Si uno va al baño en la redacción de The Times tendrá que pasar por su pasillo de la fama, donde cuelgan las imágenes de las personas más ilustres que han trabajado en el periódico británico. A mitad de camino está la foto del líder del Partido Conservador y primer ministro del Reino Unido, Boris Johnson.
En ella se puede leer que entró de prácticas en 1987 y que fue despedido al año siguiente por "falsificar una cita que atribuyó a su padrino, el historiador Colin Lucas". Fue en una exclusiva que el periódico publicó en su portada del 20 de mayo de 1988, en la que informaba sobre el hallazgo en Londres del lugar donde hacía siglos estaba el Rose Palace del rey Eduardo II.
Como él mismo admitió en una entrevista en The Independent, lo único que sabía Johnson sobre Eduardo II es que tenía un joven amante llamado Piers Gaveston, por lo que decidió buscar la ayuda de un historiador que le iluminase. El único que conocía era su padrino Colin Lucas, que por aquel entonces se había presentado para dirigir el Balliol College, dentro de la Universidad de Oxford.
El problema es que Lucas era especialista en la revolución francesa y que sólo supo darle alguna declaración genérica, por lo que Johnson se tomó la licencia de maquillar sus palabras. El que este miércoles se convierte en primer ministro de Reino Unido atribuyó a su padrino una frase en la que decía que Eduardo II y Piers Gaveston mantenían relaciones sexuales en el Rose Palace.
El historiador no había dicho eso en ningún momento, y así se lo hizo saber al por aquel entonces editor de la sección de información nacional de The Times, Charles Wilson. Además, Piers Gaveston ya había muerto cuando el Rose Palace fue construido, por lo que el líder de los conservadores británicos publicó un segundo artículo en el que especulaba con la fecha de construcción del palacio.
El bulo le costó a Johnson su puesto de becario y una placa en el pasillo de la fama de The Times en la que está grabada su tropelía. Colin Lucas también sufrió las consecuencias ya que no logró hacerse entonces con la dirección del Balliol College –lo terminaría consiguiendo años después–.
Boris Johnson y el bulo del arenque ahumado
Boris Johnson siempre ha tenido una relación complicada con la verdad. Por ejemplo, el pasado 17 de julio durante una de sus intervenciones en las primarias 'tories' contó la historia de un ahumador de arenques al que la Unión Europea había obligado a enviar su pescado con un cojín de hielo para su correcta conservación. Según Johnson, esto era "un sinsentido, caro y perjudicial para el medio ambiente". También es falso.
Tal y como publicó el medio de verificación Full Fact, firmante del código de principios de la International Fact-Checking Network (IFCN), es la legislación británica y no la europea la que obliga a "mantener fríos" aquellos productos alimentarios que requieren refrigeración durante su envío a los consumidores. Eso supone que en ocasiones tengan que ser "empaquetados en una caja aislada junto a un gel refrigerante o dentro de una bolsa fría", como se puede leer en la web de la Agencia de Normas Alimentarias del Reino Unido.
Además, la portavoz de la Comisión Europea de Salud pública y Seguridad Alimentaria, Anca Paduraru, desmintió en rueda de prensa las declaraciones de Johnson y aclaró que "hay reglas estrictas sobre el pescado fresco, pero ese tipo de reglas no se aplican en el caso de los productos de pescado procesados".
Los otros bulos de Johnson sobre la UE
Pese a su abrupta salida de The Times, Boris Johnson siguió trabajando en medios de comunicación como The Telegraph, donde fue corresponsal en Bruselas. Durante ese periplo también se inventó falsas regulaciones de la Unión Europea que supuestamente iban a acabar con algunas de las más sagradas costumbres del Reino Unido como las patatas fritas con sabor a cóctel de gambas, cosa que nunca ocurrió y que tuvo que desmentir la propia Comisión Europea.
El que fuera editor de The Times, Martin Fletcher, nos asegura que sus artículos parecen "una colección de bromas del April Fools's Day –día de los inocentes en Reino Unido–, pero sus consecuencias son de todo menos graciosas".
Pone como ejemplo algunos contenidos falsos que publicó durante su etapa de corresponsal en Bruselas, como el que aseguraba que la UE iba a obligar a sus Estados miembros a crear condones de menor tamaño a petición de los italianos, que también tuvo que ser desmentido por la Comisión Europea.
El antiguo corresponsal en Bruselas de The Times Michael Binyon, quien coincidió con el primer ministro del Reino Unido en Bruselas, nos admite que no se fiaría de él "ni un pelo" en base a su experiencia. Lo describe como una persona "inteligente y ambiciosa" que "siempre llegaba tarde a las ruedas de prensa".
Pese a ello, nos dice que escribía cosas que "nadie sabía de dónde salían" y que él y otros corresponsales británicos que coincidieron con Johnson recibían llamadas frecuentes de sus editores en las que les abroncaban por no encontrar las historias que tan popular hicieron al líder conservador.
Los datos falsos de Johnson sobre Portugal durante su visita a Lisboa
La BBC siguió a Boris Johnson durante su etapa como ministro de Exteriores en el Gobierno de Theresa May y emitió el resultado en el documental Inside the Foreign Office (Dentro del Ministerio de Exteriores, en español).
Allí muestran cómo durante la grabación de un vídeo para su cuenta de Twitter tuvo que ser corregido en reiteradas ocasiones por su equipo al decir que Portugal es el cuarto mayor socio comercial del Reino Unido y que James Bond había nacido en Estoril. Nada de eso es cierto.
Persiguiendo mentiras como estas están todos los días los compañeros de Full Fact, nuestros homólogos en el Reino Unido. Aquí puedes leer un resumen de todas las verificaciones que le han hecho a Boris Johnson durante estos años.