“Los niños de 5 a 18 años vacunados contra COVID mueren a una tasa 5,7 veces mayor que los no vacunados”, afirma un contenido viral. Pero contiene desinformación. Ni el estudio al que hace referencia concluye esto ni se puede deducir de los datos que este proporciona.
Un estudio sobre niños, COVID-19 y vacunados y la aparición del asma
El objetivo del estudio al que hacen referencia este tipo de contenidos desinformadores fue buscar una posible asociación entre la vacuna y/o la infección y la aparición de asma en niños. Para ello, utiliza una base de datos de registros médicos de niños de entre 5 y 18 años en Estados Unidos a quienes se separó en dos grupos: no vacunados (habiendo y sin haber pasado la COVID-19) y vacunados (habiendo y sin haber pasado la COVID-19).
Los resultados del estudio concluyen que existe una “fuerte relación” entre la infección por COVID-19 y un mayor riesgo de aparición de asma en niños. Riesgo que, según se observó durante el estudio, era mayor si, además de haber pasado la infección, estaban vacunados contra la COVID-19. Sin embargo, no concluye nada sobre esta vacuna y el riesgo de morir.
Datos no comparables entre vacunados y no vacunados
La tasa de mortalidad que subraya el contenido desinformador (que, dice, sería 5,7 veces mayor en personas vacunadas que en no vacunadas) no está incluida en el artículo científico, sino que está extraída del material suplementario.
En cualquier caso, concluir que las vacunas están relacionadas con una mayor mortalidad en niños sería erróneo. El motivo es que, para comparar las tasas de mortalidad entre quienes sí pasaron la COVID-19 y los que no, los autores sí hicieron ajustes estadísticos, con el objetivo de reducir posibles sesgos en los resultados. Sin embargo, estos ajustes no se llevaron a cabo de cara a hacer esta misma comparación entre quienes se habían o no se habían vacunado en el momento de la infección. De ahí que, como concluye la médica epidemióloga Susana Monge, del Centro Nacional de Epidemiología - Instituto de Salud Carlos III, “no sea posible comparar vacunados y no vacunados”. “No se puede sacar esa conclusión”, añade.
El grupo de vacunados tenía más enfermedades previas
Para poner en contexto los resultados de este trabajo, hay que tener en cuenta que antes de recibir la vacuna, las características del grupo que posteriormente sí la recibió y las del que no lo hizo no eran las mismas.
Una de las diferencias observadas fue la existencia de enfermedades previas (comorbilidades), más comunes en el grupo de niños que sí se vacunó. “Es una población con muchas más enfermedades”, subraya a Maldita.es Susana Monge. Por lo tanto, esa mayor vulnerabilidad previa podría ser la razón de la mayor mortalidad entre los vacunados analizados en este estudio y que no es extrapolable a la población general.
Además, el estudio se llevó a cabo entre el 1 de enero de 2021 y el 31 de diciembre de 2022. Pese a que las vacunas contra la COVID-19 ya estaban aprobadas en enero de 2021, no fue hasta finales de ese mismo año cuando empezaron a administrarse a niños. Esto dificulta hacer análisis que diferencien entre niños vacunados y no vacunados, según añade la epidemióloga.
Por lo tanto, afirmar que los niños vacunados contra la COVID-19 mueren más que los no vacunados es desinformador: ni el estudio mencionado por los contenidos desinformadores para argumentar esta afirmación concluye algo parecido ni pueden utilizarse los datos de este para deducirlo.