El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, anunció el pasado martes 12 de julio durante su intervención inicial en el debate sobre el estado de la nación la creación de un nuevo impuesto de carácter temporal al sector de la banca, entre otras medidas. Se trataría de un nuevo impuesto de carácter temporal que tendrá una duración de dos años y se aplicará a los ejercicios bancarios de este 2022 y el próximo 2023, algo similar al nuevo impuesto sobre las empresas energéticas, que también anunció Sánchez. Con la imposición de esta tasa a los bancos, Moncloa espera recaudar en torno a unos 1.500 millones de euros aproximadamente.
Según el propio Sánchez, la aplicación de este impuesto guarda relación con la evolución de la capitalización de la banca "a lo largo del último año, sobre todo en los últimos meses, realmente extraordinaria". Tras estas declaraciones, el IBEX35 cerró la jornada bursátil del 12 de julio en positivo, pero la cifra se vio lastrada por los valores registrados en negativo del sector bancario, con caídas del 8,63% de CaixaBank, entre otros.
En línea con la subida de los tipos de interés del BCE
Por su parte, el Banco Central Europeo (BCE) anunció a principios de este mes que está explorando vías para evitar que los bancos obtengan ganancias inesperadas a través del programa de préstamos habilitado por la entidad durante la pandemia. En este sentido, según detalla el Financial Times, la entidad anunciará a finales de este mes una subida en los tipos de interés de estos préstamos a través de los cuales, entre otras vías, se financian las entidades bancarias en Europa.
En respuesta a la crisis provocada por la pandemia, el BCE a finales de 2020 acordó, entre otras medidas, mantener los tipos de interés en el sector sin cambios en el 0,00%, el 0,25% y el 0,50%. A través de una nota de prensa, el organismo detallaba que estos se mantendrían en estos niveles hasta que “las perspectivas en la inflación fuesen lo suficientemente sólidas”. Según Bloomberg, el BCE otorgó 2,2 billones de euros a través de estos préstamos subsidiados a la banca para evitar una crisis crediticia provocada por la pandemia de la COVID-19.
Una base imponible difícil de terminar, según los expertos
Según los expertos consultados por Maldita.es, los llamados beneficios caídos del cielo (ganancias extraordinarios que recibe un determinado sector económico ante una situación excepcional) proceden de las ganancias obtenidas en este periodo en el que los tipos de interés del BCE han sido excepcionalmente bajos. La directora del Máster en Instrumentos y Mercados Financieros de la Universitat Oberta de Catalunya, Elisabet Ruiz Dotras, expone que los bancos, junto con estos intereses tan bajos, han obtenido sus beneficios a través de los préstamos que le otorgan a los ciudadanos al, por ejemplo, 5% o 6%.
Mario Sánchez-Herrero, profesor de Economía en la Universidad Complutense de Madrid, incide en que el anuncio del BCE de subir los tipos de interés a los bancos es una vuelta a la normalidad, ya que lo lógico es que el “dinero cueste” y tenga “un tratamiento fiscal normal”. “Si suben los tipos de interés del BCE, los bancos tienen más justificación para que ellos mismos lo suban en los préstamos que conceden o en comisiones, por lo que no se puede hablar verdaderamente de beneficios caídos del cielo”, explica Sánchez-Herrero. El experto también apunta a la posible dificultad de fijar “la base imponible” de este gravamen por parte del Gobierno. “Va a ser complicado determinar si va a repercutir en una subida de costes a los clientes, a través de una subida en los tipos de interés o en las comisiones, o se la van a aplicar a sus propios beneficios”.
Por su parte, el portavoz de la Asociación Española de Banca (AEB), José Luis Martínez, indica a Maldita.es que el sector “no ha sido informado a pesar de mantener un diálogo constante” con el Ejecutivo y refleja la improvisación jurídica en su aplicación. “La eventual subida de tipos de interés del BCE no asegura necesariamente una mejora de la rentabilidad de los bancos, ni se traduce en beneficios extraordinarios, sino que responde a la subida de la inflación y puede provocar una menor actividad económica”, explica Luis Martínez. Sin embargo, sí que reconocen que “los tipos de interés negativos durante muchos años” han sido “algo extraordinario”.
Hungría ya aplica un impuesto similar
El pasado mes de mayo el Gobierno húngaro anunció la aplicación de un nuevo impuesto sobre las ganancias extraordinarias a los bancos y empresas del país. Según detalla el portal Euractiv, el Ejecutivo de Budapest espera recaudar un total de 2.180 millones de euros y se aplicará, al igual que en España, en los ejercicios de este 2022 y el próximo 2023. “Obligaremos a los bancos, las aseguradoras, las grandes cadenas minoristas, la industria energética y las empresas comerciales, las empresas de telecomunicaciones y las aerolíneas a pagar una gran parte de sus ganancias adicionales en fondos de dos estados”, aseguró Orban en su anuncio.
Según se detalla el analista financiero estadounidense S&P Global, a través de un informe publicado el pasado 12 de julio, las ganancias que el Gobierno húngaro obtendrá a través de este gravamen equivaldrá al 37 % de las ganancias netas de su sector bancario. A esto se le sumaría el 11 % de sus ingresos netos por intereses y comisiones. En este sentido, el sector bancario será el segundo mayor contribuyente al impuesto sobre las ganancias inesperadas después del sector energético, información que ya ha explicado Maldita.es. Según Reuters, el pasado mes de junio legisladores italianos habrían presionado al Gobierno de Italia para que aplicase un impuesto similar al modelo descrito por el Gobierno español, pero únicamente a aquellas entidades financieras que comerciasen con gas, electricidad o petróleo.