La cantante Chanel representará a España en Eurovisión 2022 tras proclamarse ganadora de la primera edición del Benidorm Fest, con 96 puntos, por delante de las favoritas del público Rigoberta Bandini (91 puntos) y Tanxugueiras (90 puntos).
El método para elegir a la ganadora ha sido mixto: un jurado de cinco personas otorgaba el 50% de los puntos mientras que la otra mitad estaba repartida entre el voto telemático (personas eligiendo su canción favorita a través de llamadas telefónicas o mensajes SMS) y el llamado voto demoscópico (350 personas elegidas aleatoriamente que, según RTVE, representaban al conjunto de la población). Este sistema se utilizó tanto para las dos semifinales como para la final. En las tres galas se anunciaron los puntos que había obtenido cada aspirante.
En Eurovisión también hay dos semifinales antes de la gala final, pero nadie puede saber los votos que se ha dado a cada participante de las semifinales. En ellas los presentadores anuncian a los países que pasan de ronda sin decir los puntos que han obtenido ni su posición en el ranking. Esto, según la web de Eurovisión, se hace para “mantener la emoción hasta después de la Gran Final”.
Manu Mahía, periodista especializado en Eurovisión y director de Eurovision-Spain.com, ha explicado a Maldita.es que “Eurovisión no publica los resultados de las semifinales porque televisivamente es contraproducente: se saben de antes las favoritas y se le quita emoción. La razón de TVE para hacerlo ha sido la de dar emoción y clímax a cada gala, aunque esto no ocurre en ningún otro país participante excepto en Lituania”.
De hecho, según Mahía, “en un principio RTVE planeaba no revelar los puntos en las semifinales e incluso no hacerlo en la final para proteger a los artistas. Sorprendentemente en enero se dijo que sí se iban a revelar tanto en las semifinales como en la final, cosa que no pasa en ningún festival de Europa”. A día 5 de noviembre esto aún no estaba decidido, como explicó RTVE en el coloquio 'Eurovisión, el festival que quieres' [min 51:50]. Más tarde, las bases reguladoras del Benidorm Fest, publicadas el 18 de enero de 2022, especificaban que los resultados de las votaciones tanto de las semifinales como de la final serían públicos.
Por lo tanto, el día de la final ya se sabían quiénes eran las propuestas favoritas en las semifinales tanto para el público como para el jurado. Esto, según el doctor en Ciencias Políticas y profesor de la Universidad Carlos III Pablo Simón, podría ser “un elemento que el jurado ha empleado como ventaja no tanto para premiar a una candidatura determinada sino para penalizar a la que no querían que fuera”, ya que “es más fácil que se coordinaran cinco personas que los 350 del voto demoscópico o las miles de personas que votaron de manera telemática”. Eso sí, RTVE insistió en que las puntuaciones del jurado eran individuales y en teoría no pactadas con el resto de miembros.
En la preselección española el voto del jurado es más representativo que el del público
El jurado estaba formado por cinco profesionales relacionados con el mundo de la música, tres de ellos nacionales y dos internacionales, y cada uno de ellos daba una “puntuación individual” (y en teoría no pactada con el resto de miembros) a cada finalista, según las bases del concurso y lo dicho durante el propio festival. Eso sí, lo que se anunció fue la suma de estas puntuaciones, siendo imposible saber lo que votó cada miembro. Después se añadieron las puntuaciones del voto demoscópico y del telemático. Este mismo sistema se usó en las semifinales en las que se eligió a los ocho finalistas. Pero, ¿tenía el jurado una ventaja extra más allá de otorgar el 50% del voto?
“Las puntuaciones del jurado son representativas de las votaciones de sus cinco miembros, ya que los puntos se dan de forma individual y se suman”, explica Mahía. “Pero el 50% del público (tanto el del televoto como el del jurado demoscópico) es por tramos. No sabemos si la diferencia entre el primer y segundo puesto es muy grande o no, esto no es representativo. Al no ser simétrico en la forma en la que se reparten los puntos favorece al jurado, más allá de que pudiera haber pacto entre ellos o no”. Es decir, que los miembros del jurado podían dar una nota a cada artista, mientras que el público sólo podía votar a su favorito sin calificar a las demás canciones.
Esto es lo habitual en los países y festivales en los que se combinan el televoto y un jurado profesional. Pero esto sumado a que los resultados de las semifinales fueron públicos desde el primer momento (es decir, que en la final ya se conocía a las opciones favoritas de jurado y público) puede haber una mayor ventaja a las opciones preferidas por el jurado.
Según el politólogo Pepe Fernández Albertos explicaba en Twitter que “el jurado no tenía el 50% del control de la decisión final, tenía más” porque “el hecho de que había habido votaciones populares (y ‘demoscópicas’) en las semifinales les permitía votar estratégicamente en la final”.
Otros sistemas de voto: de voto online a elegidos exclusivamente por un jurado profesional
El sistema del Benidorm Fest, de combinar voto del público con el de jurado profesional es, según Mahía, “la tendencia desde que en la última década el propio Festival de Eurovisión combina el voto popular con el de un comité de expertos”. Pero hay excepciones: Bulgaria, por ejemplo, ha seleccionado a sus representantes en un proceso de votación interna de la delegación del país.
En Chequia las votaciones se hacen online a través de una app. En su caso, el 50% del voto es del jurado, el 25% del público checo y el otro 25% de público de otros países.
El voto del jurado ya contradijo al del público en 2017
No es la primera vez que ha habido polémica porque en la preselección española el jurado haya votado en contra del criterio del público: también pasó en 2017. En ese momento la favorita para ganar la preselección española para Eurovisión era la cantante Mirela, pero dos de los tres miembros del jurado (Virginia Díaz y Xavi Martínez) le dieron la mínima puntuación.
Tras las votaciones quedaron empatados Mirela, que fue la más votada por el público, y Manel Navarro, que fue el más votado por los dos miembros del jurado que dieron la mínima puntuación a Mirela. En esa ocasión en caso de empate decidía el jurado, que decidió darle la victoria al segundo. Esto no siempre ha sido así: por ejemplo en 2014 también hubo un empate: Ruth Lorenzo y Brequette obtuvieron la misma cantidad de puntos, pero en esa ocasión la ganadora fue la primera al haber sido la más votada por el público.
De hecho, si en Benidorm Fest también hubiera habido empate entre dos o más canciones la representante española en Eurovisión hubiera sido la más votada por el público, según marcaban las bases.