por la difusión de contenidos sexuales con IA de alumnas de un instituto, a Ribera Alta (Comunidad Valenciana, España), donde en 2025 la Guardia Civil investigó la denuncia de 16 compañeras contra un menor por manipular sus imágenes para mostrarlas desnudas, esta tecnología se está usando para perpetrar una nueva forma de violencia digital contra menores que no llega sobre vacío: se suma a otras prácticas a las que los menores llevan años enfrentándose en entornos digitales, como los trols y haters en internet, el ciberacoso, el ciberbullying, el grooming y la sextorsión.
Prácticas que suelen afectar más a las mujeres; por ejemplo, en 86 países el 99% de las víctimas de material de abuso infantil que circula en internet son chicas, según un estudio del 2024. Familias, menores y docentes se mueven entre la desinformación que hay sobre el tema y la falta de concienciación. Los expertos consultados por Maldita.es defienden que la educación digital es clave, ya sea a través del teatro o de talleres y charlas. Para enfrentar el problema, lo primero es conocer el estado actual de la violencia digital contra menores.
Cómo mantener a los menores a salvo de la violencia digital y los desafíos de la IA
Este reportaje es el segundo de una investigación internacional llevada a cabo por Maldita.es (España), Scena9 (Rumanía) y Rubryka (Ucrania). El proyecto explora la problemática de la violencia digital y su impacto en menores, así como las diferentes iniciativas que buscan identificar soluciones, prevenir estas situaciones y proteger a las víctimas. Esta investigación se ha desarrollado gracias al apoyo de Journalismfund Europe y a la mentoría y el apoyo de Transitions.

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La violencia digital que dura 24/7 y afecta más a mujeres, niñas y adolescentes
“La violencia en un entorno no digital empezaba y acababa. En un entorno digital nunca acaba”. Así describe la violencia digital a Maldita.es Gonzalo Santamaría, miembro del Consejo directivo de la European Antibullying Network (EAN). Internet son “veinticuatro horas al día y siete días a la semana: no para y no hay dónde esconderse”, coincide Jorge Rendón, director del área de ciberacoso de la Asociación Española para la Prevención del Acoso Escolar (AEPAE) y experto internacional en violencia online.
Cuando hablamos de violencia digital, nos referimos a la violencia que se perpetra a través de tecnologías de la información y la comunicación, y que se manifiesta en el ecosistema digital. Se trata de “un fenómeno cada vez más prevalente” que representa “un conjunto complejo y multifacético de abusos y agresiones”, indican las investigadoras en Sociología Pilar Rodríguez, Nuria Rodríguez y Janara Sousa.
Pero no afecta a todos por igual. El Ministerio de Igualdad de España y la Asociación de Mujeres Juristas Themis destacan en un estudio de 2025 que la violencia digital “afecta a las mujeres y a las niñas de forma desproporcionada”, ya que “reproduce las desigualdades estructurales de género”. Según Naciones Unidas, en el mundo el 73% de las mujeres han sido víctimas de algún tipo de violencia digital. En concreto, un informe de ONU Mujeres del 2022 advirtió que, a nivel global, la mayoría de las niñas viven su primera experiencia de acoso en redes sociales entre los 14 y los 16 años.
Es una franja de edad especialmente vulnerable, ya que “la falta de madurez y de juicio crítico en la infancia y en la adolescencia, junto con la insuficiente educación digital, les hace más susceptibles a ser explotadas y explotados por depredadores en línea”, explica el informe del Ministerio de Igualdad y Asociación Themis. Según datos oficiales del Ministerio del Interior de España, en 2023 (últimos datos disponibles) se registraron 4.896 victimizaciones por delitos cibernéticos contra menores de edad, de ellos, 1.068 eran por delitos sexuales. Un estudio de Fad Juventud de 2024 reveló que en España seis de cada diez jóvenes entre 16 y 29 años dicen haber sufrido violencia sexual digital.
