El pasado 7 de septiembre, Radio-Canadá, la corporación de radiotelevisión pública canadiense, publicaba una exclusiva de la que varios medios de comunicación se han hecho eco en España: una junta escolar de la provincia de Ontario destruyó casi 5.000 libros infantiles por considerar que “perpetúan los estereotipos contra el pueblo indígena”. Entre las obras, se encuentran títulos de Tintín, Lucky Luke o Astérix y Obélix.
La noticia se ha difundido con titulares que afirman que “Canadá destruye más de 4.000 libros por ser ofensivos para los indígenas”, pero la iniciativa no se ha llevado a cabo desde el Ejecutivo canadiense, sino que la ha realizado la Junta Escolar Católica “Providence”, que agrupa a varias escuelas católicas de lengua francesa en la provincia de Ontario. La organización ya ha anunciado que, de momento, el proyecto de “revisión de libros infantiles” se ha paralizado.
Una junta escolar que agrupa varios centros católicos, la responsable de la iniciativa
Todo comienza, según la investigación revelada por Radio-Canadá, en 2019, cuando la Junta Escolar Católica Providence, una agrupación de colegios que reúne 23 escuelas primarias y 7 secundarias de lengua francesa, comenzó una iniciativa denominada “Give Back to Mother Earth”. En ella, se quemaron libros que, según la junta católica, tenían contenidos “desactualizados y que transmitían estereotipos dañinos” y sus cenizas se utilizaron como fertilizante para plantar un árbol.
Aunque estas ceremonias se paralizaron debido a la pandemia de la COVID-19, la junta escolar continuó "evaluando" a través de un comité la representación del pueblo indígena en diferentes libros infantiles. Según el documento de evaluación, al que ha tenido acceso Radio-Canadá, se han retirado de las bibliotecas de los colegios que agrupa esta junta escolar 155 títulos diferentes entre los que se encuentran Tintín, Lucky Luke o Astérix y Obélix, lo que supone un total de 4.716 ejemplares. Entre los argumentos para la retirada se encontraba que los personajes indígenas estaban presentados en esos libros infantiles como “poco fiables, holgazanes o borrachos”. Asimismo, indica Radio-Canadá, se ha permitido que permanezcan en los centros otras 152 obras y actualmente se están "evaluando" 193.
Igualmente, la idea inicial de quemar los libros y utilizar sus cenizas como fertilizante para plantar árboles “de forma simbólica” ha sido descartada, según expresó a Radio-Canadá la portavoz de la Junta Escolar Católica Providence, Lyne Cossette, que afirmó que los libros retirados ahora “han sido o están en proceso de ser reciclados”. También en una entrevista en el periódico canadiense National Post, Cossette explicó que participaron en la iniciativa “muchos intelectuales y ancianos aborígenes” y que “fueron consultados en varias etapas, desde la conceptualización del proyecto, la evaluación de los libros y la idea de plantar árboles con las cenizas”.
La junta escolar católica ha paralizado la "evaluación" de los libros infantiles
Tras la polémica formada después de la publicación de la exclusiva de Radio-Canadá, la Junta Escolar Católica Providence ha emitido un comunicado señalando que van a “repensar” el proceso de revisión de libros y paralizar, por el momento, la iniciativa. En este sentido, han explicado que la intención detrás del proyecto era “hacer un gesto de apertura y reconciliación” con los pueblos indígenas reemplazando libros en las bibliotecas que tuviesen contenido desactualizado o transmitiesen estereotipos dañinos hacia ellos.
Las dudas sobre las raíces autóctonas de una miembro del comité y su dimisión
Una de las miembros del comité formado por la Junta Escolar Católica Providence era Suzy Kies. Kies, que también era copresidente de la Comisión Aborigen del Partido Liberal de Canadá (la formación política del presidente Trudeau), se proclamaba, según Radio-Canadá, como “guardiana del conocimiento aborigen” y fue una de las impulsoras de la ceremonia en la que se quemaron los libros infantiles. Sin embargo, según este medio revela, Kies no tendría estatus de indígena ya que “no tiene antepasados aborígenes hasta al menos 1780”.
Las dudas sobre sus raíces aborígenes han provocado que la miembro del comité de la junta escolar católica haya renunciado a su cargo.
La reconciliación con los pueblos indígenas
Preguntado sobre la quema de los libros infantiles en Ontario, el presidente de Canadá, Justin Trudeau, expresó en un debate electoral el pasado 9 de septiembre, que “es inaceptable quemar libros”, pero que era “necesario consultar a los pueblos indígenas” ya que “no deben decirle a los aborígenes cómo sentirse”.
La reconciliación con los pueblos indígenas es uno de los puntos que vertebran la política nacional en Canadá, que actualmente se encuentra en campaña electoral. Durante las últimas semanas se han localizado en el país más de 1.100 tumbas en las que se encuentran los restos de menores de la comunidad aborigen que fueron internados en antiguas residencias dirigidas por la Iglesia.
En resumen, la retirada de los libros infantiles en Canadá por “perpetuar estereotipos racistas contra los pueblos indígenas” se llevó a cabo en 30 colegios católicos francófonos de la provincia de Ontario. La iniciativa fue impulsada por la Junta Escolar Católica Providence que ya ha anunciado la paralización del proyecto.