El 2 de octubre el presidente de EEUU, Donald Trump, anunció en su cuenta de Twitter que tanto él como su mujer la primera dama Melania Trump habían dado positivo en coronavirus. La noticia llega después de que una asesora cercana al presidente hubiera dado también positivo tras el debate presidencial celebrado en Ohio en la noche del martes, y después de que Trump haya negado la gravedad del coronavirus y la importancia de llevar mascarilla.
En el mensaje, Trump asegura que "estarán en cuarentena y comenzarán el proceso de recuperación inmediatamente". En un comunicado, el médico presidencial, Sean Conley, ha explicado que permanecerán en la Casa Blanca y "el presidente continuará con sus obligaciones sin interrupción mientras se recupere". En cambio no menciona si Trump presenta síntomas. Algunos medios estadounidenses como The New York Times, citando a trabajadores cercanos, aseguran que el jueves su voz comenzó a sonar ronca aunque lo vincularon a los últimos actos de campaña que ha celebrado en los últimos días.
Pero tanto Donald Trump (74 años) como su rival demócrata Joe Biden (77 años), son población de riesgo por su avanzada edad y en el caso del presidente, tiene obesidad, según su médico, factores que pueden complicar una infección por el virus SARS-CoV-2.
Aunque algunos actos de campaña ya han desaparecido de la agenda del candidato republicano, todavía no hay confirmación oficial de que se suspenden sus próximos mítines. Pero esta circunstancia abre un periodo de incertidumbre en el país a un mes de las elecciones presidenciales. En el caso de que Trump no pudiera ejercer sus funciones por enfermedad, la Constitución establece en el artículo 25 que sería el vicepresidente, Mike Pence, quien ocupara el cargo de manera temporal.
Para ello, el presidente podría comunicar por escrito, tanto a la Presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, (número dos en la línea de sucesión tras el vicepresidente), como al Presidente pro tempore del Senado, Chuck Grassley, (número tres), su decisión de delegar los poderes en el vicepresidente de forma interina, hasta que el presidente decida retomarlos. También el vicepresidente, con una mayoría del Gobierno, puede reconocer esa incapacidad y anunciar que es él quien asume el mando. Pero la 25ª Enmienda también abre la posibilidad de que sea cualquier otro organismo que el Congreso disponga el que comunique que el presidente no está en plenas facultades para ejercer sus funciones.**
Desde que se incluyó esta enmienda en 1967, solamente ha ocurrido en tres ocasiones. En 1985, bajo la presidencia de Ronald Reagan, el vicepresidente George Bush ocupó la Casa Blanca durante unas horas mientras Reagan se sometía a una operación quirúrgica. Las otras dos veces que se ha invocado este artículo fueron en 2002 y 2007 con George W. Bush, también al tener que ser operado, y asumió el cargo el vicepresidente Dick Cheney. En el caso de Donald Trump, sería Mike Pence quien lo sustituyera temporalmente.
También podría ocurrir que tanto el presidente como el vicepresidente cayeran enfermos o fallecieran. En este caso, la Ley de Sucesión Presidencial establece que sería la presidenta de la Cámara de Representantes, la demócrata Nancy Pelosi, la que tomaría el relevo al frente de la presidencia del país.
Pero, ¿qué pasaría si ambos candidatos quedan indispuestos para las elecciones o fallecen antes del 3 de noviembre?
Si esto hubiera ocurrido antes de las convenciones demócratas y republicanas celebradas en el mes de agosto, en el caso de la republicana, aunque Pence hubiera asumido el cargo como presidente, los delegados podrían haber votado en contra y haber elegido a otro candidato a la presidencia.
En el partido demócrata, el proceso sería similar, si Joe Biden, falleciera, los delegados tendrían que votar por un nuevo candidato y presumiblemente hubiera sido el senador Bernie Sanders que fue quien más delegados obtuvo durante las primarias, aunque podrían haber votado por otro candidato ya que el voto es libre.
Ahora, a un mes de la elección, la situación sería diferente puesto que realizar una segunda convención en tan poco tiempo es prácticamente inviable, y más durante la pandemia. Aunque la posibilidad más sencilla sería que los candidatos a vicepresidente, Mike Pence por el partido republicano y Kamala Harris por el demócrata, fueran quienes ocuparan esas posiciones. Pero en el caso de los demócratas tendrían que consultarlo con las principales autoridades demócratas en el país.
Además tendrían que cambiar el nombre de todas las papeletas, e incluso algunas personas que hubieran votado por adelantado estarían votando por una persona que finalmente no saldría elegida, lo que generaría problemas legales que podrían llegar a los tribunales.
El candidato demócrata, Joe Biden, compartió estudio con Trump el pasado martes 29 de septiembre en un debate presidencial. Tras el anuncio de positivo de Trump, Biden se ha sometido a varias pruebas de coronavirus y ha dado negativo en todas ellas. Además, el próximo debate se iba a celebrar el 15 de octubre, pero hasta el momento no se sabe si el debate ocurrirá y en qué circunstancias. *
Primera fecha de publicación de este artículo: 02/10/2020
*Este artículo ha sido actualizado el 05/10/2020 para incluir el resultado negativo de los test de Biden.
**Este artículo ha sido actualizado a 9/10/2020 para incluir el proceso por el que un presidente delega sus poderes por incapacidad.