Nos habéis preguntado sobre las diferencias entre dos tipos de leche: la entera y la semidesnatada. Concretamente, tenéis dudas sobre cuál es la más recomendable, nutricionalmente hablando. No hay una respuesta cerrada a esta pregunta: dependerá del resto de nuestra dieta y de nuestras preferencias. Vamos por partes.
En primer lugar, hay que hablar de la diferencia entre ambos tipos. "La denominación hace referencia al porcentaje de grasa que tiene cada una (más de 3,5% de contenido en grasa para la entera y entre 1,5 y 1,8% para la semidesnatada)", explica a Maldita Ciencia José Vicente González, dietista y maldito que nos ha prestado sus superpoderes.
La leche semidesnatada, según explica a Maldita Ciencia la Federación Nacional de Industrias Lácteas (FENIL), se obtiene mediante un proceso por el que se separaran las partículas sólidas (nata) de los líquidos. "Una vez se ha separado toda la nata, esta se añade de una manera homogénea hasta conseguir una leche con 1,5% de materia grasa", explican desde FENIL y añaden que el resto se utiliza para producir nata, mantequilla y otros productos lácteos.
"En cuanto a nutrientes, son los mismos para ambas, salvando que en la semi, al extraerle parte de la materia grasa, también han sacrificado parte de las vitaminas lipidicas que allí se encuentran", añade González. Sin embargo, según advierte, si las vamos a 'mal-utilizar', es decir, usarlas en una dieta poco saludable, cualquiera de las dos se vuelve insana. "Ahora bien, en una dieta saludable y equilibrada, la más interesante es la que mayor beneficio nos aporta y, en este caso, es la que más grasas tiene", añade.
Ojo porque, como en casos similares, que una dieta sea o no sana no va a depender de la elección de las variantes de un solo alimento o producto. "Ningún alimento aislado del resto de la dieta puede ser juzgado, porque su valoración depende del total de los consumidos y de las preocupaciones/preferencias de la persona que lo va a consumir", afirma a Maldita Ciencia Rosa María Ortega, experta en nutrición y miembro del Comité Científico del Programa Europeo de fomento del consumo de lácteos lanzado por la Organización Interprofesional Láctea (INLAC) y la Unión Europea.
Cuando Ortega hace referencia a que "depende del total de los alimentos consumidos", se refiere a que de nada sirve decantarnos por los aportes nutricionales de la leche entera si no cuidamos el resto de nuestra alimentación. "También puede volverse la más perjudicial si, aparte de las grasas saturadas que ya tiene, le añadimos colacao, galletas, magdalenas o cereales de desayuno", ejemplifica González.
Por otra parte, la experta en nutrición afirma que la valoración de la leche también depende de las preferencias de la persona que lo va a consumir, lo que no significa que la leche entera siempre sea la más adecuada para cada uno de nosotros. "La semidesnatada aporta menos calorías y puede ser preferida por algunos consumidores", indica Ortega. "Para dietas y gente que quiere rendir culto al cuerpo si que es más interesante valorar la ingesta de las grasas que se toman con la semidesntada", concluye.