Los menores, en especial los más pequeños, se enfrentan a trols y haters que insultan en redes sociales y videojuegos
El primer tipo de violencia digital al que suelen verse expuestos los menores es a los haters y trols en videojuegos, redes sociales y plataformas de vídeo. Se trata de usuarios que se dedican a instigar a otros. Nerea Tollar, coordinadora educativa de E-tic, programa educativo que trabaja con menores de entre 6 y 12 años, señala a Maldita.es que “en el mundo de los videojuegos y en las redes sociales es muy fácil hacer un comentario criticando; creo que es de lo que más viven en esa etapa, porque aún no interactúan mucho con la gente, pero sí que lo hacen en vídeos y en el chat de los videojuegos”.
De lo mismo advierte Santamaría: “La forma más común [de violencia digital] es la parte de los trols y del odio en internet”. En ese sentido, destaca que un gran problema es lo normalizada que está esta violencia en estos espacios, en especial en los videojuegos, donde los menores “están acostumbrados a insultarse”.
Mientras que los trols son “usuarios molestos que bombardean con mensajes a otros grupos”, según el Instituto Nacional de Ciberseguridad de España (INCIBE), y esos mensajes pueden ser “provocativos, ofensivos o fuera de lugar con el fin de boicotear algo o a alguien”, indica la Real Academia Española (RAE), los haters van un paso más allá.
El INCIBE los define como “usuarios que promueven el odio a través de comentarios ofensivos o mensajes hirientes”. Cuando estos mensajes contienen dichos racistas, machistas, homofóbos o que discriminan a otros, podemos incluso estar frente adiscursos de odio, expresiones que “incitan, promueven, difunden o justifican la violencia, el odio y la discriminación hacia una persona o grupo de personas”, según el Comité de Ministros del Consejo de Europa.
Capturas de vídeos publicados en TikTok de usuarios que se dedican a ‘trolear’ a otros, en estos casos, menores de edad. Los datos recogidos de 16 países en 2023 por IPSOS, empresa que hace investigación de mercados, revelan que el 67% de los usuarios de internet se ha encontrado con discursos de odio en línea. Su presencia en redes sociales es común: en 2024, el Observatorio Español del Racismo y la Xenofobia (OBERAXE) notificó a las redes sociales de 506 contenidos de discurso de odio, y sólo se retiró el 37%.
Comentarios en el vídeo de un usuario que parece ser menor y que utiliza el hashtag “Marruecos”. Ciberacoso, la intimidación online: el 6% de los adolescentes lo sufre de manera constante en España, la mayoría mujeres
Entre los distintos tipos de violencia digital que pueden enfrentar los menores está el ciberacoso: “Se refiere a la intimidación, repetida o no, de un individuo por otro o por un grupo, perpetrada a través o utilizando medios electrónicos”, define la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito. A medida que la tecnología avanza, los medios por los que se ejerce esta violencia también evolucionan; por ejemplo, la inteligencia artificial se puede usar para crear memes humillantes y perfiles falsos de las víctimas.
Ocho de cada diez adolescentes y jóvenes han sufrido acoso digital en Madrid (España), según un informe de Plan Internacional de 2024. Datos que el Ministerio para la Transformación Digital y de la Función Pública de España ha facilitado a Maldita.es revelan que en 2024 la Línea de Ayuda en Ciberseguridad de INCIBE recibió 141 consultas por ciberacoso. Es una práctica que también se ensaña más con las chicas: una investigación del 2022 liderada por la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) identificó que el 6% de los adolescentes sufre ciberacoso de manera constante en España y que las chicas son, en una proporción significativa, más cibervictimizadas de forma continuada que los chicos.
Un ejemplo mediático es el de la actriz española Luna Fulgencio, que con 14 años recibe constantemente comentarios de usuarios en su cuenta de TikTok que hablan de tener relaciones sexuales con ella, si hace falta “a la fuerza”; algo que también sucede en los vídeos de la actriz que suben otros usuarios.
Capturas de los comentarios en distintos vídeos de la cuenta de Luna Fulgencio en TikTok. Si nosotros o alguien que conocemos es víctima de ciberacoso, es importante recabar pruebas para denunciarlo y usar las herramientas de las plataformas para bloquear y reportar.
