Un vídeo viral afirma que “están inyectando grafeno” con la vacuna contra el coronavirus que “magnetiza a los inoculados” y usa un medidor de radiación electromagnética para supuestamente probarlo con personas a las que, según el vídeo, han vacunado. También muestra a personas a las que, dicen, han hecho una prueba PCR para detectar el coronavirus SARS-CoV-2 y a las que afirman les metieron grafeno con el hisopo (bastoncillos de algodón para tomar muestras) de la prueba, provocándoles magnetismo en la zona de la nariz. Pero es un bulo: ni las vacunas ni los hisopos de las PCR generan magnetismo, ni contienen grafeno, ni este tiene capacidades magnéticas.
Esta verificación ha sido realizada en el marco del proyecto #VacúnaTE que Maldita.es y la agencia de noticias Servimedia desarrollan contra la desinformación sobre las vacunas de la COVID-19 con el apoyo de Google News Initiative.
El medidor de radiación electromagnética no es preciso ni prueba que la persona tenga magnetismo
En la primera parte del vídeo aparece una persona midiendo supuestamente la radiación electromagnética en dos personas que dicen haber sido vacunadas contra el coronavirus. El aparato del vídeo mide en el rango de 5 hercios a 3.500 megahercios y cuesta unos 16 euros en AliExpress.
Como explica a Maldita.es el físico Alberto Nájera, profesor de la Universidad de Castilla-La Mancha y vocal del Comité Científico Asesor en Radiofrecuencias y Salud (CCARS), “al acercarlo a la persona, no se sabe qué están midiendo” porque “nosotros mismos perturbamos o modificamos con nuestra presencia esos campos, sin necesidad de vacuna. La electricidad de la casa funciona a 50 hercios y lo mismo es lo que están midiendo”. Como aclara Nájera en su página web, “un aparato adecuado, científicamente válido, fiable y calibrado puede costar unos 5.000-7.000 euros y no los 16 euros que cuesta el medidor del vídeo”.
Los hisopos de PCR no contienen grafeno
Pese a lo afirmado en el vídeo, los bastoncillos o hisopos que se usan para la PCR que detecta el coronavirus SARS-CoV-2 no contienen grafeno sino principalmente plástico. “Los hisopos son, en su amplia mayoría, polímeros convencionales (como el poliéster) con vástago (la barra) de polipropileno, poliestireno...", explica en AFP Factual, verificadores miembros de la International Fact-Checking Network (IFCN), a la que también pertenece Maldita.es, la doctora en Química Margot Paulino, directora de experimentación de la Facultad de Química de la Udelar (Uruguay), cuyo equipo diseñó hisopos para las pruebas PCR destinadas a detectar el coronavirus. Además, la doctora en Química María Celeste Dalfovo ha señalado en el mismo artículo que "no tiene sentido decir que un hisopo con grafeno magnetiza. Es imposible. Ya es ciencia ficción".
Tampoco las vacunas contienen grafeno ni esta sustancia tiene capacidades magnéticas
Ninguna de las vacunas contra el coronavirus aprobadas en la Unión Europea contienen grafeno, una sustancia compuesta por carbono parecido al grafito, como hemos desmentido ya en este artículo.
En declaraciones a AFP Factual, Marcelo Mariscal, el vicedecano de la Facultad de Ciencias Químicas de la Universidad Nacional de Córdoba (Argentina), ha afirmado que el grafeno “de ninguna manera constituye un ferrofluido”. Añadía, además, que “las propiedades magnéticas no existen de forma natural en el grafeno” y que este “tampoco es un superconductor con actividad magnética”.
Dalfovo y el investigador Santiago Barrionuevo, ambos del Grupo de Sensores y Electrocatálisis del Instituto de Investigaciones Fisicoquímicas Teóricas y Aplicadas (INIFTA) de la Universidad Nacional de La Plata (Argentina) coinciden: “Por sí solo, el grafeno es diamagnético. Esto quiere decir que no se ve atraído por imanes, con lo que no conforma un ferrofluido. Además, si bien sus características de transporte electrónico son extremadamente interesantes desde el punto de vista tecnológico y de investigación, no es un ‘superconductor con actividad magnética’”.
