Hace unos días nos pusimos en contacto con más de 40 verificadores independientes de 26 países europeos para invitarles a participar en un gran sondeo sobre desinformación y políticas publicas. El objetivo es conocer qué opinan del estado actual de la lucha contra la desinformación en la UE, qué medidas creen que deben tomar las instituciones o las plataformas, y cuál debería ser el papel de organizaciones como las nuestras en ese debate.
En Maldita.es nos hemos aliado con la International Fact-Checking Network (IFCN) para consultar a todas las organizaciones que esta red ha certificado en Europa como verificadores independientes. Algunas están en países miembros de la Unión Europea y otras no, pero todas se verán afectadas por el actual debate que existe en las instituciones de la Unión sobre cómo abordar este problema.
La Comisión Europea ya ha presentado su propuesta para una nueva Ley de Servicios Digitales (DSA). El borrador establece, entre otras cosas, que las "plataformas digitales muy grandes" tendrán obligaciones específicas como la de evaluar el riesgo derivado del uso de sus servicios en relación a la desinformación, y también la de tomar medidas para mitigarlo. Además, la Comisión también impulsa actualmente un endurecimiento del código voluntario contra la desinformación del que son firmantes la mayoría de las grandes plataformas.
En Maldita.es ya os hemos explicado que no creemos que la solución a la actual crisis de desinformación vaya a venir solamente de la regulación, pero que también es cierto que las instituciones pueden tomar medidas que sí ayuden. Pensamos también que esas medidas serán más efectivas si se toman a nivel europeo y que los fact-checkers del continente hemos aprendido muchas cosas en nuestro trabajo que pueden ser útiles para diseñar esa políticas.
El proceso participativo seguirá abierto durante el verano y esperamos tener los primeros resultados en el mes de septiembre. Se trata de un estudio minucioso sobre las preferencias y las experiencias de los verificadores europeos, así cómo de dónde están y dónde querrían estar en materia de políticas públicas. Creemos que sus hallazgos ayudarán a los fact-checkers a conocerse mejor entre ellos ya organizarse para tener más voz en las decisiones.