Reglamentos, directivas, decisiones, dictámenes, recomendaciones… Igual que en España contamos con diferentes conceptos para las normas que rigen nuestra convivencia, como las leyes orgánicas, los reales decretos o los decretos legislativos, la Unión Europea cuenta con un conjunto de categorías legislativas que pueden confundir a los ciudadanos. Los tratados de la UE establecen cinco tipos de actos jurídicos con diferentes consecuencias.
Los actos de obligatorio cumplimiento: reglamentos, directivas y decisiones
Los tres tipos de legislaciones que más definen las normas de convivencia en los Estados miembro de la Unión Europea son los reglamentos, las directivas y las decisiones, que son vinculantes o de obligatorio cumplimiento. Cada uno cuenta con diferentes características:
Reglamento: es una ley de obligado cumplimiento para todos los países miembros de la Unión Europea, que deben aplicarse íntegramente. Un ejemplo es el reglamento que establece la itinerancia de datos o roaming.
Directiva: son normativas más ‘blandas’ que los reglamentos. Establecen un conjunto de objetivos que se deben cumplir, pero son los países miembros quienes terminan de concretar el procedimiento mediante leyes nacionales que trasponen las directivas europeas. Por ejemplo, la directiva de plástico de un solo uso que España traspuso en la ley de residuos y suelos contaminados para una economía circular o la directiva que armoniza las características que debe cumplir el salario mínimo, pendiente de transponer en España.
Decisiones: son normas directamente aplicables, generalmente a aquellos países que les afecta, no a todos. Por ejemplo, la decisión que afectaba a Croacia para que adoptara el euro.
Los actos no vinculantes: recomendaciones y dictámenes
Hay otros dos tipos de actos jurídicos que pueden realizar las instituciones europeas: las recomendaciones y los dictámenes. Ambas permiten a los organismos lanzar sugerencias o realizar declaraciones que no son vinculantes.
Ejemplos de estos actos son el dictamen de la Comisión sobre la estrategia para aplicar los fondos europeos en proyectos con pymes o la recomendación para salvaguardar la independencia y la transparencia de los medios de comunicación europeos.
La primacía del derecho europeo frente al nacional
La Unión Europea funciona como una asociación de Estados en las que la legislación europea prevalece sobre la de los países miembros en caso de conflicto. De esta manera, cuando se aprueba una nueva norma, los Estados tienen la obligación de acatarla, sea mediante su cumplimiento íntegro (caso de reglamentos y decisiones) o mediante su cumplimiento adaptado a su situación nacional (caso de la transposición de directivas).