Las personas asintomáticas son aquellas que dan positivo en el test del coronavirus pero que no están presentando los síntomas. El Gobierno quiere que estén en aislamiento porque, aunque no se pongan enfermas, pueden transmitir el coronavirus a otras personas. ¿Quiénes serían las que tendrían que confinarse? Te lo explicamos.
‘Arcas de Noé’ para las personas asintomáticas
Como informó Salvador Illa, el ministro de Sanidad, en rueda de prensa [mín. 44:24] el Gobierno ha pedido a las comunidades autónomas que faciliten un listado de lugares donde poder aislar a las personas que den positivo en coronavirus, que no presenten síntomas y que “prefieran pasar su periodo de aislamiento en lugar de en su domicilio en esas instalaciones”.
De momento, las personas que presenten coronavirus pero sean asintomáticas podrán ir de forma voluntaria a estas zonas habilitadas por las comunidades autónomas para pasar allí el confinamiento. Estas zonas, que los medios han bautizado como ‘arcas de Noé’, será pabellones, hoteles y otras infraestructuras para acoger a las personas positivas sin síntomas.
El ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, ha dado tres escenarios en los que personas positivas podrían entrar en estas ‘Arcas de Noé’ [min. 19:13]:
- Si da positivo y pide ingresar para no contagiar a los suyos.
- Si no quiere estar solo.
- Si desobedece una orden que se le ha dado desde los servicios sanitarios, que le han pedido que tiene que confinarse porque puede contagiar.
Por qué es importante aislarte aunque no presentes síntomas y no te hayan hecho el test
Como ya contamos en Maldita.es, la COVID-19 tiene un periodo de incubación que de media dura entre 5 y 6 días pero que puede alcanzar los 14, y durante este tiempo, algunas personas también pueden transmitir el virus a otros aunque aún no tengan síntomas.
Según un estudio publicado recientemente en la revista Science, del que ya os hablamos aquí, las infecciones no detectadas fueron responsables del 79% de los casos registrados de COVID-19 entre el 10 y el 23 de enero, cuando el brote se generalizó en China y comenzó a expandirse por el mundo.
El estudio no se refiere exactamente a pacientes presintomáticos, sino a personas que mostraron síntomas leves que no se identificaron con la infección y en las que ésta por tanto pasó desapercibida. Es cierto que este tipo de pacientes tienen un potencial infeccioso menor que las personas en las que el COVID-19 se manifiesta de forma más grave. Sin embargo, su alto número y su mayor movilidad facilitaron la expansión de la enfermedad de forma mucho más importante, según los autores del estudio.
De hecho, la cada vez más abundante evidencia sobre los contagios ocasionados por personas infectadas pero todavía sin síntomas es uno de los motivos por los que los Centros de Control de Enfermedades estadounidenses recomienden ahora el uso generalizado de mascarillas o de otros sistemas para taparse la boca y la nariz a la población general, especialmente en lugares donde sea difícil guardar la distancia de seguridad, como tiendas y farmacias, y especialmente en regiones donde exista una alta transmisión de la enfermedad.