Durante los últimos días se ha viralizado en redes sociales la imagen de un barómetro de la Unión Europea, publicado en 2016, sobre el porcentaje de personas que consideraba que forzar a la pareja a mantener relaciones sexuales no debería ser ilegal.
Estos datos forman parte de una encuesta que evaluaba la percepción de los ciudadanos europeos sobre la violencia de género, basándose en aspectos como la apreciación de la misma, el conocimiento personal de víctimas que la hayan sufrido o las diferentes opiniones frente a las relaciones sexuales sin consentimiento. Más de 27.000 ciudadanos de los 28 países de la Unión —el Reino Unido aún no la había abandonado—formaron parte de esta investigación.
Siete de cada 10 europeos creía que el abuso sexual a las mujeres era “común” en su país
Cerca del 70% creía que los abusos sexuales hacia las mujeres eran algo común en sus países de origen. El 20% creía que era “muy común”, mientras que el 50% aseguraba que era “bastante común”. Había una gran variedad de opiniones entre los 28: desde el 89% en Italia al 32% en Estonia. Además, las mujeres eran más propensas a decir que esto era algo “común” si las comparábamos con los hombres, un patrón que se repetía entre todos los grupos demográficos.
Si nos centramos en los lugares en los que ocurren estos abusos, el estudio recogía que ocho de cada 10 creía que era “más probable que ocurra en casa” (86%), mientras que un 19% señalaba “los lugares públicos o medios online”; y un 17% “el lugar de trabajo”. Y, sobre el perfil de los agresores, casi un tercio (31%) creía que era “más probable” que el violador fuera un desconocido antes que una persona que ya conocían. Mientras, el 22% creía que las mujeres “en ocasiones se inventan o exageran” un caso “de abuso o violación” y un 17% creía que “a menudo” estaba provocado por la víctima (un 57% en Letonia, 45% en Lituania y un 40% en Malta).
Un 11% de los europeos creía que forzar a la pareja a mantener relaciones sexuales “no debería ser ilegal”
En toda la Unión Europea, 1 de cada 10 creía entonces que forzar a la pareja para mantener relaciones sexuales “no debería ser ilegal”, lo que suponía un 11% de los encuestados, según el eurobarómetro (página 47). El 37% creía que “debería ser ilegal” y el 49% “que va en contra de la ley”. Además, 4 de cada 5 consideraba que este comportamiento estaba “mal”, una cifra que oscilaba desde el 84% en Lituania al 99% en Grecia.
Los encuestados debían responder a diferentes situaciones propuestas en función de si consideraban “que estaba mal y era ilegal”, si “estaba mal y debería ser ilegal”, si “estaba mal pero no debería ser ilegal” o si “no estaba mal y no debía ser ilegal”.
Si se observan los datos, Lituania era el único país en el que el 31% de los encuestados creía que forzar a la pareja para mantener relaciones no debería ir en contra de la ley, seguido de un 24% en la República Checa, un 21% en Italia, Letonia y Eslovaquia, un 20% en Rumanía y 11% en España. Solo un 2% de los sondeados opinaba igual en el Reino Unido y Suecia; y un 3% lo hacía en Francia y en Irlanda.
Según el eurobarómetro, el análisis sociodemográfico revelaba “algunas diferencias entre los hombres y las mujeres basados en su edad”.
Según el estudio, los encuestados que pensaban que la violencia doméstica contra mujeres u hombres era “aceptable” eran menos propensos a decir que “obligar a una pareja a tener relaciones sexuales está mal y es menos probable que digan que es ilegal”. Por ejemplo, el 33% de los que pensaban que la violencia doméstica contra la mujer era aceptable decían que obligar a una pareja a tener relaciones sexuales no debería ser ilegal, en comparación con el 10% de los que decían que la violencia doméstica contra la mujer no era aceptable.
Uno de cada cuatro creía que el sexo sin consentimiento se puede justificar
En general, según el barómetro, el 27% de los preguntados creía que el sexo sin consentimiento podría justificarse en “al menos” una de las nueve situaciones propuestas.
Era más probable que lo dijeran cuando se hablaba de estar “borrachos” o “drogados” (12%). En Rumanía lo creía el 30%, el 24% lo pensaba en Hungría o el 21%, en Bulgaria.
Si hablábamos de volver a casa “voluntariamente con alguien”, un 11% veía justificado el sexo sin consentimiento. Uno de cada cinco lo creía en Rumanía (26%) y también en Hungría o Letonia (20%).
En el caso de llevar ropa “provocativa o sexy”, el 10% lo veía justificado de nuevo. El 25% pensaba así en Rumanía, el 21% en Hungría y el 20% en Malta.
Cuando no se dice que no “claramente” o cuando no se expresa físicamente volvíamos a encontrar una aceptación del 10%. Uno de cada 10 encuestados en 17 países miembros lo consideraba así. El 22% en Rumanía, el 19% en República Checa o el 16% en Bulgaria o Grecia.
Si hay un “coqueteo de antemano” o si caminan solas un 19% y 18% de los ciudadanos en Hungría lo justificaba respectivamente, seguidos por Rumanía y la República Checa.
Los encuestados en Rumanía (20%) y Hungría (18%) eran los más propensos a decir que tener “diferentes parejas sexuales” era una justificación para mantener relaciones sin consentimiento; mientras, en Rumanía (11%) y en Francia (10%) creían que esta conducta “estaba justificada” cuando el agresor “no se da cuenta de lo que está haciendo realmente”.
Como se observa en la tabla, Rumanía y Hungría eran los más propensos a decir que en cada situación se podía justificar el hecho de mantener sexuales sin consentimiento, mientras que los de Suecia y España se posicionaban justo al revés, ya que menos de uno de cada 10 creía que pudieran justificarse.
La pandemia de Covid-19 ha aumentado la violencia contra las mujeres, según un estudio de la Comisión Europea
Según otro estudio de la Comisión Europea, publicado en marzo de 2022 con motivo del Día Internacional de la Mujer, la pandemia de la COVID-19 ha impactado directamente en las condiciones de vida de las mujeres.
Cerca de tres cuartas partes de las mujeres en toda la Unión Europea (el 77%) cree que la pandemia ha fomentado el “incremento de violencia física y emocional” hacia las mujeres en su país. Un 46% de ellas cree que se trata de un gran incremento.
Entre los 27 países, un grupo considerable de mujeres conoce a amigas o familiares de su círculo que han experimentado “abusos online o en la calle (16%), violencia económica (14%) y abusos en el trabajo (el 11%). En cuatro países, cerca de un cuarto de las encuestadas conocía a alguien cercano que había empezado a sufrir violencia o abusos en casa desde que empezó la pandemia: un 25% en Grecia y Rumanía y un 24% en Croacia o Chipre.