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En los últimos años, los diferentes Gobiernos han estado legislando para limitar el uso del dinero en efectivo que, en muchas ocasiones, es el principal medio para cometer fraude fiscal. Pero estas limitaciones se aplican en situaciones concretas. Os lo explicamos.
Desde Maldita.es nos hemos puesto en contacto con la Agencia Tributaria, y nos explican que, a diferencia de las transferencias bancarias donde no hay un límite de dinero, el del pago en efectivo se contempla en el artículo 7 de la Ley 7/2012, de 29 de octubre, de modificación de la normativa tributaria y presupuestaria. En él se establece que en el caso de transacciones donde una de las partes sea empresario o profesional, el pago en efectivo no puede ser superior a 2.500 euros o su contravalor en moneda extranjera.
Además, no se permite fraccionarlo para estar por debajo de ese límite y así poder hacerlo en efectivo puesto que se sumarán los importes de todos los pagos que han derivado de la venta o prestación del servicio.
En el caso de las personas físicas, es decir, entre particulares, no hay un límite de pago, excepto cuando el pagador no tenga su domicilio fiscal en España, que no podrá superar los 15.000 euros.
Propuestas legislativas en el límite, de 2.500 a 1.000 euros
En diciembre de 2016, el Gobierno de Mariano Rajoy, aprobó un real decreto para que la cantidad de 2.500 euros se redujera hasta los 1.000 euros y luchar así contra el fraude fiscal, pero la medida no llegó a entrar en vigor. Esta propuesta también figura en el acuerdo de los presupuestos [página 49] que pactaron en 2018 el Partido Socialista y Podemos, que después tampoco se materializó. Ahora, el PSOE la ha llevado al Congreso de los Diputados de nuevo en forma de proposición no de ley, donde se ha aprobado con modificaciones.
Por último, si se incumple esta normativa, la Agencia Tributaria lo considera infracción administrativa grave. La sanción corresponde a un 25% del importe abonado, por lo que implica una multa de mínimo 625 euros. Además es de carácter solidario, es decir, se aplica tanto al pagador como al receptor del dinero.
Formas y métodos de pago
El dinero en efectivo puede utilizarse para pagar tanto a plazos como al contado. El pago a plazos consiste en el fraccionamiento de una cantidad para realizarlo de forma periódica en cantidades menores. Por el contrario la forma de pago al contado es la entrega inmediata del dinero al vendedor.
El pago a plazos se realiza, por ejemplo, en el pago de una hipoteca, cuando una entidad bancaria ofrece un crédito, que después se devuelve mensualmente en cantidades más pequeñas con algún interés, la compensación que recibe el banco por prestar ese dinero al cliente.
Por otro lado, hay que diferenciar en cómo se paga, estos son algunos de los métodos de pago más frecuentes. En efectivo: se utiliza dinero físico (monedas y billetes), un cheque bancario o similares. Tarjeta de crédito: un método de pago asociado a una cuenta bancaria que permite realizar operaciones sin la necesidad de tener ese dinero, en el momento del pago, en la cuenta. Tarjeta de débito: también está asociada a una cuenta en el banco pero en este caso solamente se puede usar el dinero que hay en la cuenta.
Transferencia bancaria: envío de dinero de una cuenta bancaria a otra. Pago electrónico: se utilizan pasarelas de pago, como PayPal, que actúan de intermediarios entre el vendedor y el comprador, para ello suele asociarse una tarjeta bancaria de la que se extrae el dinero que se envía al vendedor. Pago con el móvil: en este caso hay varias formas de hacerlo, acercando el móvil con tecnología NFC a un terminal de punto de venta como si fuera una tarjeta, o con apps que permiten el envío de dinero de forma instantánea entre cuentas bancarias, como Bizum.
Primera fecha de publicación de este artículo: 14/08/2020.
