Aunque se haya extendido la creencia de que una vez que subimos contenido a Internet nos deja de pertenecer, esto, casi siempre, no es así. Todo lo que publiquemos, por ejemplo, en nuestro blog o nuestra web, está protegido por la propiedad intelectual y podemos reclamar que se retire cuando se haya cometido un plagio y haya aparecido copiado en otro portal.
Antes que nada, tenemos que distinguir entre lo que es un uso lícito y otro ilícito de contenidos de terceros (o sea, que no es de creación propia). Tal y como comenta a Maldita.es Maitane Valdecantos, abogada especializada en propiedad intelectual y derechos digitales, “compartir un link si el contenido estaba abierto, como enlazar a un periódico o insertar un vídeo de YouTube, es totalmente legal”. “Sin embargo, si se trata de un contenido copiado, sin ninguna mención al contenido original, sí que podríamos denunciar una infracción de derechos”, continúa.
¿Y qué pasa si alguien archiva el contenido de nuestra web en Wayback Machine, el portal que guarda las diferentes versiones de una página a lo largo del tiempo? En este caso, nos encontramos ante un uso lícito del contenido de terceros, ya que se está enlazando al contenido original y mostrando la página web a la que pertenece.
En las redes sociales pasa algo distinto: compartimos el derecho de propiedad con las propias plataformas
Sin embargo, como hemos dicho al principio, no todo el contenido que publiquemos opera bajo estos términos. ¿Por qué? Un ejemplo son las redes sociales. Los términos y condiciones de las plataformas, que aceptamos al crear una cuenta, explican que estamos “otorgando una licencia mundial no exclusiva para compartir dicho contenido dentro de esa red o plataforma”, como puntualiza Valdecantos, por lo que cedemos parte de nuestros derechos de propiedad a las plataformas.
¿Significa esto que las redes sociales pasan a ser “dueñas” de nuestro contenido? No exactamente, pero con esas licencias sí que las autorizamos a distribuirlo por donde les plazca, incluyendo el hecho de que pueda monetizarse.
Sabiendo esto, una de las preguntas que nos habéis remitido es la siguiente: ¿qué podemos hacer en el caso de que nos hayan plagiado contenido o hayamos eliminado un artículo que se mantiene archivado y queremos que se borre del portal también? ¿Qué haría falta? “Lo primero es ser los autores del contenido o los titulares del mismo, en el caso de que quien lo escribió nos haya cedido los derechos económicos”, nos cuenta la abogada.
“Tras esto, tendremos que enviar un requerimiento para exigir la retirada del contenido protegido y para prohibir al infractor que vuelva hacerlo, además de solicitar información para cuantificar la indemnización, ya sea lo que haya ganado el infractor por nuestro contenido o lo que hubiéramos cobrado si se nos hubiese pedido una licencia para mostrar nuestra creación”.
Podemos solicitar que se retire el contenido copiado también de los buscadores
No obstante, además de este procedimiento legal, también podemos solicitar a los buscadores que se retire o bloquee el acceso al contenido ilícito. Para eliminarlo de Google, lo podemos hacer a través de este enlace. En el caso de Bing, el buscador de Microsoft, también tiene un formulario para pedir la retirada de contenido. Y si tienes dudas, te contamos más más sobre este proceso en este artículo.
También el llamado "archivo de Internet", Wayback Machine, tiene mecanismos para solicitar que retiren las copias que se han hecho del contenido de una página web: enviando un correo electrónico a la compañía exponiendo por qué quieres o necesitas que el contenido sea retirado. En este caso, y dependiendo de cada situación, tendrás que demostrar que eres el propietario del contenido.