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Desde hace unas semanas, la Fundación Maldita.es forma parte del grupo que está preparando el nuevo Código Europeo de Buenas Prácticas contra la Desinformación que debería sustituir al aprobado en 2018, un código de autorregulación que firmaron entonces buena parte de las principales plataformas digitales como Google, Facebook, Twitter o Microsoft. La Comisión Europea apuesta ahora por fortalecerlo sumando a organizaciones de derechos digitales y verificadores como nosotros, entre otros. Os queremos explicar por qué hemos aceptado trabajar en su actualización y qué esperamos conseguir con ello.
El código actual es deficiente y creemos que se puede hacer mejor
La razón más importante es que el actual código es deficiente. Fue interesante como primera experiencia de autorregulación, pero se ha quedado corto y demasiado vago en muchos aspectos, como detalla la evaluación que la propia Comisión Europea ha hecho de su eficacia. Ya participamos en un proceso consultivo sobre cómo fortalecerlo y estamos de acuerdo con las principales áreas en las que la Comisión recomienda la adopción de compromisos más fuertes y más específicos. Entre otras.
- Incorporación de nuevos firmantes que tienen un papel importante en el ámbito de la desinformación
- Aumento de la transparencia y la cooperación, incluyendo compromisos de colaboración con fact-checkers como Maldita.es para la integración de sus contenidos en los diferentes servicios digitales
- Un mayor compromiso con la alfabetización mediática y las advertencias a los usuarios que hayan interactuado con contenidos engañosos
- Una mejora general y específica de los mecanismos de evaluación de cumplimiento del código
Creemos que este código puede jugar un papel importante en la lucha contra la desinformación si de verdad cumple con esas metas y por eso intentaremos con nuestra presencia en las conversaciones que así sea. Con todo, somos conscientes de que en un instrumento de autorregulación es cada empresa la que decide en última instancia a qué se obliga, así que no podemos estar seguros de que el proceso vaya como queremos. Si resulta decepcionante, nos reservamos el derecho de abandonar la mesa y por supuesto os lo contaríamos.
Este Código puede convertirse en clave para la futura regulación sobre desinformación y creemos que no es bueno que lo escriban sólo las plataformas
En nuestra opinión el esfuerzo puede merecer la pena porque todo indica que la nueva legislación europea sobre desinformación en Internet que se está debatiendo, la Digital Services Act (DSA), se va a ocupar sólo del llamado "contenido ilícito" y no del "contenido dañino". Por tanto, instrumentos autorregulatorios como este código pueden ser el único camino para actuar sobre bulos que no son abiertamente ilegales, pero sí tremendamente dañinos. Un ejemplo claro: esos vídeos que ven miles y miles de personas en los que alguien dice que lo mejor contra el coronavirus es beberse algo parecido a la lejía.
Además, de acuerdo con la propuesta de la DSA, este nuevo Código Europeo de Buenas Prácticas contra la Desinformación podría tener carácter de co-regulación obligatoria para algunas de las plataformas digitales más grandes como parte de su responsabilidad de mitigación de riesgos.
No somos los únicos fact-checkers que participamos
Junto con Maldita.es, las organizaciones de verificación europeas Pagella Política (Italia), y Demagog (Polonia) también se han sumado a este esfuerzo y creemos que serán más en el futuro. Además también hay organizaciones periodísticas como Reporteros Sin Fronteras.
Es por todo esto que hemos decidido declararnos como "posibles firmantes" del nuevo código y así sumarnos al grupo que va a redactar su contenido: aunque tengamos una influencia limitada en las normas que acepten las plataformas digitales, queremos estar en el proceso y que se escuche lo que hemos aprendido sobre la desinformación a lo largo de estos años y gracias a vuestra ayuda. Tenemos también muy claro que si el proceso que ahora comienza no cumple con los objetivos marcados para la mejora del ecosistema informativo, abandonaremos este esfuerzo colectivo de autorregulación.
Os iremos contando cómo nos va.