Uno de cada seis niños en edad escolar ha sufrido ciberbullying, que usa la tecnología para extender la violencia más allá del daño físico y es que es más difícil de detectar
Cuando el bullying del que todos hemos oído hablar (la “conducta de persecución física y/o psicológica que realiza un estudiante contra otro de forma negativa, continua e intencionada”, según define UNICEF) da el salto a la vida digital y usa tecnología para llevarse a cabo, se conoce como ciberbullying.
A nivel global, uno de cada seis niños en edad escolar lo ha sufrido, según un estudio de la Organización Mundial de la Salud de 2022. El análisis reveló que esta cifra va en aumento, tanto en el caso de los niños como las niñas. En España, las Líneas de Ayuda de ANAR (servicio telefónico que da asistencia a problemas que enfrentan menores) registraron 4.786 casos de ciberbullying y acoso escolar en 2024.
“El ciberbullying es más difícil de detectar y es mucho más invasivo en la vida de la víctima, es continuo y capaz de alcanzar a una amplia audiencia muy rápidamente”, Red Europea Antibullying (EAN).
“Lo que hemos observado en nuestro entorno de trabajo es, sobre todo, el uso de las herramientas digitales para extender la acción violenta más allá del propio acto violento en sí”, explica a Maldita.es Ferran Calvo, presidente de la Asociación Baobab, que trabaja en proyectos de inserción social. Uno de los principales desafíos que supone es que ocurre en el espacio digital, donde los padres pueden tener menos control o conocimiento de lo que pasa con sus hijos.
Un ejemplo de ciberbullying es el happy slapping (literalmente, “bofetada feliz”), una práctica que consiste en difundir digitalmente una agresión física, como el caso publicado por el INCIBE de una alumna con discapacidad que fue grabada mientras sus compañeros le vejaban y se burlaban de ella en el recreo, y luego publicaron este vídeo en Instagram. También sucede con algunos retos virales de redes sociales, como el de “el que se mueve es gay” que obliga a los chicos a identificarse como heterosexuales y banaliza la homofobia.
El problema del contenido sexual de menores en internet sigue creciendo, ahora impulsado por la inteligencia artificial, y afecta más a chicas
Es una realidad que en internet se alberga y distribuye pornografía infantil, materiales “que representan visualmente a un niño participando en una conducta sexualmente explícita, real o simulada”, según el Consejo de Europa. En su informe anual de 2024, INHOPE, una asociación global contra la explotación sexual de menores en línea, identificó 2.497.438 contenidos online que según sus sospechas podían ser material de abuso sexual infantil. Un 93% de las víctimas en 86 países eran menores entre 3 y 13 años, y el 99% eran chicas.
En España, las cifras sobre cibercriminalidad de 2023 del Portal Estadístico de Criminalidad del Ministerio de Interior documentaron 166 casos de pornografía infantil. La mayoría de las víctimas, más del 70%, eran mujeres. En 12 años, desde 2011 (cuando comenzaron a recoger estos datos) hasta 2023, han aumentado en un 92% el número de casos totales por este delito.
Estos materiales se obtienen, por ejemplo, a través de la difusión no consentida de imágenes, “la acción de compartir o distribuir imágenes de una persona sin su permiso”, según define el informe del Ministerio de Igualdad y la Asociación Themis. También se pueden conseguir a través de la toma no consentida, que “supone la captura de imágenes de una persona sin su conocimiento o autorización”.
Pero con la popularización de herramientas de inteligencia artificial también han surgido nuevas formas de crear contenidos sexuales de menores. Usar IA generativa para crear imágenes y vídeos que ponen en situaciones pornográficas e íntimas a personas, incluso menores, como desnudándolas o mostrándolas en actos sexuales es cada vez más fácil y accesible para los usuarios. Existen apps móviles disponibles en las tiendas de aplicaciones, sitios web especializados en deepfakes, bots en Telegram que desnudan imágenes, e incluso herramientas de generación de imágenes con IA, como Grok, que permiten crear contenidos que sexualizan a personas.
