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A lo largo de los últimos años, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha asegurado en numerosas ocasiones que su antecesor, Barack Obama, y el candidato demócrata, Joe Biden, espiaron a su campaña durante las elecciones presidenciales de 2016. Sin embargo, a fecha de 7 de octubre de 2020 el presidente no ha presentado pruebas de que Biden y Obama ordenaran personalmente la investigación de varios miembros de su campaña por sus lazos con Rusia.
Pese a ello, Trump ha repetido la acusación en declaraciones a medios, discursos y a través de sus redes sociales.
Durante la campaña de las elecciones presidenciales de 2016, el FBI abrió una investigación contra algunos asesores de Trump por sus lazos con Rusia. Dicha investigación, en la que se utilizaron varios métodos de vigilancia como las escuchas telefónicas tras ser autorizada judicialmente, se consideró "justificada" en una comisión de investigación del Senado de los Estados Unidos (página 555) ya que uno de los asesores, Carter Page, tenía "lazos previos con agentes de inteligencia rusos" y había viajado a dicho país.
Sin embargo, esa misma comisión detectó "varios problemas" en la investigación llevada a cabo por el FBI, al igual que el inspector general del Departamento de Justicia de EE.UU., Michael Horowitz, quien detalló los errores en un informe. Más allá de esos errores, el inspector general indicó que no encontraron "evidencia documental o testimonial" de que la investigación se hubiera iniciado por "sesgo político o una motivación inadecuada" (página III).
En una rueda de prensa posterior a la publicación del informe del Departamento de Justicia, el director del FBI, Cristopher Wray, reconoció los errores detallados en el mismo y anunció varias medidas para que no se volvieran a repetir. Wray también resaltó que en el informe no se había hallado ninguna motivación política en la investigación del FBI.
El exdirector del FBI James Comey negó haber dado detalles de la investigación a la Casa Blanca
Tal y como se puede comprobar en la página 77 del informe, el exdirector del FBI James Comey explicó que, aunque "no informó a la Casa Blanca sobre la investigación", sí mencionó al presidente Obama que "el FBI estaba intentando determinar si cualquier ciudadano de EE.UU. había trabajado con los rusos en sus intentos de interferir en las elecciones de 2016".
Aunque consta que Comey "no recuerda exactamente lo que dijo" en la reunión con Obama, señaló que "es posible que dijera que había cuatro individuos con algún tipo de asociación o conexión con la campaña de Trump". Sin embargo, el exdirector del FBI recalcó que "nadie de la reunión respondió ni realizó ninguna pregunta".
En todo caso, ni el informe del Departamento de Justicia ni la comisión de investigación del Senado indican en ningún momento que Barack Obama o Joe Biden ordenaran la investigación de su campaña.
Cuando Trump aseguró sin pruebas que Obama ordenó que le pincharan los teléfonos
En un tuit de marzo de 2017, el presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, aseguró sin aportar ningún tipo de prueba que Obama había intervenido sus teléfonos durante las elecciones de 2016.
Unos meses después, en septiembre de ese mismo año, el Departamento de Justicia aclaró en un testimonio judicial (página 5) que "el FBI y la División de Seguridad Nacional (NSD, por sus siglas en inglés) pueden confirmar otra vez que no tienen registros relacionados con las escuchas telefónicas descritas en el tuit del 4 de marzo de 2017", en referencia a la acusación que Trump publicó en Twitter ese mismo día.
Además, en una intervención ante el Senado del inspector general del Departamento de Justicia de EE.UU., Michael Horowitz, este insistió en que "no encontramos evidencias de vigilancia en la Torre Trump".
Fecha de primera publicación de este artículo: 07/10/2020.
