Sabemos que cuando compartes un bulo no lo haces a malas (o al menos eso esperamos) y que detrás de ese pequeño gesto no hay intención de dañar a nadie (más os vale), pero no sólo estás fomentando ese ecosistema de desconfianza y confusión que propicia la desinformación, también podrías estar poniendo en peligro a personas con nombre y apellido. Peligro real.
En Maldita.es os traemos algunos ejemplos de casos en los que la difusión de un bulo tuvo consecuencias fatales. Muchos de ellos comienzan en Whatsapp y por eso podéis avisarnos en el 655 19 85 38.
Falsas alertas de secuestradores en India
Un hombre de 26 años paseaba por la ciudad india de Bangalore el 25 de mayo cuando lo confundieron con un secuestrador de niños y fue atacado por una multitud que terminó acabando con su vida.
El temor a una posible oleada de secuestros lo sembró una cadena de WhatsApp que aseguraba que más de 200 secuestradores iban a aprovechar las vacaciones de verano para hacer desaparecer a niños de Bangalore. La alerta era falsa, como otras tantas similares que ya habían sembrado el pánico en otras ciudades del país.
La periodista del medio de verificación indio ‘Boom’ Karen Rebelo cuenta que en el país no existe un problema real de secuestro de niños, pero que el temor de los padres y la impunidad causa que “muchos quieran tomarse la ley por su mano”.
Como os decíamos, muchos de estos bulos nacen en WhatsApp, donde según Rebelo es difícil verificar puesto que en India se hablan 22 idiomas y los medios suelen centrarse en el hindi y el inglés. Además, la periodista explica que los planes de telefonía de bajo coste han hecho que un sector de la población se conecte a la red por primera vez sin que muchos sepan “distinguir una fuente de información fiable de otra que no lo es”.
Cada vez que se produce un linchamiento, desde ‘Boom’ se ponen en contacto con las autoridades locales para que les faciliten “las fotos y los vídeos falsos que propiciaron la histeria” inicial. Después la verifican y comparten el desmentido a través de @FakeNewsKills, una cuenta de Twitter creada específicamente para atajar este tipo de bulos.
Además, están trabajando con Google y otros colaboradores “para formar a 8.000 periodistas de toda India en verificación”.
La inexistente secta de pedófilos del ‘Pizzagate’
Pocos bulos han tenido tanto impacto como el ‘Pizzagate’, una teoría de la conspiración surgida durante la campaña electoral de 2016 en Estados Unidos con la publicación de miles de correos de la demócrata Hillary Clinton y su jefe de campaña John Podesta.
Según la teoría falsa, este último había hablado en sus mails sobre una red de pederastas en la que estaba involucrado un restaurante de Washington D.C. llamado Comet Ping Pong. El 4 de diciembre de 2016 se desplazó hasta allí un hombre de 28 años que se había creído el bulo, abriendo fuego en el restaurante sin que nadie resultara herido.
La del ‘Pizzagate’ es una teoría de la conspiración que reaparece una y otra vez con otros lugares y protagonistas de por medio, aunque siempre acusando a Hillary Clinton de ser la principal responsable.
Kim LaCapria es periodista del medio de verificación Snopes y fue de las primeras en desmentir la teoría del ‘Pizzagate’. Asegura que “es sorprendente que la violencia no fuese a más” pese a que haya gente que siga creyendo en la teoría. Según LaCapria, esto se debe a que muchos se niegan a aceptar que estaban equivocados, y menos a la desconfianza sobre los medios de comunicación que han desmentido el bulo.
La periodista de Snopes cuenta cómo el ‘Pizzagate’ supuso un punto de inflexión ya que “hasta entonces esas cosas se habían quedado principalmente en la red”, sin que tuvieran consecuencias en la vida real. Dice que la policía aún “no tiene una respuesta protocolaria ante este tipo de amenazas online” y que, al igual que los periodistas de verificación, les acusan de estar sometidos a las órdenes de las personas poderosas señaladas en las teorías de la conspiración.
El convoy iraquí que nunca atacó a los kurdos
Un vídeo en el que aparecía un convoy del ejército de Irak desplazándose a territorio kurdo sembró el pánico en este pueblo en octubre de 2017, que se armó para defenderse de la supuesta invasión. El vídeo era real, pero fue grabado meses antes cuando el ejército iraquí se preparaba para retomar la ciudad de Mosul, asediada entonces por el Estado Islámico.
En el medio iraquí Niqash se dedican a desmentir bulos. Mustafa Habib, uno de sus periodistas, nos dice que la difusión de estos vídeos “suele coincidir con el aumento de las tensiones entre el Gobierno Federal de Irak y el gobierno regional kurdo”, y lamenta que las fuerzas policiales no se esfuercen en desmentir las desinformaciones.
Habib asegura que la labor recae plenamente en algunos medios de comunicación como Niqash, aunque admite que la desinformación ya “ha aumentado el odio entre suníes y chiítas, y árabes y kurdos”.
Los bulos sobre la fiebre amarilla en Brasil
Los brotes de enfermedades contagiosas son un campo de cultivo de bulos. Ocurrió con el Ébola, con el VIH y más recientemente con el caso de la fiebre amarilla en Brasil.
Según los últimos datos publicados por el Ministerio de Salud del país, la enfermedad mató a 342 personas de las 1.157 que fueron contagiadas entre julio de 2017 y abril de este mismo año.
El brote vino acompañado de una oleada de desinformación que fue atajada por el medio de verificación brasileño Agencia Lupa, que recopiló todos los bulos, verdades y medias verdades sobre la fiebre amarilla en un extenso artículo.
En enero empezó a circular en Facebook una publicación en la que se aseguraba que una adolescente había muerto a consecuencia de una reacción adversa a la vacuna contra la fiebre amarilla. Se hizo viral y muchos escribieron en los comentarios que no se iban a inmunizar por miedo.
Era falso.
Sin embargo, la Agencia Lupa sí que explicó en su artículo que hay casos en los que no se debería o no es necesario vacunarse. Por ejemplo, recomiendan que se espere a que los recién nacidos cumplan nueve meses antes de ser vacunados –entre seis y nueve meses en caso de que residan en un área afectada– o personas de inmunidad baja como las que se recuperan de un cáncer o son portadores del VIH.
No es la primera vez que se crean bulos que incitan a la gente a no vacunarse. Uno de los clásicos es que provocan autismo, algo que ya desmentimos en Maldita Ciencia.
Aunque algunos reaparezcan con el paso del tiempo, la mayoría de los bulos que desmentimos en Maldita.es suelen diluirse sin que se produzcan consecuencias mayores. Hay veces en las que esto no es así y en las que alguien puede salir mal parado, por lo que te recomendamos que te estudies nuestro manual para que no te la cuelen.
Primera fecha de publicación de este artículo: 19/11/2019