Una tendencia cada vez más presente en la industria musical son los presave: un método a través del cual puedes ’guardar’ una canción o un disco antes de que salga. Así, el día que se lanza públicamente, tendrás automáticamente las pistas guardadas en la biblioteca de música de la aplicación que uses. Puede ser Spotify, Apple Music o Deezer, plataformas para escuchar música en streaming que permiten hacer el pre-guardado.
¿Qué ventajas tiene este sistema? Para los usuarios es una cuestión de comodidad, porque no tenemos que estar pendientes de cuando saldrá ese álbum que llevamos tanto tiempo esperando. Además, en ocasiones se nos presenta como una oportunidad para entrar en un sorteo, acceder a contenido exclusivo o visualizar un adelanto del videoclip.
En el caso de los artistas y las discográficas, los presave hacen que los primeros días se reproduzca la canción y gane visibilidad, lo que aumenta las probabilidades de que aparezca en listas de éxitos y novedades. Tal y como oferta Lnkfire, una empresa de márketing de la industria de la música, las discográficas también acceden a estadísticas demográficas acerca de sus oyentes: qué edad tienen, en qué país residen o cuál es su género.
Al pre-guardar una canción, entregamos datos sobre nosotros y nuestros hábitos
Cuando aceptamos hacer el preguardado de estas canciones accedemos a entregar datos acerca de nosotros y de nuestros hábitos a las discográficas y a sus empresas asociadas.
Por ejemplo, si hacemos un presave de un artista de la discográfica Warner Music a través de Spotify, vemos todos los datos a los que tendrá acceso la discográfica y qué permiso necesita. Tu nombre, tu correo electrónico, tu imagen de perfil, el tipo de suscripción, tu país o tus playlists son algunos de tus datos que pueden obtener. Además de estos datos, que pueden identificarte como usuario, también recogen otro tipo de información que luego pueden analizar por su cuenta: qué música has escuchado recientemente, qué canciones has guardado en tu biblioteca, quiénes son tus artistas más reproducidos y a quién sigues.
De la misma manera, cuando queremos hacer el presave a través de Apple Music, la aplicación nos informa de que la discográfica accederá a tu cuenta de Apple Music, a tu biblioteca y a tu actividad. Es decir, tus datos y qué música has escuchado en este servicio de Apple, "así como datos agregados sobre la demografía de los usuarios (que puede inferirse por medio de información como tu nombre y saludo en tu cuenta de Apple ID)". En este caso es información agregada y, explican, "no personal".
Es el mismo caso de Deezer, otra aplicación de música en streaming, que para realizar el pre-guardado nos avisa que se compartirán con la discográfica todos nuestros datos personales asociados a nuestra cuenta, incluida una cláusula para que la empresa pueda "acceder a mis datos en cualquier momento", así como el historial de escuchas de nuestro perfil.
¿Cuánto dicen de nosotros estos datos?
Toda esta información no sólo le dice a las discográficas quién eres, sino también cómo eres. Varias investigaciones correlacionan el tipo de música que escuchamos con nuestro tipo de personalidad. Al igual que refleja este estudio de la Universidad de Cambridge, en el que también afirman que los gustos musicales estaban asociados a nuestros estilos cognitivos.
Este interés por conocer estos datos no es nuevo. Spotify registró en 2018 una patente para detectar, a través del reconocimiento de voz, nuestro “estado de ánimo, nuestra edad, nuestro género o nuestro acento” para ofrecernos “mejores recomendaciones personalizadas”. Por ello, la organización de defensa de la privacidad y derechos digitales AccessNow le escribió una carta a la compañía para que retirase la patente.
Las razones de la organización se basaban en que inferir el género por el tono de voz puede llevar a la discriminación de personas transgénero, por ejemplo, al calificar como “hombre” a una mujer con un tono de voz más grave. También afirmaban que recomendar música según tu estado de ánimo coloca a Spotify en una posición de poder, al contar con información sensible sobre sus usuarios.
Spotify respondió a AccessNow alegando que no tenía intenciones de implementar esta tecnología. Sin embargo, la empresa ha reconocido en otras ocasiones que analizan a los usuarios en función de la música que escuchan, algo que también reflejan en su Política de Privacidad: "Realizamos inferencias (es decir, nuestra comprensión) de tus intereses y preferencias en base a tu uso del Servicio Spotify".
De la personalización de anuncios al perfilado de intereses
¿Para qué necesitan las discográficas tantos datos y permisos para añadir una canción pre-guardada a nuestras listas? Gaspar Pisanu, jefe de Políticas Públicas de AccessNow, afirma que no se respeta el principio de minimización de datos recogido en el Reglamento General de Protección de Datos, "que requiere que quienes procesan datos solo deben pedir la información que es necesaria para prestar un servicio”. “En este caso, lo único imprescindible para utilizar el servicio es el permiso de ‘agregar y eliminar elementos de la Biblioteca’”, explica a Maldita.es.
Universal Music, una de las mayores discográficas a nivel mundial, señala en su Política de Privacidad que usan esa información para que, tanto ellos o terceras partes, “te envíen información acerca de otros servicios que creen que te pueda interesar según lo que has comprado o reservado”. También avisan de que compartirán tus datos personales “además de con los socios comerciales, con anunciantes, redes de anuncios y redes sociales que requieran tus datos personales para mostrarte anuncios relevantes”. Advierten de que podrán “recibir información sobre ti de terceras partes” y que posteriormente “podrán ser combinadas con las que recopilamos sobre ti, incluida información acerca de los dispositivos que usas”.
Otra gran empresa discográfica, Warner Music, explica en su Política de Privacidad que analizan la información para generar “informes comerciales, así como para proporcionar servicios personalizados” y que pueden comunicar esta información personal a terceros “para que le envíen comunicaciones de márketing que se correspondan con sus elecciones".
“El riesgo es que se utilice esta información para márketing dirigido, que tiende a influenciar las decisiones de las personas, para perfilamiento y para alimentar sistemas de toma de decisión automática, lo que sabemos que afecta a muchas personas cuando quieren acceder a servicios de salud, seguros o empleos”, comenta Pisanu.