A las 7:37 de la mañana del jueves 11 de marzo de 2004, tres cargas explosivas detonaron en un tren de cercanías parado en el andén de la estación de Atocha de Madrid. En los siguientes tres minutos, se activaron siete bombas más en otros tres trenes de cercanías: uno en las vías situadas a la altura de la calle Téllez de Madrid, a pocos metros de la estación de Atocha. Los otros dos en las estaciones de El Pozo y Santa Eugenia, al sureste de la capital.
Como consecuencia de las explosiones, 191 personas fallecieron y hubo 1.891 heridos. El 3 de abril de 2004, una unidad de los GEO asaltó un piso en Leganés en el que se encontraban varios de los terroristas implicados en los atentados. Estos, al verse cercados, detonaron explosivos en el interior de la vivienda, lo que provocó la muerte de un agente de policía y de ocho personas pertenecientes al grupo terrorista. Diez años más tarde, falleció una víctima que llevaba en coma desde los atentados, lo que elevó la cifra a 193 fallecidos.
De los atentados del 11-M de 2004 a las sentencias de 2007 y 2008 (pasando por las elecciones del 14-M)
Los atentados del 11-M de 2004 son, por número de víctimas mortales, el segundo mayor ataque terrorista de la historia de Europa, tras el atentado de Lockerbie (Reino Unido), en el que fallecieron 270 personas.
Se produjo tres días antes de las elecciones generales del 14 de marzo de 2004, lo que marcó gran parte del debate político en los meses siguientes. En ese momento, gobernaba José María Aznar, del Partido Popular (aunque el candidato del PP para las elecciones era Mariano Rajoy), sin embargo, aquellas elecciones las ganó José Luis Rodríguez Zapatero, el candidato socialista.
Los atentados marcaron gran parte de la vida política y judicial durante la legislatura siguiente. La cercanía de los ataques con la jornada electoral derivó en la propagación de bulos y teorías de la conspiración que vinculaban a ETA o al PSOE con los atentados desde el mismo día del ataque. Los autores materiales de los atentados fueron juzgados entre febrero y julio de 2007 y la Audiencia Nacional emitió una sentencia en octubre de ese mismo año. Un año más tarde, el Tribunal Supremo modificó algunas penas. Una veintena de personas fue condenada entre las dos sentencias.
La investigación judicial declaró culpables a una veintena de personas
La investigación judicial del atentado llevó a procesar a 29 personas ante la Audiencia Nacional. En la sentencia de 2007, condenó a 21 personas por diferentes delitos, desde los asesinatos e intentos de homicidio hasta la pertenencia a una banda terrorista o el suministro de explosivos. Las penas oscilaron desde dos hasta casi 43.000 años de cárcel.
Un año más tarde, el Tribunal Supremo modificó algunas de las penas: condenó a cinco personas más, rebajó la pena de una al absolverla del delito de falsedad documental, y absolvió a cuatro personas más.
Las sentencias afirman que los autores formaban una célula terrorista que tenía vinculación con el yihadismo
La Audiencia Nacional no especifica quiénes fueron los autores intelectuales y expuso que los autores materiales del atentado del 11-M a los que pudo se juzgar (ocho personas se suicidaron en un piso de Leganés tras ser cercados por la policía) eran una célula terrorista yihadista con vinculación ideológica, pero no jerárquica, con las organizaciones terroristas de Al Qaeda y Al Nusra. La sentencia estableció que no había ninguna conexión entre la célula terrorista del 11-M y la banda terrorista de ETA.
Los bulos y teorías de la conspiración que rodean al 11-M: desde que “lo organizó ETA” hasta “las pruebas” que apuntaban a Marruecos y Francia
El mismo 11 de marzo comenzaron a circular bulos sobre la autoría de los ataques, algunos de ellos de origen institucional. Uno de los más relevantes fue que ETA había organizado el atentado. Durante años, partidos políticos y medios de comunicación publicaron bulos sobre los supuestos explosivos utilizados similares a los de la banda terrorista, tarjetas que apuntaban a empresas del País Vasco, supuestos informes de la policía que se habían ocultado, etcétera. La sentencia de la Audiencia Nacional estableció que los atentados fueron perpetrados por una célula terrorista yihadista sin ninguna conexión con ETA.
Una teoría de la conspiración señala que en los atentados estuvieron implicados los servicios de inteligencia de Marruecos y Francia en connivencia con el PSOE. Un posible origen se debe a unas declaraciones de José Manuel Villarejo realizadas en 2019 y que fueron rechazadas por la Audiencia Nacional por no aportar pruebas.
La prescripción de los delitos y los autores intelectuales de los atentados del 11-M
En los últimos años desde varios sectores se ha advertido de que los delitos cometidos en los atentados del 11 de marzo de 2004 en Madrid prescribirán 20 años más tarde, el 11 de marzo de 2024, según la ley que estaba en vigor cuando estos hechos ocurrieron. La prescripción de los atentados haría que, si hubiera otras personas implicadas, no pudieran ser juzgadas una vez se agote el plazo de 20 años.
La Audiencia Nacional juzgó en 2007 a todos los miembros de la célula terrorista que la policía pudo detener como autores materiales de los atentados. Ni en su sentencia ni en la del Tribunal Supremo de 2008 indican quiénes fueron las personas que planearon o promovieron los ataques (lo que se conoce como autor intelectual) de los atentados del 11-M, ni que hubiera actores que proveyeran de fondos específicos a la célula terrorista (financiadores). Algunas asociaciones de víctimas y partidos han cuestionado en los últimos años si existen diligencias abiertas que puedan aclarar estos dos puntos.