En septiembre de 2021 empieza el tercer curso escolar afectado por la pandemia de coronavirus. Este nuevo curso la Comisión de Salud Pública, en la que se encuentran representadas todas las comunidades autónomas y el Ministerio de Sanidad, ha aprobado un documento con medidas de prevención, higiene y promoción de la salud frente a COVID-19 para centros educativos. Esta nueva estrategia tiene en cuenta los avances en la vacunación y la circulación de variantes de coronavirus, así como el papel de la transmisión de los aerosoles. Os explicamos las claves.
El documento estructura los principios básicos de prevención, higiene y promoción de la salud frente a la COVID-19 en varios puntos:
- Limitación de contactos, con distancia física y grupos estables de convivencia (conocidos como grupos burbuja).
- Medidas de prevención personal, con higiene de manos, mascarilla obligatoria desde los 6 años y vacunación de la comunidad educativa.
- Limpieza y ventilación.
- Gestión de casos, con protocolo de actuación ante casos y brotes y coordinación entre Salud y Educación.
Además, estos principios incluyen acciones transversales como la reorganización de los centros educativos, la coordinación y participación, la comunicación y educación para la salud y la equidad.
Limitación de contactos con mascarilla y al menos 1,5 metros de distancia (con excepciones)
Las comunidades autónomas y el Ministerio de Sanidad han acordado garantizar la máxima presencialidad para todos los niveles del sistema educativo, pudiendo pasar sólo a un modo semipresencial a partir de 3º de la ESO en un escenario de elevada transmisión comunitaria y alta presión sobre el sistema sanitario. También se fija una distancia interpersonal de al menos 1,5 metros y con mascarilla obligatoria para mayores de 6 años. En Bachillerato y Formación Profesional la distancia en el aula se puede “flexibilizar a 1,2 metros en el escenario de baja transmisión, con el fin de garantizar la presencialidad”.
El alumnado se organizará en grupos de convivencia estable, que se define como grupos formados por un número limitado de alumnos/as junto al tutor/a, garantizando la estanqueidad en todas las actividades que se realicen dentro del centro educativo y evitando la interacción con otros grupos, limitando al máximo el número de contactos. Esto permitirá relajar la medida de distancia interpersonal y la socialización y juegos dentro del grupo.
Aumento de la limpieza y desinfección del centro educativo
Otras medidas pasan por la intensificación de la limpieza, sobre todo de los baños y superficies de mayor uso. Cada centro tendrá un protocolo de limpieza y desinfección que incluirá la limpieza y desinfección al menos una vez al día, reforzándola en aquellos espacios con más uso, con especial atención a las zonas de uso común y superficies de contacto más frecuentes como mesas y pomos de puerta.
También se enfatiza la importancia de la ventilación, preferentemente natural, cruzada y de forma permanente, con apertura de puertas y/o ventanas opuestas o al menos en lados diferentes de la sala. Si la ventilación natural no es suficiente, se puede utilizar ventilación forzada o mecánica. Si ninguna de las dos ventilaciones es suficiente, se podrían utilizar filtros o purificadores de aire con filtros HEPA. En septiembre de 2020 explicamos cómo ventilar un aula para minimizar el riesgo de contagio por coronavirus en la vuelta al cole y en octubre republicamos una guía de la Agencia SINC para expulsar el coronavirus de las aulas.
Instrucciones para gestionar los casos de COVID-19
El documento conjunto explica que no podrán asistir a los centros educativos ni estudiantes ni docentes ni otro personal que tengan síntomas compatibles con COVID-19, los que estén en aislamiento por diagnóstico de COVID-19, o en período de cuarentena domiciliaria por haber tenido contacto estrecho con alguna persona diagnosticada de COVID-19. También se hará control de la temperatura corporal antes de entrar.
¿Y qué pasa si alguien da positivo por coronavirus? En ese caso, se hará cargo la unidad de Salud Pública de la comunidad o ciudad autónoma según marca el documento ‘Guía de actuación ante la aparición de casos de COVID-19 en centros educativos’, que incluye la posibilidad del cierre momentáneo de las aulas y/o centros educativos en caso de brote o aumento de la transmisión comunitaria.
Si alguien desarrolla síntomas compatibles con COVID-19 una vez en el centro, se llevará a esa persona a un espacio separado de uso individual y se le colocará una mascarilla quirúrgica y quien le atienda deberá ponerse una FFP2 sin válvula. Si quien tiene síntomas no puede llevar mascarilla quirúrgica por ser menor de 6 años u otro motivo, la persona que le acompaña se pondrá además una pantalla facial y una bata desechable.
Una vez aislado, se llamará a la familia o a los tutores legales si es menor de edad y la familia deberá contactar con rapidez con el centro de salud o el teléfono COVID de su comunidad autónoma. Si es mayor de edad se irá a su domicilio si se encuentra bien.
Actividades al aire libre y puestos fijos en el comedor
La guía también incluye la reorganización de los espacios del centro para limitar los contactos. Entre sus recomendaciones están fomentar las actividades al aire libre como en los patios y ampliar el número de aulas usando otros espacios como los comedores o gimnasios. También se asignarán puestos fijos durante todo el año en el comedor y habrá control de aforo en la biblioteca y salas de estudio. Además, el centro tendrá habilitada una sala con buena ventilación para poder aislar casos que inicien sus síntomas en el centro.
Horarios escalonados
Para minimizar la presencia de personas de manera simultánea en los espacios del centro se puede reorganizar o flexibilizar los horarios de entrada y de salida, haciéndolos escalonados para los distintos grupos o con una horquilla horaria más amplia. También se deben aumentar los turnos para los tiempos de recreo, patio y comedor para evitar coincidir en la misma hora grupos diferentes.