No, las vacunas contra la COVID-19 no contienen componentes “magnéticos” que puedan atraer imanes
Como también hemos desmentido en Maldita.es, pese a los numerosos vídeos en los que supuestamente vemos que un imán se pega a la zona del brazo donde personas que dicen estar vacunadas contra la COVID-19 han recibido la inyección, esto no se debe a las vacunas, ya que no tienen ningún componente magnético.
“Es completamente falso. Por supuesto que no tienen ni metales pesados ni componentes magnéticos”, aseguraba a Maldita.es Jaime Jesús Pérez, vocal de la Asociación Española de Vacunología (AEV). De hecho, si revisamos las fichas técnicas de las distintas vacunas contra la COVID-19 que están en uso en la Unión Europea (UE) y, por lo tanto, en España (Pfizer, Moderna, AstraZeneca y Janssen), podemos comprobar que no hay “metales pesados” entre sus componentes.
Si bien es cierto que algunas vacunas (no las del COVID-19 aprobadas en la UE) contienen sales de aluminio, estas son muy inferiores (menos del 1%) a las que, de forma natural, contienen los alimentos que consumimos habitualmente, según recoge este texto del Comité Asesor de Vacunas (CAV) de la Asociación Española de Pediatría (AEP). Las sales de aluminio tienen un papel adyuvante en las vacunas, es decir, “contribuyen a potenciar su respuesta inmune”, explica Jaime Jesús Pérez. En este sentido, vacunas contra la COVID-19 que están en uso en otros países, como CoronaVac y Covaxin, contienen sales de aluminio como adyuvantes. También Epivac, que continúa en fase de ensayos clínicos.
¿Por qué se nos pueden quedar objetos metálicos “pegados” en la piel momentáneamente?
Hay que tener en cuenta que desconocemos muchos detalles de cómo han sido grabados los vídeos que están circulando. No sabemos cómo son los supuestos imanes que han usado, si han podido utilizar alguna sustancia para que los objetos se pegaran a la piel o si las personas que salen han sido realmente vacunadas contra la COVID-19.
"Mi hipótesis es que gracias a la humedad de la piel o a ejercer una pequeña presión, consiguen que los elementos que utilizan queden sujetos, entiendo que momentáneamente", afirmaba Nájera. Por ejemplo, el experto señalaba que si a una cuchara le echamos el aliento y generamos un poco de vaho, podemos hacer que adhiera a nuestra piel durante un rato.
En este sentido, Daniel Gómez, neurocientífico, divulgador y mago, explicaba a Maldita.es que durante el siglo XX se utilizaba un truco consistente en pegar metales al cuerpo, incluso pesados, para dar la impresión de que una persona podía ser magnética. Estos elementos se adherían gracias a la humedad de la piel. Según apunta Gómez, este efecto fue desmontado por el mago James Randi. Como podemos ver en este vídeo, Randi comprobó que añadiendo talco a la piel, que es un elemento secante, el objeto dejaba de pegarse.
“Si alguien cree que se ha magnetizado por las vacunas, siempre puede comprobarlo por sí mismo en el brazo contrario (que también se pegará) o añadiendo talco o similares (que hará que deje de pegarse)”, señala Gómez. El experto afirma que con la humedad, como ocurre con el sudor de la piel, podemos hacer que objetos metálicos se nos queden pegados.
Sonia Antoranz Contera, catedrática de Física Biológica en la Universidad de Oxford, coincide en que la “atracción” que vemos en este tipo de vídeos puede deberse a la humedad de la piel, el calor producido en el brazo por la administración de la vacuna y a otros factores. “Normalmente no hay una sola causa. Buscar una solución ‘magnética’ es una manera de simplificar que no es aplicable a la realidad compleja del problema; sobre todo, porque no hay partículas magnéticas en las vacunas”, concluye la experta.
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