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MALDITA TECNOLOGÍA

Control a la calidad de tu servicio de internet, apps para medir tu frecuencia cardiaca y cómo salir de los grupos de spam de Instagram: llega el 39º consultorio de Maldita Tecnología

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¡Buenos días, malditas y malditos! Aquí volvemos a la carga con un nuevo consultorio tecnológico para responder a algunas de las cuestiones que nos habéis hecho llegar durante la semana. Este martes hablaremos de cómo comprobar la calidad de nuestro servicio de internet (así como la posibilidad de poner una reclamación), el uso de móviles para medir la frecuencia cardiaca o respiratoria y claves para que no vuelvan a incluirte en un grupo de Instagram con gente a la que no conoces (y que no dejan de mandarte spam).

Como siempre, os recordamos que podéis seguir mandando preguntas a través de cualquier canal: Twitter, Facebook, al correo electrónico [email protected] o a través de este formulario. Ahora sí, ¡comenzamos!

Acaban de traer la fibra óptica a mi pueblo y la compañía te vende que son 100 megas. Sin embargo creo que sólo llega a 50. ¿Cómo puedo comprobarlo? En caso de tener razón, ¿cómo se lo reclamo?

Lo primero es saber qué se incluye dentro del contrato que suscribimos con la empresa de telecomunicaciones de turno. Nuestro maldito Julián Hernández, experto en redes y servicios de telecomunicación, nos explica que al firmar con la compañía “se está contratando es un paquete de servicios que incluyen velocidades de bajada desde la red de internet hasta casa y de velocidades de subida desde su casa a la red de internet”.

Con velocidad de descarga (o bajada) nos referimos a la rapidez con la que podemos obtener datos de la Red, mientras que la de subida es nuestra capacidad para mandar datos. Por ejemplo, en una videollamada la velocidad de descarga nos permite obtener con una mejor calidad (y sin interferencias) las imágenes de las personas con las que estamos hablando y la velocidad de subida resulta esencial para enviar nuestra imagen con buena calidad al resto de interlocutores.

En este caso concreto, “cuando se habla de 100 MB estamos hablando de la velocidad de bajada de 100Mbps (megabits por segundo) solamente, y normalmente la velocidad de subida para productos comerciales (para personas normales y corrientes) es de 50 Mbps”.

Una cosa importante es saber que la velocidad ofertada por la compañía es la velocidad máxima de bajada y no significa que la conexión siempre vaya a estar a ese rendimiento ni mucho menos. 

La velocidad depende de muchos factores como la distancia del dispositivo que usemos (móvil, portátil, tablet, consola…) al router, y también teniendo en cuenta que la conexión inalámbrica tiende a ser más lenta e inestable que la que proporciona un cable Ethernet (ese con el que conectamos el ordenador directamente al router y que tiene una clavija de plástico).

Vale, una vez sabido esto, ¿cómo compruebo de manera precisa la velocidad de mi conexión? El proceso es fácil, tan solo tienes que entrar en una página web que ofrezca el servicio como esta, esta o esta, por ponerte algunos ejemplos. Como comentábamos antes, haz la prueba con varios dispositivos lo más cerca posible del router y, si puedes, enchufándolo directamente.

Ahora bien, si la velocidad que te marca es notablemente inferior a la contratada, estás en tu derecho de reclamar a la compañía por un mejor servicio. Nuestro maldito Alfonso Rodríguez, técnico en Derecho de los Consumidores, nos cede sus superpoderes para explicarnos cuáles son los pasos del proceso.

“Si nuestra compañía nos está cobrando por una velocidad de 100 megas y sólo recibimos 50, podemos reclamar ya que no está permitido cobrarte por un servicio que no te prestan. La fórmula es reclamar en primera instancia al servicio de atención al cliente de la compañía (hay que pedir que te den el número de incidencia) y, si no te lo solucionan, redirigir la reclamación a los servicios de Consumo de la comunidad autónoma donde residamos”, explica.

A la hora de elevar la reclamación, Rodríguez subraya la importancia de conocer algunos detalles de la compañía que nos ofrece el servicio. Por ejemplo, algunas empresas que ofrecen fibra óptica utilizan infraestructuras cedidas por otras ‘telecos’ más grandes. “Pepephone usa la infraestructura de Movistar. Jazztel usa la de Orange y Lowi la de Vodafone”, añade.

Por tanto, en el caso de que haya una avería en la red la reparación dependerá de terceras empresas con las que no tienes contratado el servicio.

¿Puede un selfie decirte la frecuencia cardiaca y respiratoria o la presión arterial?

En algunos seguros privados con la posibilidad de realizar consultas médicas a través del móvil incluyen entre sus servicios “la medición de constantes vitales por imagen facial.  ¿Se puede medir la frecuencia cardiaca o la presión arterial a través de un selfie?

