Pese a que era una posibilidad que fue tornándose cada vez más real desde mayo, finalmente la sentencia ‘Roe contra Wade’ que protegía el aborto legal en Estados Unidos ha sido revocada. Esto significa que ahora cada estado tiene la libertad de regular la interrupción voluntaria del embarazo, y todo apunta a que en torno a la mitad de los 50 territorios que conforman el país podrían prohibirlo o limitarlo de alguna manera. En estos casos, podría haber consecuencias legales para una persona que se somete a un aborto o lo practica.
Hasta ahí, entendido. ¿Y qué tiene que ver esto con el mundo digital? Los datos que compartimos con aplicaciones a través de nuestro móvil o nuestro ordenador no solo nos identifican como personas, sino que también revelan aspectos sobre nosotros y nuestro estilo de vida. Entre todo ello, información relativa a nuestra salud. Hay muchas aplicaciones diseñadas específicamente para recoger y procesar datos sobre nuestro cuerpo con la promesa de proporcionarnos un beneficio a cambio: mejores condiciones de sueño, la pérdida de peso que tanto buscamos, rutinas de ejercicio, etc. En ese paquete entran también las aplicaciones que monitorizan la menstruación.
Información sensible e íntima que puede acabar en posesión de otras compañías
Piensa en lo que se puede llegar a apuntar en una aplicación de control del ciclo menstrual: qué día baja la regla, qué síntomas se tienen antes, durante y después, si cambia algo en el cuerpo o en el estado de ánimo, en las horas de sueño, en las deposiciones o el flujo vaginal… Pero también si se han mantenido relaciones sexuales, cuándo, en qué posición, si ha habido masturbación, si se consume alcohol o se fuma y muchos otros hábitos relacionados con la vida íntima y personal de alguien.
Toda esta información (que seguramente no compartamos con cualquier persona, quizás ni siquiera con nuestro médico) se pregunta en algunas aplicaciones con el pretexto de avisar qué día del mes es más probable que vuelva a bajar la regla o si hay indicios de que una mujer pueda estar embarazada, por ejemplo. ¿Es un intercambio proporcional? Eso queda al juicio de las usuarias de estas aplicaciones.
Muchas veces apuntamos datos sensibles en algunos servicios pensando que no salen de ahí, que es algo que se queda entre nuestro móvil y nosotros, como revelamos en Maldita.es a través de una investigación sobre las aplicaciones de control de gastos. La realidad es otra, ya que esta información también se usa por parte de las empresas propietarias de las aplicaciones para crear un perfil sobre las personas que las usan y, lo más importante, se comparte con otras compañías.
Los datos compartidos con las apps entrañan el riesgo de revelar posibilidad de embarazo
En el caso de las aplicaciones de control menstrual, se cuenta con suficiente información para conocer si una persona tiene algún tipo de disrupción en su ciclo menstrual o si ha estado o puede estar embarazada. Es información personal que siempre ha interesado a los anunciantes que buscan dirigir sus anuncios de cochecitos de bebé, clínicas de concepción o terapias de depresión posparto, pero con la revocación de la sentencia que sostenía el aborto legal en Estados Unidos, este perfilado se convierte en un riesgo real para las personas que han compartido este tipo de datos en este país.
Organizaciones dedicadas a la defensa de los derechos reproductivos en Estados Unidos, como The Alliance, de Women’s Law Project, han alertado también de que “grupos provida” ya han creado “una sofisticada red nacional digital, financiada por el gobierno, que ficha a las personas embarazadas con bajos ingresos que puedan o no estar considerando un aborto, registra su información médica y personal sensible y la comparte con organizaciones antiaborto que almacenan grandes cantidades de datos sin salvaguardas de privacidad”.
A veces, los actores interesados en obtener esos datos son los mismos detrás de las aplicaciones: en 2019, una investigación del diario británico The Guardian reveló que una aplicación de salud y fertilidad en la que se pedía a las usuarias que incluyesen información sobre su vida sexual y su menstruación estaba en realidad financiada y controlada por inversores católicos provida. Dentro de la app, supuestos profesionales médicos alertaban de los efectos nocivos de las pastillas anticonceptivas y hacen campaña contra el aborto.
Captación de datos por antiabortistas: perfiles digitales, anuncios personalizados y cazarrecompensas
La recopilación de datos asociados a personas que se interesan por la interrupción del embarazo es muy alta en Estados Unidos: “Descubrimos que organizaciones antiabortistas estaban desarrollando dossiers digitales de perfiles de personas que contactaban con centros de crisis de embarazo (espacios de atención para personas que se plantean el aborto)”, señalan desde Privacy International, una organización en defensa de la privacidad y los derechos digitales que ha documentado cómo se explotan los datos relacionados con los derechos reproductivos y también ha analizado varias aplicaciones de control menstrual.
Laura Lázaro Cabrera, asesora legal en Privacy International, revelaba en una entrevista con Julia Angwin, directora de The Markup, que se usan diferentes tecnologías para registrar esos datos: “Por ejemplo, grupos antiabortistas dirigen anuncios personalizados a personas dentro de clínicas mediante el geofencing (o control de la ubicación)”. “Otro hallazgo preocupante es el uso de chats de atención gestionados por organizaciones antiabortistas: no ofrecen una política de privacidad y no son claros con cómo procesan los datos. A veces, para iniciar una conversación era necesario dar un nombre, información demográfica, ubicación y si se estaba embarazada, un proceso muy intrusivo”, añadía.
Este riesgo también lo muestra por ejemplo este artículo en The New York Times de 2021, que ilustra a los “cazarrecompensas” a los que se les paga por desincentivar las interrupciones voluntarias del embarazo e incluso demandar a las personas que las practican en Texas, EEUU. Esto se contempla en una nueva regulación estatal que avalaría que cualquier persona pudiese denunciar a quien practique un aborto y, de salir victorioso, llevarse hasta 10.000 dólares de beneficio. ¿Para ello qué podrían necesitar? Datos de personas que mostraran interés en interrumpir su embarazo, que como hemos visto, pueden obtenerse a través de estas aplicaciones.