Esta es la historia de cómo una investigación periodística llevada a cabo por los fact-checkers argentinos terminó en la imputación de 19 personas que pretendían ganar dinero a costa de la salud ciudadana. En abril de 2021, Chequeado descubrió las identidades de los principales vendedores de dióxido de cloro (CDS) del país y cinco meses después un juez ha ordenado redadas para incautarse de esta sustancia, cuyo consumo puede ser peligroso para la salud.
La cocaína, los AK-47 y los fajos de billetes suelen ser los protagonistas de las fotos que difunde la policía después de una redada, pero entre el botín incautado este 2 de septiembre por la Policía Federal de Argentina no había alijos de droga ni fusiles de asalto, sino dióxido de cloro, un producto que se ha vendido a lo largo de la pandemia como una “solución milagrosa” contra la COVID-19.
Lo guardaban en sus casas algunos conocidos desinformadores con la intención de comercializarlo: primero, publicitaron que podría curar la COVID-19 entre sus seguidores para a continuación vendérselo. Gracias a una investigación del medio de verificación argentino Chequeado, la Justicia argentina pudo seguirles el rastro y ordenó 13 redadas en distintas ciudades del país, tras las que 19 personas han sido imputadas por tratar de hacer caja con esta sustancia no aprobada por las autoridades sanitarias.
La redada terminó con 19 imputados acusados de comercializar CDS
La investigación de Chequeado mostró hasta qué punto había proliferado el uso y la venta del dióxido de cloro pese a que, como decimos, la sustancia no está autorizada “por ninguna agencia reguladora de medicamentos en el mundo”. A esa proliferación contribuyeron los discursos desinformadores de periodistas, políticos y otros rostros conocidos del país, encabezados por el pseudocientífico de origen alemán Andreas Kalcker.
De hecho, algunas de esas cabezas visibles se han dedicado a vender esta sustancia como “solución milagrosa” pese a que puede ser peligroso. Tras identificar a estas personas, el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal Nº 4 argentino citó a declarar a la directora de Chequeado, Laura Zommer, quien “ratificó el contenido publicado”.
Después de su declaración, el juez federal ordenó una redada llevada a cabo en domicilios de distintos puntos del país en la que fueron imputadas 19 personas (incluido Andreas Kalcker) y en las que se incautó dióxido de cloro almacenado “con fines de comercialización”.
En declaraciones recogidas por Chequeado, el juzgado informó de que esas personas están acusadas de la “venta y/o distribución y almacenamiento, con fines de comercialización del compuesto denominado ‘clorito de sodio’, ‘CDS’, y/o ‘MMS’ o ‘suplemento mineral milagroso’, sustancias que según la Administración Nacional de Medicamento, Alimento y Tecnología (ANMAT) resultan prohibidas para la ingesta humana por resultar peligrosa para la salud”.
Los desinformantes, una serie de investigaciones sobre diferentes actores que han desinformado durante la pandemia
En plena pandemia de la COVID-19 comprobamos cómo muchos de los contenidos que desmentíamos en Maldita.es también eran desmentidos por verificadores latinoamericanos como Chequeado. Es la prueba de que la desinformación no entiende de fronteras, y menos cuando hay un idioma compartido de por medio.
Detrás de muchos de esos bulos que hemos desmontado tanto en España como en el otro lado del charco se encuentra el entramado internacional ‘Médicos por la Verdad’, una organización internacional que nació en Alemania, se fortaleció en España y se expandió por América Latina.
Dentro del proyecto ‘Los desinformadores’, Maldita.es reveló quiénes eran los impulsores de este grupo negacionista que lideraba una española llamada Natalia Prego. Ella fue quien en los primeros días de confinamiento en España difundió un audio viral en el que decía cosas como que el coronavirus no es más grave que una gripe y que la población sana no tiene que aislarse, entre otras falsedades. También defendió junto a otros miembros del entramado el uso del dióxido de cloro frente a la COVID-19.
Los riesgos para la salud de consumir dióxido de cloro
La Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) alertó en septiembre de 2020 de los riesgos graves para la salud por el consumo de dióxido de cloro. También aclaró que no existe ninguna prueba científica que avale las supuestas propiedades contra la COVID-19 y otras enfermedades. “El dióxido de cloro es un oxidante fuerte y su consumo supone un riesgo para la salud que puede ser grave en algunos pacientes y requerir hospitalización”, advierte la AEMPS.
La agencia señala que su consumo directo puede producir dolor abdominal, náuseas, vómitos, diarrea, que pueden llevar a deshidratación, fallo renal, anuria (no excreción de la orina), anemia hemolítica y metahemoglobinemia (nivel anormalmente alto de metahemoglobina en la sangre). Además, los vapores del dióxido de cloro pueden causar irritación ocular o respiratoria, broncoespasmo (dificultad para respirar) o incluso edema pulmonar (acumulación anormal de líquido en los pulmones).