A pesar de que el blanco habitual suelen ser mujeres famosas, también se está explotando esta tecnología para crear contenidos sexuales de menores. Un estudio del Internet Watch Foundation en 2023 encontró en solo un mes 11.108 imágenes creadas con IA en un foro de la dark web (parte oculta de internet que se puede acceder con ciertos programas informáticos) sospechosas de infringir algún delito relacionado con el abuso sexual infantil. En España, según un informe de 2025 de Save The Children, el 20% de los jóvenes afirma que alguien compartió con otras personas imágenes creadas con IA para mostrarle desnudo, siendo menor de edad y sin su consentimiento. De nuevo, este fenómeno afecta más a las mujeres: cerca del 21% sufrieron esta práctica, frente al 18% de los chicos.
“El acceso tan fácil a estas herramientas de IA convierte la violencia digital en algo cotidiano”, Miriam Al Adib, madre de una víctima del caso Almendralejo (Extremadura, España).
Los adolescentes y jóvenes también pueden ser los propios perpetradores de esta violencia: los datos de Fad Juventud revelan que en España el 11,8% de los adolescentes y jóvenes dice haber creado contenido sexual con IA de personas que conoce personalmente, y el 12,6% afirma haberlo difundido.
“Hablamos de una tecnología muy potente, capaz de generar imágenes hipersexualizadas y falsas, que está al alcance de cualquier menor en cuestión de segundos. El acceso tan fácil a estas herramientas de IA convierte la violencia digital en algo cotidiano. Y eso es algo que como sociedad no podemos tolerar ni normalizar”, dice a Maldita.es Miriam Al Adib, madre de una de las víctimas del caso Almendralejo (Extremadura, España) en el que varias madres denunciaron la difusión de desnudos creados con IA de sus hijas menores de edad. El caso llegó a acumular 22 denuncias, y los identificados como responsables tenían entre 12 y 14 años. En España, casos similares se han registrado en Barcelona (Cataluña, 2023), Sevilla (Andalucía, 2024) y Puertollano (Castilla-La Mancha, 2025).
La creación y difusión de estos contenidos sexuales tiene consecuencias para la salud mental de las víctimas, que pueden sentir culpa, vergüenza y hasta disonancia con su propio cuerpo. No dejan de ser contenidos que desinforman sobre la esfera más íntima de las personas, creando imágenes de ellas que no son reales, exponiéndolas en situaciones privadas que tampoco son reales y difamándolas. A esto se suma que crear estos contenidos puede suponer una vulneración a los derechos del honor y la imagen, y si las víctimas son menores, un delito de pornografía infantil recogido en el Código Penal. En España, el proyecto de Ley Orgánica para la protección de las personas menores de edad en los entornos digitales busca, entre otras cosas, penalizar este tipo de contenidos.
El grooming y la sextorsión: otras violencias sexuales que enfrentan los menores en el entorno digital
Hay más prácticas que tienen que ver con la violencia sexual digital contra menores. Una de ellas es el grooming, “en la que un adulto establece una relación de confianza con un niño, niña o adolescente con el propósito final de abusar sexualmente de ellos”, según UNICEF. En diez años, se ha incrementado en un 85,5% en España: el Ministerio de Interior registró 525 victimizaciones por grooming en 2023, 449 más que en 2013, según cifras del Portal Estadístico de Criminalidad. Fad Juventud señaló a Maldita.es que el grooming es una de las formas de violencia digital contra menores que más atienden a través de su Servicio de Información y Orientación en España.
Según datos de Save The Children, en España el 35,6% de las chicas había tenido contacto con una persona adulta con fines sexuales siendo menor, mientras que el 26,5% de los chicos afirmó haber vivido lo mismo. El informe explica que los agresores adaptan sus estrategias en función del perfil de la víctima: a los chicos se les suele contactar a través de videojuegos, y a las chicas a través de redes sociales. Es el caso de un hombre de 40 años que contactó por redes a una menor de 12 años en Barcelona (Cataluña, España), la convenció de enviar fotos con contenido sexual, la agredió sexualmente y la ofreció a otros adultos a través de plataformas para que tuvieran relaciones sexuales con ella.