La respuesta es sí, pero no a través de una foto. Nos explicamos: ya hay tecnología que te permite obtener información biométrica a través del móvil, pero es necesario que sea con un vídeo de nuestra cara, de momento no valdría con un selfie estático.

Javier Lorenzo Navarro, profesor titular del departamento de Informática y Sistemas de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, explica a Maldita Tecnología que “ya hay diferentes trabajos publicados donde indican que es posible hacerlo”.

“Para el ritmo cardiaco se utiliza lo que se denomina Remote Photoplethysmography (rPPG), Fotopletismografía remota en español. Es el mismo principio en el que se basan los relojes de actividad tipo Fitbit, pero en este caso no es necesario que haya contacto ya que se obtiene a partir de un vídeo en alta calidad”, resume el profesor.

Nuestro maldito Ángel Hernández, ingeniero electrónico y experto en robótica, nos explica de manera sencilla el proceso que se utiliza: “Consiste en la captura de un vídeo de varios segundos en el que la persona se debe mantener tan quieta como sea posible para medir las diferencias rítmicas entre algunos píxeles por el movimiento natural del cuerpo y determinar así el pulso”.

Para el ritmo de la respiración, el profesor Lorenzo nos remite a un artículo científico que experimenta con 60 vídeos de seis sujetos de unos 30 segundos de duración cada uno. Durante el estudio se pedía a los participantes que se pusieran delante de la cámara en reposo, pero pudiendo realizar leves expresiones faciales. Todo ello, mientras se monitorizaban sus constantes vitales para comprobar de manera exacta la precisión del análisis por vídeo.

Los resultados a la hora de medir la frecuencia respiratoria fueron positivos: se comprobó que la tasa de éxito en las estimaciones por vídeo ascendían hasta el 78%, un dato “fiable” que aún tiene margen de mejora.

El móvil se ha colado como una herramienta más dentro de los mundos de la sanidad y la farmacia, tal y como te explicamos recientemente en este artículo sobre recetas de medicinas en apps.

En Instagram me meten en grupos con muchas desconocidas sin mi consentimiento para mandarme enlaces de pornografía. Por qué ocurre esto y cómo evito que me sigan añadiendo.

Para muchos usuarios de Instagram se ha convertido ya en el pan de cada día: un desconocido te añade a un chat junto con otra gente con la que no tienes relación y donde se envían numerosos contenidos relacionados con pornografía o links sospechosos.

Lo primero de todo, hay que aclarar una cuestión que igual ya habías imaginado. La gran mayoría de estas cuentas son bots, perfiles sin un usuario real detrás que circulan por todas las redes sociales con intereses bastante rubios. Por tanto, no accedas nunca a los enlaces que llegan de este tipo de perfiles, ya que seguramente estén intentando obtener datos de tu cuenta o que caigas en fraudes.

¿Hay alguna manera de evitar que estas cuentas dejen de invitarte a grupos? Sí, la hay. 

Lo primero de todo es entrar en tu perfil de la red social y entrar al menú de Configuración. Ahí tendremos que seguir por Privacidad y, finalmente, en Mensajes. En este apartado se encuentra el epígrafe Permitir que otras personas te añadan a grupos, en el que podrás fijar que sólo las personas a las que sigues te metan en estos canales de difusión.

Algunos usuarios de la red social, sin embargo, no pueden acceder al menú de Mensajes, dependiendo de la versión de la app que estén utilizando. Para este supuesto, lo más recomendable es seguir el siguiente camino: Configuración>Notificaciones>Mensajes Direct y desactiva la opción Solicitudes de Grupo.

En caso de no querer cerrar la puerta a que te inviten a grupos personas a las que no sigues, tienes la opción de bloquear manualmente a las cuentas que te vayan añadiendo a dichos canales. El problema aquí es que el flujo de invitaciones seguirá llegando, ya que lo más seguro es que los bots seguirán creándose pese a que Instagram asegura que elimina numerosas cuentas al día relacionadas con el spam.

¡Antes de que te vayas!

No somos técnicos o ingenieros pero contamos con mucha ayuda de personas que son expertas en su campo para resolver vuestras dudas. Tampoco podemos deciros qué servicio usar o dejar de usar, solo os informamos para que luego decidáis cuál queréis usar y cómo. Porque definitivamente, juntos y juntas es más difícil que nos la cuelen.

Si tenéis cualquier duda sobre esta información o cualquier otra relacionada con la manera de la que te relacionas con todo lo digital, háznosla llegar:

En este artículo han colaborado con sus superpoderes los malditos Julián Hernández, Alfonso Rodríguez, David Castillo Bolado y Ángel Hernández.

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