Otro tipo de violencia digital de tipo sexual es la sextorsión: “Una forma de chantaje en el que el atacante amenaza a la víctima para que realice algún tipo de acción específica con el fin de no hacer públicas imágenes o vídeos con connotación sexual, que previamente le ha enviado”, define el INCIBE. Un ejemplo de ello es el caso en el que un menor realizó una videollamada sexual con un desconocido en Omegle, y la persona le exigió dinero a cambio de no difundir las imágenes en Instagram.
A través de su Línea de Ayuda de Ciberseguridad, el INCIBE recibió 258 llamadas por casos de este tipo en 2024, según datos del Ministerio de Transformación Digital de España, siendo la segunda causa más común después de la categoría de “Privacidad y reputación online”. En el informe de Save The Children se recoge que el 26% de los jovenes españoles indicaron que, siendo menores de edad, fueron presionados para enviar contenido íntimo o sexual; el 20% sufrió amenazas o chantajes para mostrar contenido erótico o sexual; y casi el mismo porcentaje fue amenazado o chantajeado con la difusión de materiales de contenido sexual en los que aparecían. Otra vez, las chicas se vieron más presionadas para enviar contenidos sexuales: el 28,5%, en comparación con el 18,4% de los chicos.


Expertos coinciden en que hay mucha desinformación sobre la violencia digital y que la educación en estos temas es clave para combatirla
Uno de los principales problemas en relación con la violencia digital es la falta de información que existe sobre esta problemática entre padres, profesores y niños, explican diferentes expertos consultados por Maldita.es. “Se ha producido algo bastante curioso: por un lado, hay mayor visibilidad del problema en la sociedad en general, en medios, en campañas públicas o semipúblicas públicas, pero sin embargo hay un gran desconocimiento del problema”, afirma Enrique Pérez-Carrillo, presidente de AEPAE.
Al Adib coincide en este punto cuando habla del proceso que vivieron en el marco del caso Almendralejo (Extremadura, España): “No había ningún caso igual denunciado antes. Hemos tenido que abrir camino en medio de mucho dolor, y también de mucha desinformación.”
“Uno de los problemas [sobre violencia digital contra menores] que hay dentro de las familias es la desinformación”, Gil María Campos, presidente de Desempantallados.
No son sólo las familias, también los menores: en España, cuatro de cada diez jóvenes afirman no haber recibido formación sobre cómo mejorar su seguridad o comportarse en internet, según un estudio de Fad Juventud de 2024. En el caso de los profesores, el presidente de la Asociación Baobab, Ferran Calvo, insiste en que “no han recibido una educación para lidiar con este fenómeno”, lo que lleva a que se encuentren con problemas en su trabajo “para los que no tienen suficientes herramientas”.
Laura Cuesta, profesora de cibercomunicación y nuevos medios en la Universidad Camilo José Cela (UCJC), incide en que el rol que juegan las familias en este contexto es “absolutamente prioritario”, ya que la mayoría de los riesgos asociados a la violencia digital se dan en el ámbito familiar: “Tenemos que informarnos nosotros para poder informar a nuestros hijos”.
“Es fundamental abordar el problema no con medidas penales punitivas, sino con medidas para prevenir el fenómeno. Trabajar con los niños, las familias, la comunidad y la escuela para concienciarlos, estar cerca de ellos y ayudarlos a aprender tácticas y maneras de mantenerse seguros en línea”, coincide Piji Protopsaltis, coordinadora de la Red Europea Antibullying (EAN) y presidenta de la organización griega The Smile of the Child.
El consenso entre los expertos es que la educación digital es clave, ya sea mediante el teatro, talleres y charlas. También los programas que usan inteligencia artificial pueden servir para acompañar y guiar a las víctimas. “El entorno digital posee claves propias, que lo diferencian del entorno offline, y por lo que resulta imprescindible una profunda alfabetización digital, orientada a formar buenos ciudadanos digitales y a combatir fenómenos como la polarización”, concluye Fad Juventud.